Diario conservador de la actualidad

El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”. Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.

sábado, 31 de agosto de 2024

Y si vosotros sois los que sobráis?

Sitúense en los Estados Unidos de los años 80. Un doctorado en biología por la Universidad de California, David Graber, escribe un artículo en el prestigioso diario Los Angeles Times en el que afirma con rotundidad “nos hemos convertido en una plaga para nosotros mismos y para la Tierra”. Como parte de su línea argumental, continúa: “hasta que el Homo Sapiens decida volver a reunirse con la naturaleza, algunos de nosotros únicamente podemos esperar que el virus correcto haga acto de presencia”.

Este desprecio absoluto por la vida humana es una característica común a buena parte del movimiento ecologista. Considerar al ser humano un cáncer para el planeta y desear el exterminio de millones de personas es algo que representantes del ambientalismo han sentenciado en innumerables ocasiones en las últimas décadas. El propio Graber escribió “[los ecosistemas] tienen más valor para mí que otro ser humano, o mil millones de ellos”. ¿Lo quieren más claro?

Hay cosas que únicamente un intelectual puede justificar y esta filosofía antihumanista y genocida es una de esas cosas. Fueron intelectuales occidentales los que propiciaron que la ONU estableciera en 1983 un galardón para aquellos que contribuyeran con soluciones contra el crecimiento de la población. Los primeros galardonados fueron Indira Ghandi y Qian Xinzhong. El primero de ellos por haber ordenado masivas esterilizaciones forzosas en la India, el segundo por haber instaurado la política de un único hijo por familia, que duró hasta 2015.
Pedro, el litio, la fisión y otras chicas del montón
Pedro, el litio, la fisión y otras chicas del montón
Manuel Fernández Ordóñez

La intelectualidad occidental miraba para otro lado mientras se llevaban a cabo cientos de millones de esterilizaciones y abortos, buena parte de ellos bajo coacción. A las familias que tenían más de un hijo en la provincia de Guandong se les cortaba el agua y la electricidad, o se les derribaba su casa. Las mujeres eran obligadas a hacer fila en la calle en Jiangsu, a la vista de todo el mundo, donde las forzaban a realizar pruebas de embarazo cada mes. Una de cada cinco mujeres en China fue esterilizada y a una de cada tres se le instaló un dispositivo intrauterino que únicamente podía quitarse con cirugía. Los niños que conseguían nacer al margen de lo establecido no existían para el estado, no podían ser registrados y no tenían derecho a ir a la escuela, trabajar o casarse.

Por si este escenario dantesco no fuera suficiente, los abortos selectivos crearon un drama adicional que todavía persiste a día de hoy. Al poder tener únicamente un hijo, la preferencia por los varones ocasionó que en algunas zonas de China la proporción de niños a niñas alcanzara 176/100 (cuando lo natural es 105/100). Esto implica que millones de chinos varones no pudieran formar una familia porque no había mujeres suficientes, aumentando dramáticamente las tasas de alcoholismo, depresión, y criminalidad. Existen estudios que establecen que, por cada punto porcentual que aumenta la proporción hombres/mujeres, aumentan un 5% los crímenes violentos. Durante años, las ecografías que permitían saber el sexo del bebé estuvieron prohibidas en China, con nulo éxito.
Socialismo neandertal
Socialismo neandertal
Manuel Fernández Ordóñez

    «Para esta gente siguen sobrando millones de seres humanos, curiosamente nunca sobran ellos, siempre son otros a los que hay que exterminar»

Fueron personas como el citado al comienzo, Rachel Carson, Paul Ehrlich, el Club de Roma y muchos otros los autores intelectuales de estos genocidios. Bajo el auspicio de organizaciones internacionales, los defensores de esta línea de pensamiento consiguieron incluso que la ayuda internacional a los países pobres estuviera condicionada al establecimiento de políticas de control de la población como los ya descritos. Lo hicieron las administraciones de Johnson y Nixon, así como también el Banco Mundial. Nixon incluso creó la Oficina de la Población, cuyo director llegó a decir «esperamos esterilizar a un cuarto de las mujeres del mundo«. Delirante.

Esta distopía antihumana, esta clara psicopatía genocida, sigue totalmente vigente en la actualidad. Para esta gente siguen sobrando millones de seres humanos en el planeta, curiosamente nunca sobran ellos, siempre son otros a los que hay que exterminar. El autor con el que comenzábamos el artículo alcanzó plácidamente una edad avanzada y falleció en su confortable casa de California en el año 2022. Disfrutó de unos estándares de vida occidentales que negaba al resto de seres humanos. ¡Qué caray! Si les negaba incluso la vida.Sin embargo, nuestro protagonista no se fue a vivir a la sabana o la selva inhabitada en comunión con la naturaleza, sino que se quedó donde había aire acondicionado, electricidad, restaurantes y buenos médicos para tratar los problemas de corazón que padecía. Al final se cumplió su sueño y vio llegar la pandemia COVID, a la que sobrevivió. Probablemente (permítanme la licencia de especular) sería incluso de los primeros en vacunarse porque, cuando en los 80 deseaba “que el virus correcto hiciera acto de presencia”, obviamente no se refería a él mismo, faltaría más. Si fuera así, si realmente hubiera creído que sobraban personas en el planeta, tuvo muchas décadas para quitarse de en medio… como todos los demás que nos dan continuamente la murga con lo mismo. Deberían comenzar ellos para dar ejemplo, si no fueran tan cínicos, tan falsos, tan hipócritas y, sobre todo, tan cobardes.

https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-07-29/sois-vosotros-los-que-sobrais/

viernes, 30 de agosto de 2024

Trump es mucho mejor candidato hoy que ayer

 PAGLas campañas políticas se rigen por el principio de acción y reacción. La mayoría de los consultores políticos dan plena importancia a la acción y olvidan por completo la reacción. Si bien es importante ser el primero en golpear al oponente, es aún más importante medir bien las consecuencias del golpe. En este momento, los demócratas están convencidos de que están derribando a Trump con sus feroces campañas judiciales y mediáticas. Alguien debería decirles que no, que su acción diseñada para invalidar la candidatura de su oponente en realidad, gracias a la reacción, lo está fortaleciendo. No intenten explicarle esto a Joe Biden. Pero Trump tiene más posibilidades de regresar a la Casa Blanca hoy que antes de que comenzara toda esta cacería humana.


No se trata sólo de encuestas, sino de financiación. En mi opinión, con sesgo capitalista (para que quede claro para la izquierda), la mejor encuesta es el dinero. A diferencia de las opiniones, que a menudo se basan en pasiones personales, perversiones ideológicas o aficiones diversas (hay gente que siente un placer casi sexual al discutir, no es mi caso), una transacción monetaria es una medida fiable, porque es un acto de voluntad, una decisión firme, una creencia en un proyecto particular o una manera de acabar con una amenaza a la propia libertad. 


Los demócratas parecen haber olvidado lo más importante: no tienen un problema con Trump, tienen un problema con los millones de estadounidenses que libre y voluntariamente quieren votar por él, y quieren votar por él con entusiasmo. En su empeño por deshacerse de su oponente electoral (tal vez le resulte demasiado cansado competir con él), Biden está pasando por alto el hecho de que hay millones de estadounidenses que sienten que alguien les está quitando el derecho a votar por el candidato que más les gusta. A esa gente (en realidad, a nadie) le divierte aún menos la insistencia de los medios de comunicación de izquierda en hacer una pregunta realmente estúpida: ¿está usted considerando votar por un delincuente convicto?


Decía que el dinero va cada vez más a parar al expresidente. En ese sentido, Biden y sus peligrosos amigos del poder judicial son los mejores recaudadores de fondos del Partido Republicano. No creo que ni siquiera Ivanka en bikini pudiera recaudar más dinero que ellos. El equipo de campaña de Donald Trump cerró el mes de mayo con 141 millones de dólares recaudados, de los cuales el 37,6 por ciento se donó a pocas horas de su veredicto de culpabilidad. Trump debería felicitar a los demócratas por su persecución. Es más, debería estar agradecido por ello.


En todo este asunto, a la izquierda no le interesa en lo más mínimo la justicia; le interesa la eliminación de un oponente político. En realidad, a nadie le interesa lo que se está juzgando. Apuesto a que la mitad de los votantes no lo sabe y, mejor aún, no le importa. Los medios de comunicación y la izquierda política han exagerado tanto todo este proceso que hasta sus propios seguidores han dejado de ver a Trump y se centran únicamente en las travesuras del propio demócrata. 


Biden celebró la condena de Trump como si se tratara de un Mundial de fútbol, ​​un “sí a todo” de Maria Sharapova o una victoria electoral aplastante. Y lo único que es seguro es que el presidente debe mantener las narices alejadas de los ámbitos de la justicia. Pero no puede. Porque Biden es rehén (o promotor, tal vez) de la principal tendencia de la izquierda posmoderna: el totalitarismo. La izquierda de nuestro tiempo, en Estados Unidos y en Occidente, tiende una y otra vez hacia lo totalitario: a destrozar al oponente político, a impedir que cualquier otra opción prospere en las urnas, pero también a garantizar que la oposición no gane en la arena de la opinión pública.


No sabemos cómo terminará la película, pero a esta altura de la película hay una cosa clara: el presidente Donald Trump luce muy bien con el uniforme a rayas que la izquierda intenta imponerle. Esto significará cada vez más apoyo y más dinero. Predigo que alguien en el núcleo de los estrategas del Partido Demócrata se derrumbará pronto, como resultado de una melancolía abrumadora. 


https://spectator.org/trump-is-a-much-better-candidate-today-than-he-was-yesterday/

jueves, 29 de agosto de 2024

Los mismos perros con distintos collares

 Se dice cuando algo cambia de nombre pero no de esencia. Con los años en España, los dos partidos políticos  principales cada vez se parecen màs. Salvo en lo económico coinciden en todo, porque el centro derecha ha adoptado los postulados de la izquierda.

Quièr nos lo iba a decir hace treinta años... pero las cosas son como son en todas partes. Por suerte, ahora existen también alternativas, aunque algunos se resistan aún a cambiar el modelo de perro.

miércoles, 28 de agosto de 2024

La educada derecha europea se equivoca, por Itxu Díaz

 Un político es un animal que cree que los electores depositan el sobre en la urna teniendo en mente la evolución del producto interno bruto nacional. No es así.


En primer lugar, la mayoría de los electores votan con la barriga , no con la cabeza. No pretendo juzgar, es simplemente un comentario factual. Y en segundo lugar, a la gente corriente no le conmueven en absoluto los datos macro de la economía nacional, sino lo que hay o no hay en su nevera, la tajada que el gobierno se lleva de nuestros bolsillos a través de los impuestos y la evolución de su salario a lo largo del tiempo. Una multa de tráfico, un intento de robo a manos de un inmigrante ilegal, una absurda normativa verde que prohíba las pajitas de plástico o alguna estúpida prohibición de cualquier alcalde local que afecte a la vida normal de los ciudadanos es más decisiva para el voto que las largas hojas de cálculo con gráficos gigantescos que los políticos lanzan por ahí.  (LEER MÁS: ¿Volverá a brillar el sol en los Países Bajos? )


Y eso es todo lo que tengo que decir sobre los resultados de las elecciones europeas.


Bueno, diré algo más.


Los malditos tapones de plástico de las botellas. Unas semanas antes de las elecciones, los europeos empezamos a darnos cuenta de que los tapones de las botellas, por ejemplo, de las de agua, ya no se pueden quitar, porque una pequeña pestaña los sujeta al recipiente. Así que, si quieres beber de la botella, tienes que hacerlo presionando la nariz contra el borde afilado del tapón. Al principio, pensé que todos los fabricantes de botellas de plástico se habían vuelto gilipollas. Pero luego dije: ¿podría ser una cosa de la UE? Y, en efecto, lo es. Es una nueva normativa aprobada recientemente en el Parlamento Europeo para salvar el planeta que no salva el planeta ni reduce el plástico ni nada, pero a cambio me ha provocado graves heridas en la nariz. A mí y a millones de otros votantes. Ese es el tipo de cosas que tienes en mente cuando vas a votar.


Toda esta legislación verde europea se está llevando a cabo de forma indiscriminada a través de los conservadores moderados del Partido Popular Europeo, es decir, Ursula von der Leyen, y los socialistas, siempre aliados con los Verdes, que hasta el domingo pasado tenían un poder excesivo en la Cámara de Representantes de Bruselas. Von der Leyen es alemana, como Merkel, socialdemócrata como Merkel, y muestra planteamientos políticos increíblemente estúpidos, como Merkel.


Aunque se supone que lidera la derecha europea, von der Leyen siempre ha querido ser más ecologista que los Verdes, más socialista en materia fiscal que el Partido Socialista Europeo y más demagógica y temeraria que los comunistas en materia de inmigración, donde ha seguido la misma línea que la malograda Angela Merkel cuando lanzó su famoso grito de paz “¡Bienvenidos refugiados!”. Ahora el partido que quiere acabar con la inmigración ilegal en Alemania, AfD, ha obtenido los mejores resultados de su historia en unas elecciones europeas y se ha convertido en la segunda fuerza política.  (LEER MÁS: Un mensaje desde Europa )


La mayoría de la gente vería esto como una relación de causa y efecto, pero Von der Leyen no es “la mayoría de la gente”. De hecho, en lugar de buscar alianzas con los nuevos derechistas emergentes (antiinmigración, antiecologistas, antiglobalización, antidespertar y pro soberanía nacional) que han multiplicado su presencia por toda Europa, lo primero que ha hecho para salvar su puesto como presidenta de la Comisión Europea es ofrecer una gran alianza a los socialistas. Dios salve a Estados Unidos de políticos conservadores como ese.


Sin embargo, estoy contento. La nueva derecha (todos los idiotas repiten como loros “extrema derecha”, pero sospecho que es porque nunca han visto de cerca a un extremista de derechas en su vida; yo veo tipos de extrema izquierda a diario; tengo un puñado de ellos ejerciendo de ministros en el gobierno de mi país) ha ganado las elecciones en Francia, Italia, Austria, Hungría y Bélgica. Y voy a darles algo rápido para reflexionar: ¿saben qué países están sufriendo más por la política migratoria suicida de la UE? Exactamente. (LEER MÁS: Europa: con amigos como estos… )


Esto no ha hecho más que empezar. Los europeos han votado con sus barrigas porque ya no soportan más regulaciones estúpidas sobre su estilo de vida: basta de impuestos verdes, basta de obligación de utilizar algún maldito aparato eléctrico sobre ruedas, basta de zonas prohibidas en las grandes capitales, regidas por la sharia, donde no es que no puedan salir a pasear con sus familias, sino donde ni siquiera puede entrar la policía.


De hecho, los europeos están hartos de esto. Y Von der Leyen y sus amigos de la “derecha moderada, amable y sonriente” todavía no se han dado cuenta. Por eso, pronto ocurrirá lo mismo en toda Europa, como en Francia, Italia, Austria, Hungría y Bélgica en estas últimas elecciones.


¡Te apuesto una tapa de botella a que así será!

https://spectator.org/the-polite-european-right-missed-the-point/


martes, 27 de agosto de 2024

Disfrute de su boda, por Itxu Díaz

 La campaña de la izquierda contra las bodas está en pleno auge como parte de su campaña global contra la felicidad. El plan para desmantelar nuestro modo de vida fue lanzado en 2021 por el Foro Económico Mundial con su famoso lema: “En 2030, no poseerás nada y serás feliz”. Ahora que estamos entrando en la temporada alta de bodas, la prensa progresista se ha aliado para desprestigiar las bodas con titulares disparatados que aluden a su alto precio, su huella climática, el estrés que sufren los novios con los preparativos o lo insalubre de bailar hasta altas horas de la madrugada. Ni una palabra sobre la felicidad del momento, tanto para la pareja como para la familia y los amigos. Me parece que los periodistas de izquierdas se parecen cada vez más al cínico descrito por HL Mencken: “Un cínico es un hombre que, cuando huele flores, mira a su alrededor en busca de un ataúd”.


LEER MÁS de  Itxu Díaz: La generación confusa


Las bodas siempre han sido costosas y complejas. Requieren esfuerzo: que la novia haya decidido llevar un oso a su casa; y que el novio, después de una partida de póquer con sus amigos, haya renunciado a colgar ropa interior de las lámparas y a prender fuego a la alfombra. 


Pero no olvidemos que la idea inicial, hasta hace no mucho, era casarse una sola vez y para siempre. Por eso era un acontecimiento tan importante. Hoy en día muchos matrimonios duran mucho menos y ya no esperan a que la muerte los separe, pero aún así, en una boda no hay que plantearse la sobriedad por si todo acaba saliendo mal. La única razón de ser de la boda es que sea una ceremonia extrema, desde la solemnidad en la iglesia hasta la borrachera mayor en la pista de baile. Cualquier otra cosa es como comprar un piso nuevo que ya tiene goteras.


Una de mis mayores satisfacciones como cristiano es contemplar las bodas de Caná. La propia Virgen María llamó a Jesús para decirle que el vino se había acabado en medio de la boda. En un primer momento, Jesús quiso evitar hacer nada por prudencia: “Aún no ha llegado mi hora”. Pero lo bonito de la escena es que nos recuerda que nunca se le dice no a una madre; bueno, eso y nos recuerda que beber grandes cantidades de vino es la forma correcta de cumplir el Tercer Mandamiento. En España, como nos encantan las celebraciones, en lugar de: “Acuérdate del sábado y santifícalo”, nuestro tercer mandamiento se traduce en algo más genérico y divertido, como: “Santificarás las fiestas”.


La semana pasada el New York Times dedicó un artículo a intentar hacer que las bodas sean más aburridas y acaben antes: “ Olvídense de festejar hasta altas horas de la madrugada. Los recién casados ​​quieren acabar pronto ”. ¡Están obsesionados con acabar con la alegría! La ceremonia nupcial es larga y cansina para todos. La única manera de no caer en la melancolía y el agotamiento al final es que los novios ofrezcan un buen banquete reparador y luego proporcionen muchas bebidas y horas de baile, para celebrar el nuevo matrimonio como Dios manda. De hecho, mi momento favorito de cualquier boda es cuando todas las chicas, que siempre están guapas en estas ceremonias, han bebido tanto que no recuerdan si vinieron a la boda con novio. Suelo aprovechar para sacarles de dudas. Y en alguna ocasión algún novio huraño ha aprovechado para estrellarme una botella de whisky en la cabeza. ¿A quién le importa? ¡Démosle una oportunidad a la fiesta!


Por último, el Guardian también ha dedicado varios artículos a desanimar a la gente a casarse: por el alto coste , por el estrés que genera a los invitados (¡llega incluso a decir que muchas bodas acaban con la amistad entre los novios y los invitados!), e incluso por el daño que provocan al medio ambiente. Supongo que los millones de otras fiestas que se celebran cada día en todo el mundo no contaminan, porque sólo las bodas lo hacen, y, probablemente, sólo las bodas cristianas. Ya lo sospechaba.


Victoria Namkung escribe en The Guardian : “Entre la comida, los viajes, la decoración y los artículos de un solo uso, las fiestas pueden generar una enorme cantidad de residuos, y las bodas son uno de los mayores culpables”. De todos modos, no quiero convertir esto en una larga discusión personal, pero si Victoria cree de verdad que casarse destruye el planeta y hace que el Amazonas se retuerza de dolor, tal vez debería visitar mi apartamento de soltera para aprender de primera mano qué es la verdadera contaminación radiactiva. 


Mira, muchacho, muchacha: cásate, celebra hasta el amanecer, y al diablo con los aguafiestas.

https://spectator.org/ignore-the-new-york-times-killjoys-enjoy-your-weddings/

lunes, 26 de agosto de 2024

Agenda 2030


 

A lo hecho, pecho

 Significa que tienes que aceptar las consecuencias de tus actos. Seguir esta consigna me ha traído muchos problemas y la pérdida de muchas amistades.

Pero yo creo que sólo es realmente  amigo el que te acepta como eres. Lo demás son relaciones sociales sin compromiso,  que prueban su valor en los momentos difíciles, o su superficialidad.

sábado, 24 de agosto de 2024

Urgencia nacional, por Itxu Díaz

 Una urgencia es cuando te estás haciendo pis en la cola del supermercado. Cuando te quedan 48 horas de vida y necesitas una operación para salvarte. Cuando se agota la gasolina de tu coche en mitad de un viaje. Cuando te quedas sopas el día de tu boda, faltan cinco minutos y no hay taxis disponibles (ni campo para correr como no llegues a tiempo). Una urgencia es conseguir la segunda copa en una discoteca en Ibiza. El gol que has de meter en la prórroga para pasar a semifinales. Acordarte del nombre de un emperador en el examen final de Historia. O comprar el ingrediente que te falta para la cena antes de que cierre la tienda.  


Una urgencia es cuando las llamas dividen en dos el salón de casa. O cuando cae agua a chorro sobre el dormitorio. O si recibes un mensaje demasiado amable de una ex. O, si estás dentro de un barco, cuando notas que el agua supera la altura de tus rodillas. Una urgencia es lo del Windsor. O el 11-S. O lo de Chernóbil. O qué sé yo. Una urgencia es todo aquello a lo que debes dar una respuesta de forma urgente, si no quieres que sea demasiado tarde y, por tanto, tu actuación se vuelva tan irrelevante como innecesaria. Feijoo se ha marcado el meme de la republiqueta sí, la republiqueta no. Primero, bravo, declarando una «urgencia nacional». Y segundo, a los tiburones, reaccionando a la urgencia convocando a los presidentes autonómicos en septiembre, con la calma. 


Las dos cosas no son compatibles. O no es tan urgente, o septiembre es muy tarde. Hay quien se ha sonreído cómplice al leer la noticia, pensando que a fin de cuentas el líder del PP rinde así un homenaje al español medio, que no perdona la playa, el pincho y la caña durante el mes de agosto ni aunque comience la tercera guerra mundial sobre su maldita costa de vacaciones. No seré yo quien lo culpe por esto. Pero entonces no puedes declarar una «urgencia nacional», por más que es indudable que estamos —hace tiempo ya— en una «urgencia nacional», porque el enemigo que está provocando el caos se va a reír a de ti, porque además le das varias semanas para preparar su defensa a tu ofensiva, y porque para colmo contribuyes a relativizar la emergencia y perder credibilidad. Es tan obvio que me da hasta pereza dar lecciones. 


Los presidentes autonómicos, por su parte, deberían estar prendiendo fuego al país, aunque sea metafóricamente, por el robo que Sánchez está dispuesto a hacer en favor de Cataluña, pasándose por enésima vez por el arco de triunfo la igualdad de los españoles y la Constitución del 78, si es que queda algo de la Constitución y del 78. Pero ocurre que también están de vacaciones. Precisamente por eso el melón de La Moncloa armó el lío en pleno agosto, sabedor de que no hay nada más vago que un político en agosto, y gracias a Dios, que es el único mes en que nos dejan en paz durante unas semanas; sin embargo, esta vez, su presencia en la contienda diaria no sólo era admisible, sino que era obligada, porque, como dijo el propio Feijoo, estamos ante una urgencia nacional.


Nadie que se esté meando en la cola del supermercado exclama: «Me hago pis, esperaré a septiembre y entonces iré con todo al cuarto de baño batiendo el récord de los cien metros lisos». Nadie que llegue tarde a su boda y quiera sobrevivir dice: «Ya si eso después del verano me paso por la iglesia». Y nadie que necesite una operación a vida o muerte se va de fiesta al grito de: «¡Que me quiten lo bailao! Ya llegará septiembre y el Tío Paco con las rebajas». 


Todo el circo del payaso Puigdemont, su fregona, el maletero, el cupo, y la enésima traición de Sánchez a España cogió al PP de vacaciones, culo en chiringuito, pies a remojo en la playa, y chascarrillo en el pub del pueblo. No interrumpirlas, si quiera unos días, y salir a defender a todos los españoles, sin pretenderlo, traslada a la opinión pública la impresión de que no es tan grave, que ya se sabe, que los catalanes hacen cosas. Las palabras de Feijoo ahondan en esa idea del sí, pero no. Ahora deberán ingeniárselas para trasladar lo contrario con la mayor celeridad: que es gravísimo. Que es, de hecho, un inmenso robo, un desastre nacional. Y que detener la locura de ambición y narcisismo en la que se encuentra inmerso Sánchez es la mayor urgencia de la España de hoy y, por tanto, la mayor urgencia de todos los españoles hoy. 


Escrito con cariño desde la playa, mediada la marea y fresquita la caña, a 14 de agosto de 2024.

https://gaceta.es/opinion/la-urgencia-nacional-20240815-0818/

viernes, 23 de agosto de 2024

Testimonio de una mujer francesa sobre la inmigración ilegal


“Tengo 26 años, soy rubia de ojos claros y siempre he vivido en el distrito 6 de Lyon, que se considera la zona más elegante. Y mi vida diaria se ha vuelto insoportable. Escribo esto porque hace diez años podía salir con mis amigas por la noche, a cualquier hora, sin que me molestaran, me insultaran, me persiguieran o me apuñalaran. 


Menciono lo de apuñalar porque, hace tres años, mi novio y dos de sus amigos fueron abordados por un grupo de hombres cuando volvían a casa. Los rodearon y le robaron el móvil a uno de ellos. Intentaron defenderse y mi novio, aunque juega al rugby y está muy fuerte, se llevó un navajazo en el brazo al protegerse el cuello, que era el objetivo. Intentaron apuñalarle en el cuello. 


En cuanto a mí, a menudo me siguen hombres, me insultan porque no les contesto o porque les digo que tengo novio. Un día, me escupieron. Cada vez es más frecuente que me silben como a un perro, o me hagan ‘ksksks’ como a un gato. Me han pasado cosas del estilo una treinta veces, solo durante el último año.


Hace seis meses adoptamos un cachorrito. Una noche, mi novio salió a pasearlo a las 9 de la noche y tres hombres intentaron robarle el cachorro. Desde entonces, solo salimos por la noche en pareja y yo siempre llevo spray de pimienta en el bolso. 


En nuestro barrio, justo en nuestra cuadra, hay tres puntos de venta de droga que operan constantemente. Día y noche. Con todo lo que eso conlleva: vigilantes paseándose y merodeando delante de nuestra casa, gritando, drogándose y molestando a la gente, sobre todo a las mujeres. 


Todos los hechos que he mencionado (y solo son una parte de lo que hemos pasado) son obra de hombres de origen subsahariano o norteafricano. Un hombre blanco nunca se ha comportado conmigo de esa manera.


¿Es racista denunciar en qué se ha convertido mi vida diaria como mujer por culpa de la inmigración? ¿Es mi realidad, mi vida diaria, racista? ¿No tengo tanto derecho como cualquier otra persona de denunciar actos de violencia traumáticos, simplemente porque los cometen extranjeros o inmigrantes?


Para ser claros, no me he referido a los hombres en general, sino específicamente a hombres (a veces menores de edad) de origen inmigrante.


Ahora, y desde hace unos cuatro años, la forma en que vivo mi vida ha tenido que cambiar para vivir con esta inseguridad constante. Ahora vivo con un spray de pimienta en la puerta de casa, una pistola ‘taser’ y una pistola falsa, después de sufrir un intento de robo. Hemos puesto una cerradura adicional en la puerta de casa. Tenemos una cámara de seguridad en el piso. En el bolso llevo un segundo spray de pimienta; en el llavero, un mosquetón de bronce. Nunca entro en un edificio sin mirar antes a ambos lados de la calle, por si me está siguiendo un hombre. Nunca hago contacto visual, ya sabéis con quién. Cambio a la otra acera constantemente. Ya no salgo sola de casa después de las 9 de la noche. Ya no uso el transporte público por razones obvias. Tengo miedo cuando estoy sola en casa. Tengo miedo cuando salgo de casa. Ahora siempre tengo miedo. 


No quiero este futuro para mis hijos que, por suerte, aún no están aquí. No entiendo a la gente que no ve que Francia se está convirtiendo en una cuna de inseguridad a causa de los inmigrantes. Inseguridad para las mujeres, pero también para los hombres.

jueves, 22 de agosto de 2024

Del agua mansa líbreme Dios que de la brava me libro yo

 Las personas tibias son el peligro porque se dejan engañar y actúan como manada. De alguien bravo sabes lo que puedes esperar, para bien o para mal. La gente mansa es impredecible. Se deja llevar por la corriente.

A lo largo de estos casi dieciocho años de blog he tenido muchas disputas. Sin embargo, me preocupa màs que la gente no se defina. No hay peor desprecio que la indiferencia.

miércoles, 21 de agosto de 2024

Le da vergüenza al PP ser de derechas?, por Luis Ventoso

 Oh sorpresa: la socialdemocracia no inventó la protección del Estado. En 1889, Alemania se convirtió en el primer país en crear un sistema de pensiones. Gobernaba un tal Otto von Bismarck, apodado el Canciller de Hierro, que me temo no era muy de izquierdas, sino exactamente lo contrario.

En 1908, se aprueba en el Reino Unido la Coal Miners Eight Hours Act, que fija la jornada laboral en las minas en un máximo de ocho horas. Su impulsor es un joven ministro de corazón conservador, enrolado entonces en el Partido Liberal que gobernaba. Al año siguiente, ese impetuoso ministro impulsa el primer modelo de subsidio de paro. Probablemente ustedes conocen a aquel intrépido reformista: se llamaba Winston Churchill, futuro gran primer ministro tory.

Sin embargo, es cierto que tras la Segunda Guerra Mundial la izquierda es quien extiende en Europa la malla de lo que hoy llamamos el «Estado de bienestar». La creación de esa suerte de red de seguridad se convirtió en su gran aportación política. Pero acabó surgiéndole un problema: a la derecha le gustó el invento y lo incorporó a su propia oferta programática. La izquierda se encontró metida en un brete: si la derecha se ha apropiado de mi idea estrella, y si además resulta que gestionan la economía mejor que yo, ¿qué puedo vender al público para seguir resultando atractivo en las urnas?

La respuesta de la izquierda consistió en trasladar su discurso desde el bolsillo a los corazones y la entrepierna, inventando y promocionando lo que dieron en llamar «nuevos derechos». Además cambiaron su nombre, pasando de socialismo a «progresismo», que sonaba más guay y sin las connotaciones negativas que arrastraba –por méritos propios– la ideología socialista.

La bandera estelar de la «izquierda progresista» pasó a estar conformada por un cóctel en el que se revuelven los siguientes ingredientes:

-Negación de la dimensión trascendente del ser humano y promoción de un gran YO egotista.

-Primacía absoluta del Estado, al que el ciudadano alquila parcelas de su libertad para que el Gran Leviatán providencial lo pastoree en cada acto de su vida (pública, económica y privada).

-Un feminismo híper politizado y victimista.

-Promoción de la subcultura de la muerte (aborto y eutanasia) como «derechos».

-Corrección política, que acaba degenerando en formas de autocensura.

-Alarmismo climático, hasta el extremo de convertirlo en una seudo religión pagana.

-Promoción de una igualación a la baja y de la aversión a «los ricos» (categoría en la que incluyen a la clase media próspera).

-«Superación» de la familia tradicional abriéndose a «nuevos modelos».

-Fomento de la homosexualidad y la transexualidad, presentando como víctimas a las personas con esas opciones sexuales y llegando en las formulaciones más extremas a negar el hecho bilógico del hombre y la mujer.

Todo ese conglomerado, el programa de la izquierda actual, conforma lo que algunos denominan el «wokismo». Por eso el líder de la oposición demuestra que no se ha enterado –o que comparte la ideología social de la izquierda– cuando sale a celebrar el «Orgullo», los festejos homosexuales anuales, con unos términos que no difieren de los que emplearía cualquier ministro del PSOE o de Sumar (amén del manifiesto que ha emitido su partido al respecto). Una cosa es respetar la opción sexual de cada cual, algo en lo que todos estamos de acuerdo, y otra distinta es el llamado Orgullo, una evidente bandera política de la izquierda, a la que el PP se suma presto mostrando su complejo de inferioridad ante el mal llamado «progresismo».

Este debate es muy interesante, pues conduce a una pregunta clave: ¿Quiere el PP ser todavía un partido de centro-derecha, o más bien se avergüenza de ser de derechas y va camino de convertirse en algo similar a lo que era Ciudadanos?

Si el actual PP no acaba de ser realmente un partido liberal en economía, y si en lo que hace a los temas morales se instala en los parámetros de la izquierda, ¿cuál es su diferencia con el PSOE de Sánchez? ¿Estriba tan solo en cumplir la Constitución, respetar las reglas y ceder menos ante los separatistas? ¿En todo lo demás comparte el modelo que nos ha traído la ingeniería social del PSOE?

Si renuncia a la batalla ideológica para acomodarse en el marco de lo que podríamos llamar «el consenso progresista», Feijóo garantizará la existencia y el crecimiento de Vox. Vayan despertando en Génova: 99% de los votantes del PP lo apoyan porque quieren unas ideas moderadas de centro-derecha o derecha, no de centro-izquierda.

Ayuso y Almeida, por ejemplo, lo han entendido y marcan distancias ideológicas con el socialismo. Antes de que lleguen las elecciones, al PP le vendría bien organizar un gran congreso ideológico para decirnos claramente qué quiere ser, porque a día de hoy no está del todo claro. En sus estatutos sigue figurando el humanismo cristiano como una de sus divisas. Pero algo no encaja cuando en la práctica se entrega al ensalzamiento de los fastos gais, como hace Sánchez, que incluso ha colgado una inmensa banderola arcoíris en una torre de la Moncloa, para dar así fe de que es un gran estandarte de la izquierda.

España necesita una derecha moderada, constructiva, argumentativa y alejada de los aspavientos populistas. Pero eso no puede confundirse con una suerte de PSOE light.

 https://www.eldebate.com/opinion/20240629/le-da-verguenza-pp-derechas_209234.html

martes, 20 de agosto de 2024

El arte acomplejado, por Itxu Díaz

 

Como últimamente los haters me insultan un poco menos de lo habitual, me dispongo a consignar un artículo elitista y clasista. ¿En serio Itxu Díaz es elitista? Muchísimo. Desde que me levanto hasta la hora de almorzar, y después ya todo el día. Soy felizmente elitista y estoy en contra de que tipos con el mismo perímetro cerebral que una pulga enana emprendan proyectos intelectuales y morales para los que no están capacitados. Los museos no son para todo el mundo. Como tampoco lo son las universidades. Como tampoco lo es el arte, ni el cine, ni la literatura. Saber leer y escribir sin demasiadas faltas de ortografía es un avance encomiable con respecto a los analfabetos, pero no es suficiente como para aventurarse a cancelar pasajes de El Quijote, incluso aunque pertenezcas a una minoría, o a un colectivo de izquierdas, o aunque te haya caído del cielo un cargo político.

El arte de ayer, el bagaje cultural de la civilización occidental, es algo superior a la media. Quiero decir que un idiota no puede disfrutar cualquier obra de arte. Un tonto que contempla con anteojos contemporáneos un cuadro o lee un libro de hace cuatro siglos se equivoca en todo, pero sobre todo se equivoca en creer que esa herencia cultural le pertenece. No. Si esa obra de arte hubiera caído en manos de ese tonto, con toda probabilidad, no se habría conservado hasta hoy intacta en un museo. De modo que lo primero que debemos hacer para seguir conservando el bagaje artístico de Occidente es pedirles a los idiotas que se mantengan al margen de aquello que no ennoblece intelectual y sensorialmente a nuestra civilización.

Hay bobos que la emprenden contra una escultura o un cuadro porque creen que son capaces de comprenderlas y hablar de ellas sin hacer el ridículo, algo que nunca se atreverían a hacer con la Suma Teológica de Santo Tomás, o con la obra de Martin Heidegger; de algún modo lo dejan al margen porque asumen que no están capacitados para abordarlo sin que les reviente el cerebro. Y ahí está el error. No, los dementes que han obligado a varios museos a instalar paneles aclaratorios sobre por qué las esculturas antiguas eran tan blancas y a incluir junto a las obras arengas contra el racismo, no están capacitados para contemplar las obras maestras de Grecia y Roma. Está capacitado para ir a un programa de televisión a decir tonterías, para dar charlas a sus adeptos a la secta, o para intentar poner de moda un hasthag en Twitter, pero carece de la formación, la decencia intelectual, y la capacidad de absorción de belleza necesarias para sentarse frente a una obra clásica y formarse un juicio de valor sobre lo que hay más allá de sus narices.

Hace algunos meses, un ilustre idiota localizado en un instituto de Massachusetts dijo aquello de que estaba muy orgulloso de haber eliminado La Odisea del plan de estudios porque, desde su agujereado criterio, se trata de una obra racista y sexista. El ejemplo no es nuevo, pero sí ilustrativo. Alguien que cancela una obra de Homero porque no encaja con sus diminutas entendederas de 2024 es un idiota, no lo digo como insulto, sino como definición. O sea, su cara podría acompañar al término «estupidez» en un diccionario ilustrado, y a nadie le llamaría la atención. Pero en el supuesto caso de que te sientas tan «empoderado» (es la típica palabra que sólo entienden los idiotas) como para atacar y censurar a Homero, lo mínimo que puedes hacer es estar a su mismo nivel intelectual. Y no, haber organizado talleres inclusivos donde las niñas dibujan chicas con pantalones y los niños dibujan y recortan a chicos con falda no está, lo lamento, al nivel intelectual de La Odisea, sino más bien a la altura de un tiktoker chillón para adolescentes todavía no demasiado enganchado a la cocaína.

Y si, de todos modos, algo que sugiere que tienes la fuerza intelectual suficiente como para destrozar un museo con tus consignas de usar y tirar recién sacadas de un editorial futurista del New York Times, al menos haznos un favor: no la emprendas con lo clásico, hay un montón de museos de arte contemporáneo llenos de basura por los que yo, personalmente, no voy a llorar si algún izquierdista abducido decide inmolar allí sus principios woke.

Sea como sea, los conservadores deberían darle una maldita oportunidad a la intransigencia en estos casos, cuando se trata de defender la herencia cultural de Occidente. En el pasado, por asuntos mucho más pequeños, la gente tomó las armas y dio su vida. A los idiotas que tratan de convertir nuestros museos de arte clásico en discotecas woke hay que plantarles cara con un único argumento: saca tus acomplejadas manos de mi arte.

Porque el arte no es de todos. Esa es la enésima cantinela de la vida progre. El arte es de quien lo defiende, lo salva, lo admira, y lo conserva.

 https://gaceta.es/opinion/el-arte-acomplejado-20240627-0500/

lunes, 19 de agosto de 2024

Se le ve el plumero

 Cuando a alguien se le notan las segundas intenciones, casi es mejor así. Al menos no te das por engañado. Sin embargo algunas personas son incapaces de detectar la trampa. Como se dice: si es un perro te muerde.

No verían la realidad ni aunque se la grabaran. Yo no sé por qué ocurre esto y creo que ya he renunciado a entenderlo. Es lo bueno que tiene hacerse mayor, que dejas de luchar por causas perdidas.

Sobre Venezuela: 


sábado, 17 de agosto de 2024

Los neandertales cuidaban a sus niños con síndrome de Down

 Investigadores españoles de la Cátedra de Otoacústica Evolutiva y Paleoantropología de HM Hospitales y la Universidad de Alcalá, formado por antropólogos y otorrinolaringólogos, junto a arqueólogos de la Universitat de València han descubierto el primer caso de síndrome de Down entre los neandertales y que este individuo, lejos de ser desechado, sobrevivió más de seis años gracias a los cuidados y la solidaridad del colectivo.


Este estudio, que acaba de ser publicado en la prestigiosa revista Science Advances, genera un nuevo paradigma respecto a las relaciones sociales y las características que definían a las comunidades neandertales como el sentido de pertenencia y el altruismo. Una de las características más extraordinaria de los seres humanos es que nos ocupamos y cuidamos de las personas vulnerables. El altruismo de nuestra especie constituye un comportamiento insólito en el Reino Animal y representa un auténtico desafío a la Biología Evolutiva. Desde hace décadas, se sabe que los neandertales también se ocupaban y cuidaban de sus compañeros vulnerables. Sin embargo, todos los casos conocidos de cuidados afectaban a individuos adultos, por lo que algunos científicos pensaban que no se trataba de un auténtico comportamiento altruista sino de un mero intercambio de ayuda entre iguales: Hoy por ti y mañana por mí. “Lo que no se conocía hasta ahora era ningún caso de un individuo que hubiera recibido ayuda, aunque no pudiera devolver el favor, lo que probaría la existencia de auténtico altruismo entre los neandertales. Eso es precisamente lo que significa el descubrimiento de ‘Tina’”, confirma la Dra. Mercedes Conde, codirectora junto con el profesor Ignacio Martínez, que también participa en el estudio, de la Cátedra de Otoacústica Evolutiva y Paleoantropología de HM Hospitales y de la Universidad de Alcalá.

Tales afirmaciones resuelven uno de los enigmas más polémicos de la antropología, ya que queda probado tanto la existencia de personas con síndrome de Down en las comunidades de neandertales y que dichos colectivos cuidaban y protegían a estos individuos de forma altruista, en lo que sin duda representaba una de las polémicas recurrentes entre los colectivos de antropólogos.

Esta polémica ha quedado resuelta por el descubrimiento de un individuo neandertal con síndrome de Down (al que los investigadores han apodado ‘Tina’) que sobrevivió por lo menos seis años, lo que sin duda requirió los cuidados y la solidaridad de su grupo. Se trata del primer caso conocido de este síndrome en una especie de hominino distinta a la nuestra y ofrece una prueba evidente de que también los neandertales tenían auténticos sentimientos humanos.

El fósil procede del yacimiento de la Cova Negra (Xátiva, València), que es uno de los lugares en los que primero se descubrieron fósiles humanos en España. El hallazgo lo ha realizado el equipo liderado por el catedrático emérito de Prehistoria de la Universitat de València, Valentín Villaverde, que lleva excavando en este yacimiento desde la década de los años ochenta. Se trata de un pequeño fragmento de hueso temporal, el hueso del cráneo que alberga el oído.

El fósil ha sido estudiado por un equipo liderado por la Dra. Mercedes Conde, profesora de la Universidad de Alcalá, que ha contado con la participación del Dr. Alfredo García, jefe del Servicio de Otorrinolaringología de los hospitales universitarios HM Puerta del Sur. HM Montepríncipe y HM Rivas, y la Dra. Nieves Mata, otorrinolaringóloga de ambos centros, quien destacó que, "fue apasionante detectar en el TAC del hueso temporal, que alberga el órgano de la audición y del equilibrio, unas malformaciones presentes en el nacimiento, como la displasia del canal semicircular lateral, y signos de complicaciones de las otitis que pudo presentar este niño durante su infancia, como la presencia de una fístula laberíntica. Todas estas alteraciones pudieron conducir a una pérdida de audición severa y a un vértigo incapacitante en un niño con una malformación de oído interno altamente sugestiva de síndrome de Down”.

El resto craneal objeto de estudio fue encontrado en el año 1989, en el contexto de las excavaciones efectuadas en la Cova Negra de Xàtiva (València), un yacimiento en el que se han recuperado gran número de restos óseos neandertales, muchos de ellos de individuos infantiles. “Estas excavaciones han sido claves para conocer el modo de vida de los neandertales de la vertiente mediterránea ibérica y han permitido definir las ocupaciones del asentamiento: de corta duración temporal y con un reducido número de individuos, alternadas con presencia de carnívoros”, destaca Villaverde. El profesor Villaverde aporta al trabajo el contexto arqueológico del resto y su importancia en la valoración de la conducta de los neandertales, especialmente en relación con el cuidado de discapacitados. El resto fósil está depositado en el Museu de Prehistòria de València, según informa HM.

 https://www.larazon.es/sociedad/neandertales-cuidaban-protegian-sus-ninos-sindrome-down_20240626667c65c109305200018e4071.html

viernes, 16 de agosto de 2024

La ultraderecha que nunca existió

 

Como todo el mundo sabe, la gran noticia de las elecciones europeas ha sido el auge de la ultraderecha, o de la extrema derecha, y no ha habido medio tradicional que no haya usado una u otra expresión (o ambas, para mayor abundamiento) en sus crónicas.

El presunto fenómeno ha sido también ocasión propicia para que los comentaristas cuyo marco ideológico quedó anclado en la Europa de los 30 y los 40 se preguntaran en alto, con reproche en la voz, si no hemos aprendido nada. La implicación, naturalmente, es que los europeos estamos otra vez votando fascismo.

Es todo muy estúpido, o lo sería si no fuese el trágico resultado de una incesante propaganda para que el electorado europeo crea un mito que hubiera podido disipar con cinco minutos de reflexión y, quizá, una rápida comparativa de idearios y programas. Porque lo que está subiendo —que no triunfando— es algo bastante más soso y menos emocionante que el fascismo.

Si uno echa un vistazo, por ejemplo, a la página web del más ‘peligroso’ de los grupos en el europarlamento, los Conservadores y Reformistas Europeos, no va a encontrar soflamas o vibrantes llamadas a las armas, sino una lista más bien aburrida de iniciativas del estilo de “salvaguardar a los ciudadanos y las fronteras”, “respetar los derechos y la soberanía de los Estados miembros”, “proteger el medio ambiente global a un costo que podamos afrontar”, “mejorar la eficiencia y eficacia de la unión” y “cooperar con socios globales”. Nada, en fin, que no pudieran firmar los que combatieron al fascismo en los cuarenta.

Lea, si le place, este manifiesto extraído de la página web de Hermanos de Italia (FdI), el partido de Giorgia Meloni, la primera ministra italiana cuya llegada al poder fue presentada en la CNN con imágenes de archivo de la Marcha sobre Roma: “Debe ser Europa la que decida quién entra en su territorio y no organizaciones criminales o actores externos interesados en utilizar los flujos migratorios como arma para desestabilizar gobiernos. La inmigración debe enmarcarse en un contexto de legalidad y abordarse de manera estructural. Salvar vidas es un deber, al igual que proteger a quienes tienen derecho a asilo, pero el modelo favorecido por la izquierda, caracterizado por una aceptación indiscriminada y redistribuciones (de migrantes) nunca implementadas, ha demostrado ser un fracaso”. No es exactamente Mein Kampf, sino una serie de afirmaciones que para cualquier partido occidental de posguerra resultarían demasiado evidentes como para consignarlas por escrito.

Ni rastro de banderas y uniformes, llamadas al Estado totalitario, exaltación de la raza o demonización de las democracias, en fin. ¿Qué ha pasado, entonces, para que estas verdades de perogrullo suenen de repente a LITERALMENTE HITLER a oídos del ciudadano medio europeo? En pocas palabras, la traición de la derecha liberal-conservadora de posguerra.

Esa derecha de la alternancia política de posguerra —el PP, el Partido Conservador británico, Los Republicanos en Francia, la CDU alemana— han ido abandonando uno a uno sus compromisos ideológicos al tiempo que acogía las novedades más enloquecidas y extremas de la izquierda y las convertía, casi sin sentir, en “opinión conservadora”.

No ha habido alternancia en absoluto; no ha habido contrapeso conservador a las innovaciones crecientemente utópicas y disparatadas de la izquierda por parte de la ‘derecha convencional’ europea, y así ha carecido de contestación y freno confinamientos, pasaportes vacunales, censura en el discurso, creaciones orwellianas como los ‘delitos de odio’, delitos de autor (la ‘violencia de género’ asentada en una dogmática que criminaliza todo uno sexo), exaltación de anomalías (estadísticamente hablando, al menos) sexuales, reescritura obligatoria de la historia, catastrofismo climático con tintes religiosos que justifican medidas ruinosas y liberticidas, el desprecio de las fronteras y la concomitante indulgencia con la ilegalidad de los foráneos y una visión, en fin, del Estado como un sustituto de la divinidad perdida, exactamente lo contrario de lo que siempre ha significado la posición conservadora.

Es como si la derecha se hubiera rendido, se hubiera entregado con armas y bagajes al enemigo histórico y funcionara como su cómplice necesario. Y es a esto a lo que reacciona un número creciente de europeos, que no buscan en absoluto una vuelta de ideologías que solo existen ya en la cabeza de los izquierdistas nostálgicos de la Resistance, sino la recuperación de la sensatez política, de la derecha real: el orden público, la seguridad en las calles, la inmigración ordenada, la libertad de expresión, impuestos moderados y un gobierno limitado.

De hecho, lo más llamativo de la ‘alerta antifascista’ que se ha decretado en Europa es lo fácil que resultaría desactivar esa deriva supuestamente peligrosa, y a un coste que ni siquiera debería considerarse tal. Bastaría que los partidos del consenso gobernaran como lo han hecho la mayor parte de su historia, evitando, especialmente, las dos principales quejas del ciudadano europeo corriente: una inmigración ilegal masiva que, teorías de la conspiración aparte, equivale en muchas partes a un verdadero reemplazo demográfico —la misma tierra, pero con otra población no autóctona— y la ‘locura verde’ traducida en un verdadero programa de destrucción de la calidad de vida que el europeo ha llegado a dar por supuesta. Es decir, sin tener que hacer nada que traicione sus idearios tradicionales, ni en la derecha ni en la izquierda.

Ser es defenderse, y ni siquiera un pueblo tan adormecido como el europeo irá a la extinción sin algún amago de resistencia. Y ahí está, sí, el peligro, el riesgo de que nuestros líderes acaben provocando con su aceptación de políticas suicidas el mismo mal que temen.

Porque, históricamente, los fascismos en Italia y Alemania fueron expedientes desesperados a los que recurrieron pueblos que ya no veían en la democracia salida a su situación desesperada de declive económico y social. Y si no se permite a los europeos recurrir a programas democráticos razonables y sensatos, moderados, incluso, como los que promueven estos partidos absurdamente motejados de ultraderecha, el fascismo de verdad, la auténtica extrema derecha podría ser la opción de muchos, enfrentados al totalitarismo empobrecedor y restrictivo de una Unión Europea decidida a convertirse en la versión moderna de la URSS.
Carlos Esteban 

https://ideas.gaceta.es/la-ultraderecha-que-nunca-existio/

jueves, 15 de agosto de 2024

El hábito no hace al monje

 He sabido por experiencia que las personas a veces no son lo que parecen. Me tocó descubrirlo de la peor manera posible. Hay gente que son como camaleones. Se camuflan y los de alrededor no se dan cuenta.

Pero lo que no me explico es que se pueda convivir con esas personas durante años y seguir defendiéndose y no detectar el camuflaje. Pensar que son buenas personas, inocentes y bienintencionadas...

miércoles, 14 de agosto de 2024

Las nuevas víctimas

En los llamados 30 gloriosos, años posteriores a la II Guerra Mundial donde se produjo un extraordinario desarrollo económico, se dieron cuenta de que la gente se alejaba del Marxismo pues, encontraban en las mejoras económicas un aliviadero y esto, los alejaba de la izquierda; ya no era gente proletaria expulsada del paraíso, ahora podían comprarse un coche. 


Eran décadas donde los trabajadores empezaron a equipar sus casas, se compraban electrodomésticos y algunos otros incluso vislumbraban la posibilidad de comprarse hasta un apartamento en la playa y eso, les alejaba de votar a los comunistas y, puestos a prescindir, prescindían del Marxismo. 



Revisando este fenómeno, pocas cosas fueron comparables al milagro económico europeo tras la guerra. Hete aquí que los ideólogos de izquierdas reaccionaron rápido y tras una reestructuración de sus ideas, decidieron, entre otras cosas, buscar votos en otros nichos de mercado, concretamente en  los grupos de víctimas (véase Escuela de Fráncfort).


Se empezaron a centrar en la defensa de grupos considerados víctimas por su sexualidad, por su género, las mujeres, gordura, empezaron a apoyar a las regiones supuestamente oprimidas, cualquier grupo local víctima será defendido por la izquierda renovada. Frente al modelo universalista marxista de antaño se postula el nuevo: sufro luego acuso, si me presento como víctima es que tengo la razón, etc. Todos estos grupos de víctimas serán los nuevos épsilones de un mundo feliz. 


Pero, la cuestión que urge plantear es que, para qué funcione y el grupo se cohesione, en psicología social sabemos que se necesita a un enemigo “opuesto” o “simplemente distinto”. Y siguiendo las teorías poscoloniales y posmodernas, el hombre blanco occidental heterosexual y cisgénero fue el objetivo de todas las acusaciones. Insisto en decir “heterosexual”  pues si fuera un hombre blanco “homosexual” ya no sería diana de todos los dardos, -aunque fuera blanco-.


Podemos decir que incluso se llega a odiar lo normal, lo que se denomina normofobia concepto que enmarca lo que entendemos por “convencional”, lo que está en la media, lo tradicional.


Las políticas identitarias eclosionaron triunfales tras la caída del muro y hoy, es el día que la cultura de la fragmentación y por ende, de la polarización política es máxima. 



Pero hay que ser extremadamente precavidos y cautos ante toda esta corriente pues, si se premia y protege en exceso a las víctimas, sabemos que fácilmente se podrá acomodar a su situación enrocándose en sí misma, lo cual le podrá dificultar salir de esa situación. 


Hoy, no hay lugar a duda de que estamos ante la cultura de la víctima, el mejor ejemplo es el triunfo actual de Joker sobre Batman. Joker que sufrió abusos de niño y tiene problemas de salud mental.


Y en el caso de la Salud Mental se corre el serio riesgo de que la enfermedad se convierta y adhiera a la propia identidad.


Al igual ocurre con la gordura, sí uno reconoce que no es un problema y que “ese” es su estatus social que los demás deben aceptar, ¿qué médico puede contradecir a un colectivo marginalizado y recomendarle que cambie y  adelgace?


Para la teoría de la “justicia social” solo hay buenos (víctimas) y malos. Dominantes y dominados marginalizados (víctimas). Pareciera cómo si los varones no tuvieran capacidad de sufrir ninguna discriminación. 


La cultura del victimismo también tiene como efecto que el estado se extralimite en sus funciones protectoras. Pues la víctima a diferencia de la cultura del honor, necesita de otros que le ayuden, busca constantemente la simpatía de los demás, procura la constante solidaridad. El problema que veo, reside en que esa víctima se cronifique de por vida como víctima, la víctima queda infantilizada y frágil.


Y suele ocurrir, cuando el Estado aumenta e interviene demasiado se producen innumerables falsos positivos. Se llega a considerar víctima a quien no lo es, incluso muchos presionan para adscribirse a ese grupo de víctimas por las numerosas ayudas y apoyo social. 


La víctima es el nuevo héroe de hoy en día que despojado de responsabilidad sabe que en un debate se le atribuye la verdad y se le da la razón. Es el nuevo significante amo.

https://eltorotv.com/rebelion-en-la-granja/presentarse-como-victima-20240507

martes, 13 de agosto de 2024

Deja en paz a los tíos, por Itxu Díaz

Ser hombre es un pésimo negocio en 2024. Ahora todo el mundo te mira por la calle como si vinieras de esconder el primer cadáver del día, no hacen más que subir los impuestos de la cerveza, te excluyen en los programas de ayudas laborales e incentivos económicos, y te presionan para que te arranques los pelos de cualquier parte del cuerpo. Por si fuera poco, cosas tan masculinas como perderse en el supermercado, conducir borracho, o romper ladrillos a cabezazos, despiertan el peor de los rechazos sociales. Ser hombre en el siglo XXI es un maldito drama y nadie se atreve a decirlo. Yo tampoco.

Veamos. Nunca ha sido fácil ser tío. Recuerdo que en la Edad de Piedra teníamos que vérnoslas cada día con peligrosos animales para llevar carne tierna a la caverna. Pobre de ti si regresabas con las manos vacías. A un marido de la cueva de al lado lo cocinaron y se lo comieron por salir a cazar mamuts durante una semana y regresar solo con un par de pajarillos. De nada le sirvió decir que eran de la selva gourmet. El mamut era un animal muy cabrón. Si tenía ocasión de ver cómo torturan a un hombre, corría como una liebre y no se dejaba capturar. He visto a muchos hombres arrojarse por inmensos acantilados para evitar la deshonra de no ser capaz de alimentar a la prole. Eran tiempos difíciles. Nos pasábamos horas cazando bichos asquerosos por cualquier jungla, con palos afilados, y con la única compañía de un montón de idiotas en taparrabos, igualmente armados con palos e incapaces de distinguir, a la hora de arrojar sus lanzas, la cabeza de un mamut del culo de un cazador.

Un tiempo después, en la Edad Antigua, ibas a Egipto pidiendo que te trataran como a un faraón, y una turba te arrancaba el cerebro, te evisceraba, te ponía en salazón, y te construían encima una enorme pirámide para asegurarse de que no podrías escapar. Y en efecto, no podías salir de ninguna manera, porque también te habían atado con vendas. Entretanto, aquello se supone que estaba lleno de diosas bellísimas —eso decían mis colegas de la taberna— pero te confieso que desde dentro de la pirámide y convertido en bacalao en salazón, hay poco que puedas contemplar. Y todo por ser tío.
Del autor

 En la Edad Media, la presión social sobre la vida del macho se hizo insoportable, pero gracias a Dios existía el paraíso del castillo, donde podías encerrarte durante diez o quince años, rodeado de buenas vistas, seguridad privada, un montón de armas divertidísimas, y sin necesidad de ir al centro comercial los sábados a comprar cualquier tontería; todo lo importante se fabricaba dentro, incluido el capón relleno, el vino, y los mazapanes.

La principal diversión medieval eran los banquetes y nadie te montaba una escena por arrojar por encima de una almena los huesos de costilla de un carnero, o por comer con los dedos y limpiarte los morros con el mantel, cuando ni siquiera se había inventado la servilleta. Y lo mejor del castillo era el foso donde, a los vendedores que te visitaban a la hora de la siesta para ofrecerte una tarifa plana de telefonía móvil, se los comían los cocodrilos. Aquello era vida. Para compensar tanto disfrute, un imbécil dictó por entonces que la moda de caballero pasaba por unos ridículos zapatos larguísimos que nos convirtieron para la posteridad en el hazmerreír del terraplanismo. Las chicas nos decían que nos sentaban muy bien, para después despellejarnos por la espalda en los corrillos de las ciudadelas. Desde aquella historia de los zapatones, a los tíos ya nunca nos dejaron respirar en paz.

Más tarde, lo único bueno de la Edad Moderna es que llevábamos capa y espada y cualquier excusa era buena para batirse en duelo, que es, junto al fútbol, la única actividad típicamente masculina que produce un placer infinito. Por lo demás, de la Edad Contemporánea tan solo recuerdo que nos obligaban a ponernos camisas gigantes con lentejuelas, no había manera de echarse una novia con los pelos sin electrificar, y en general a un caballero se le exigía saber bailar como Freddie Mercury, que era el único tío al que adoraban todas las mujeres. En vano.

Y ya en nuestros días, toda afrenta contra lo masculino es gratuita. A veces con razón. Pienso en esas feministas de nuevo cuño que se pasan el día diciendo que los hombres les dan asco, que lo único que realmente les gusta son las mujeres. Y las comprendo, no puedo culparlas. A mí me pasa exactamente lo mismo.
- Seguir leyendo: https://www.libertaddigital.com/opinion/2024-05-24/itxu-diaz-deja-en-paz-a-los-tios-7130499/

lunes, 12 de agosto de 2024

Esto ya pasa de castaño a oscuro

Es demasiado. Es lo que pienso cuando alguien me dice que no soy buena persona. Me pueden llamar machista, racista u homófoba. Estoy acostumbrada.  Pero que duden de mis buenas intenciones no.

Si algo me considero siempre es demasiado buena, y de ahí creo que han surgido todos los problemas que he tenido en mi vida. Para que otros se cuelguen las medallas. (Se queden con el mérito)

viernes, 9 de agosto de 2024

Me he mudado a un pueblo facha

Lo que debería ser sano y normal para cualquier sociedad que se precie se ha distorsionado hasta el punto de que, quererlo, anhelarlo o incluso defenderlo, es muy fascista.


Me he mudado a un pueblo fachaFoto de archivo. Bandera de España en un balcón EP

Publicado: 16/06/2024 04:45


Actualizado: 16/06/2024 04:59


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Tras pensarlo mucho, el año pasado tomé una decisión: dejar la capital para irme a vivir a un pueblo, un lugar tranquilo donde poder llevar una vida más cómoda y feliz. Reconozco que mis primeras expectativas iban poco más allá de tener un pedacito de jardín donde poder plantar cosas y disfrutar viéndolas crecer, cosa que me da mucha paz.


Hace apenas un mes que por fin me pude instalar en mi nueva casa. Cualquiera que sepa lo que supone vender una casa, comprar una, meterse en reformas y organizar una mudanza, se hace a la idea de que no han sido unos meses fáciles.


Y aquí estaba yo, en mi nuevo pueblo, con mi pedacito de jardín que parece más un trozo de tierra por donde ha pasado el caballo de Atila, la casa llena de cajas que dejan ese olor a cartón, al que acabas cogiendo manía, y unas vistas espectaculares al monte desde mi ventana, cuando decidí salir a dar una vuelta para investigar un poco el lugar y, ya de paso, hacer algo de compra con la que llenar un frigorífico que en vez de a comida, huele a plástico nuevo.



Ese primer día de “Rosa la exploradora” fue bastante revelador. Lo primero que descubrí es que los tacones y los pueblos no se llevan bien. Lo segundo es que, por muy llano que parezca todo, hay cuestas por todos lados. Al principio resulta un poco extraño cambiar el sonido del tráfico por el canto de los pájaros. Una se piensa que de noche callarán, pero no, en este pueblo los pájaros no duermen. Los primeros días yo tampoco, ahora, hasta el gallo trastornado del pueblo que canta a las 4 de la tarde, en lugar de al amanecer, me pasa prácticamente desapercibido cuando me echo alguna que otra siesta.


Veo una pareja de policías nacionales caminando y los niños del parque empiezan a llamarlos: “¡Hola, policía, hola!”. Los policías miran hacia el parque y devuelven el saludo a los niños

Pero el descubrimiento más revelador de todos es que creo que me he mudado a un pueblo facha. No les voy a engañar, alguna pista ya tenía cuando vine a visitarlo varias veces buscando casa y veía banderas de España colgando por los balcones.



Hace unos días aparqué las cajas y las chapuzas en casa que aún me quedan por hacer para poder vivir medio decentemente y salí a dar un paseo. Al pasar frente al parque, veo una pareja de policías nacionales caminando y los niños del parque empiezan a llamarlos: “¡Hola, policía, hola!”. Los policías miran hacia el parque y devuelven el saludo a los niños agitando la mano en el aire y mostrando una gran sonrisa, mientras prosiguen con su camino.


Me van a llamar tonta, pero les prometo que me emocioné. Cuando crees en el respeto a la autoridad y en que la libertad va cogida de la mano de la seguridad, ver estas cosas te dan esperanza. Me gusta saber que en el pueblo en el que vivo se educa a los niños para que no se emocionen cuando se apalea a un policía, como le pasaba a aquél muchacho con coleta que se la cortó y acabó poniendo un bar, sino que a la policía se la respeta porque está aquí para protegerte y ayudarte si tienes problemas.


En este lugar no hay gente que va a pagarnos la pensiones a golpe de machete ni las personas que esconden el móvil o agarran fuerte el bolso cuando se les acerca alguien a preguntarles algo

En este pueblo, los niños juegan en el parque como hacía yo de pequeña: sin la necesidad de que esté presente la figura del abuelo-escolta. Salen de casa y simplemente van al parque a jugar. Y juegan en los columpios, con la pelota o simplemente a correr de aquí para allá.


Por aquí no se ven señoras con burka ni las mujeres tienen miedo de salir solas a tomar algo, a la hora que sea. En este lugar no hay gente que va a pagarnos la pensiones a golpe de machete ni las personas esconden el móvil o agarran fuerte el bolso cuando se les acerca alguien a preguntarles algo. En este pueblo, hasta los gatos te saludan por la calle, aunque aún no te conozcan. Si te dicen “buenas tardes”, solo quieren darte las buenas tardes o los buenos días, no van a pararte para pedirte algo. Aquí no hay hombres que te paran por la calle con eso de “¿tienes un cigarro, amiga?”, que te hace temblar las canillas.


Como ven, me he mudado a un pueblo facha. Porque al parecer hoy en día es muy de extrema, mega, súper, ultra derecha que no te acompleje la bandera de tu país y que te guste mostrar con orgullo la bandera que nos representa a todos, y no solo a unos pocos. Es muy fascista respetar a la policía y enseñar a los niños a simpatizar con quienes tienen la obligación y el deber de protegerlos. Es muy de fachas el tener la seguridad necesaria en las calles como para que los niños puedan ir solos al colegio o a jugar al parque, como para que las mujeres podamos deambular tranquilas, ya sea de noche o de día. Es muy fascista no tener bandas latinas, ni grupos de africanos que se apoderan no solo de las plazas, sino también de las casas que no son suyas, pero que nos van a pagar las pensiones a pesar de que solo el 22% de los marroquíes que viven en este bendito país han cotizado alguna vez, (cuánto tiempo no lo sabemos), a la Seguridad Social.


Y de repente llegan unas elecciones europeas y te das cuenta de que la gente quiere ser fascista, porque lo que debería ser sano y normal para cualquier sociedad que se precie, se ha distorsionado hasta el punto de que, quererlo, anhelarlo o incluso defenderlo es muy fascista.


Somos todos fascistas, excepto ese señor que tenemos en la Moncloa, que no ha ganado unas elecciones en 6 años y que quiere que la prensa y los jueces rindan cuentas

Cuando lo normal se disfraza de fascismo a golpe de ideología progre para camuflar las carencias de las políticas de izquierdas y socialistas que solo llevan a la ruina y a la destrucción de nuestra civilización, acabamos todos siendo fascistas.


Somos todos fascistas, excepto ese señor que tenemos en la Moncloa, que no ha ganado unas elecciones en 6 años y que quiere que la prensa y los jueces rindan cuentas. Porque ahora la democracia no es exigir explicaciones a quien te gobierna, sino que quien te gobierna te controle y te exija explicaciones a ti.


Pueden ponerle el nombre que quieran a las cosas, fascismo, ultra derecha, Franco, el fantasma de las Navidades pasadas o el hombre del saco, pero, a la hora de la verdad, la gente sabe lo que está bien y lo que está mal. Y vivir como nos quieren hacer vivir, tragando con lo que nos hacen tragar, no está bien. Todos los sabemos, hasta los que se esfuerzan por defender lo indefendible lo saben.


La cuestión es que no hay pueblos fachas para todos. Habrá que hacerlos.

https://www.vozpopuli.com/opinion/me-he-mudado-pueblo-facha.html

jueves, 8 de agosto de 2024

No pega ni con cola

 Se dice cuando algo o alguien no concuerda, no tiene nada en común con otro u otra cosa. También  para la ropa. Yo lo utilizo más bien cuando al no me cuadra, me chirría.

Hay muchas veces en que los medios dicen una cosa y al día siguiente lo contrario y la gente lo acepta sin más. A mí cuando una cosa no me pega con el resto no hay quien me haga aceptarla. Es algo instintivo.

miércoles, 7 de agosto de 2024

Colonialismo religioso

 Lo de la “comunidad musulmana” en España me parece un ejemplo perfecto de colonialismo religioso (por el momento, light), al que nos somete el islamismo y que las autoridades, y nosotros mismos, aceptamos como algo normal. ¿Por qué razón un ciudadano marroquí, sirio, afgano, deja de ser un ciudadano marroquí, sirio o afgano y en España se convierte automáticamente en parte de la “comunidad musulmana”? Con las cautelas, consideraciones, y temores de trato correspondientes. Lo pregunto porque los ciudadanos argentinos, mexicanos, uruguayos o peruanos que llegan a España siguen siendo argentinos, mexicanos, uruguayos o peruanos, no pasan a ser considerados parte de una “comunidad cristiana” a la que hay evitar ofender a toda costa. Incluso violando las leyes.  

Por mucho que se intente ocultar, esta actitud significa el pago de un peaje religioso. Pongamos un ejemplo. Durante la llamada “Fiesta del cordero” (que es fiesta para todos menos para los pobres corderos, ¡digan algo antitaurinos!), se sacrifican miles de animales, sin ningún tipo de control veterinario ni aturdimiento previo, en plena vía pública y en muchos domicilios, lo cual supone una infracción del Reglamento CE 1099/2009, relativo a la protección de los animales en el momento de la matanza. No hablemos ya del repugnante espectáculo del degollamiento de los corderos en nombre de un ritual religioso, a mi juicio, oscurantista. Este tipo de actitud parece, más que una permisividad en nombre de la concordia y la convivencia, un conato de transformación de la sociedad que nos hemos dado. ¿Por qué la civilización occidental y su sociedad laica resultante, tienen que adaptarse a formas de ignorancia ya superadas, como la famosa “Matanza del cordero”? Adaptación que incluye, repito, en este caso, una violación de la Ley.

    Cuando se censura un evento informativo o cultural por miedo a ofender a esa comunidad, se están sacrificando los modos civilizados, es decir los occidentales, por miedo

Las religiones afrocubanas (y caribeñas, en general) requieren a veces de sacrificios animales durante sus ritos. Pero. Para ellas, sacrificar animales está prohibido y sancionado en España. A pesar de que los animales sacrificados se consumen en celebraciones posteriores a los ritos, exactamente lo mismo que hacen los islamistas, sin restricción alguna. Por qué a unos sí y a otros no. Ya se lo digo yo. Las religiones afrocubanas no practican el terrorismo, ni pretenden eliminar a los que no comparten sus creencias. Ni están en guerra con la cristiandad o cualquier otra religión.

Cuando se  toman medidas como permitir la matanza y desangramiento ritual de animales, violando la Ley, para no disgustar a la “comunidad musulmana”, cuando igual proceder se prohíbe y castiga si se hace en nombre de cualquier otra creencia; cuando se cambia la dieta en los colegios para adaptarla a la “comunidad musulmana” o se censura un evento informativo o cultural por miedo a ofender a esa comunidad, se están sacrificando los modos civilizados, es decir los occidentales, por miedo, dejémonos de subterfugios, a la reacción de la “comunidad musulmana”. Miedo que lleva a permitir la violación de las leyes en beneficio de una religión. Miedo justificado, además. Porque se trata de la única religión en nombre de la cual, se mata. Bueno, ya los escucho gimotear contra mi islamofobia. Me da igual. Va siendo hora de que reconozcamos que cuando mata el extremismo islamista, se trata de un crimen religioso. Matan en nombre de Alá y de Mahoma, matan en nombre de su religión. Esto es algo tan evidente que resulta vergonzoso tener que explicarlo.

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Lo que me lleva otra vez a las ciudadanías. Dejemos de colectivizar. Por miedo o cualquier otra razón. Toda colectivización es una forma de totalitarismo. Y es una claudicación a nuestra condición más preciosa, la de individuos. El mayor logro de la Civilización Occidental (la única que existe) es la ciudadanía. La principalía del individuo sobre la masa. Por eso un ciudadano marroquí debe ser ante todo considerado y respetado como ciudadano marroquí, no como un miembro de la comunidad musulmana. Creer en Alá no es ser parte de ningún colectivo, es practicar la religión islamista, creer en que hay un dios que se llama Alá etcétera. Un acto de Fe. Que no está ni puede estar por encima de la Razón y la Ley. Nada más. Lo colectivo hace desaparecer la base fundamental de la democracia, el ciudadano. Lo colectivo es una trampa totalitaria. Ataña a quién ataña: religiosos, mujeres, homosexuales, heterosexuales, lesbianas, trans, bisexuales o lo que te guste ser, o creer.
Pagar un precio

Si se añade al colectivismo una religión como el Islam, se carga con un dogal de oscurantismo al ciudadano (también a los marroquíes, sirios o afganos, naturalmente), que deja de serlo para convertirse en una pieza más de una trampa totalitaria. No se puede importar oscurantismo religioso y pensar que no tendrá consecuencias. Hay que pagar un precio. Y ese precio siempre es la descomposición de las normas de convivencia, de las reglas comunes, y un retroceso social que terminará por destruir a las sociedades democráticas laicas, las más libres y justas que existen.

Se comienza haciendo concesiones que parecen pequeñas y nobles y se termina colonizado.

https://www.vozpopuli.com/opinion/colonialismo-religioso.html

martes, 6 de agosto de 2024

El lado positivo del calentamiento global, por Itxu Díaz

Casi todos descubrimos de niños que el miedo es eficaz. Un amigo mío, padre de dos niños muy activos, de seis y nueve años, les dice que cuando no quieren irse a la cama y prefieren pelearse con almohadas durante horas que si no se van a dormir, un niño de seis cabezas El monstruo saldrá del armario y los devorará. A él le funciona. Me parece un poco cruel (seis cabezas son demasiadas), pero su defensa también es razonable: “Las ojeras debajo de mis ojos también son crueles”. El miedo siempre ha funcionado. Y el miedo profético, aquel que presagia que algo terrible va a suceder, es el más fuerte.


En 1939, cundió el pánico ante la inminente desaparición de los glaciares del este de Groenlandia; El pánico por la desaparición de los glaciares persiste, pero también los glaciares. En la década de 1970, los científicos predijeron una nueva edad de hielo para el siglo XXI; aparentemente, querían decir lo contrario. Y en 2012 nos dijeron que la nieve desaparecería para 2020; Acabo de pasar un fin de semana maravilloso esquiando. ¿Por qué fallan tantas previsiones? Porque quienes los hacen no buscan la verdad sino el sometimiento de la opinión pública.


El alarmismo climático está socavando la credibilidad de los científicos, y los políticos tienen gran parte de culpa por ello, ya que han hecho que el cambio climático sea esencialmente ideológico. De hecho, las élites y los políticos progresistas han logrado imponer un modelo climático notable: el calentamiento global es causado únicamente por Occidente, mientras que las dictaduras comunistas emiten sólo el aroma de las rosas a la atmósfera; por eso nosotros en Occidente deberíamos soportar medidas draconianas de mitigación. António Guterres, el secretario general de la ONU, advirtió recientemente que la Tierra está “en su límite”. He perdido la cuenta de la cantidad de veces que Guterres ha predicho la ruina planetaria. En la ONU ya ni siquiera se habla de “calentamiento global”; eso es demasiado suave. El verano pasado proclamaron la entrada en la era de la “ ebullición global ”.


Sin embargo, una vez que reconocemos el cambio climático, es necesario responder a dos preguntas: ¿qué o quién lo causa? ¿Es beneficioso o perjudicial para nosotros? Si abres cualquier periódico, casi sin excepción, o entras a una reunión de la ONU, a Davos o a casi cualquier parlamento occidental, escucharás dos respuestas seguras: es causado por la actividad humana y es dañino. Pero como escribió Bjørn Lomborg en las páginas de National Review el año pasado, si bien tendrá impactos negativos en general , hay algunos positivos y “no es el fin del mundo”.


El calentamiento global, históricamente hablando, ha hecho algunas cosas buenas para la humanidad. Sin oscilaciones climáticas viviríamos en una era de hielo permanente, la mayor parte del mundo sería un glaciar, sería imposible elaborar cerveza y no tendríamos vacaciones de verano. El clima cambia porque siempre lo ha hecho y, sí, eso también está sucediendo ahora.


Como sabrán, el clima empezó a calentarse por sí solo mucho antes de que el hombre habitara el planeta, incluso antes de que Biden habitara el planeta, independientemente de que algunas de nuestras actividades contribuyeran a ello. Científicos como el investigador Javier Vinós, siguiendo las tesis de Richard Lindzen, apoyan la idea de que el cambio climático es un fenómeno natural provocado por la actividad solar, aunque admiten que una pequeña parte del calentamiento está asociado al CO₂ procedente de la actividad humana. Son posiciones que no interesan al alarmismo climático, porque al final demuestran que los modelos y pronósticos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) están llenos de errores.


Los efectos nocivos del calentamiento global pueden incluir temperaturas más cálidas, tormentas más intensas, la propagación de enfermedades, el aumento del nivel del mar o mayores niveles de pobreza debido al aumento de los precios de los alimentos. Si bien algunas de estas cosas podrían suceder, no está de más reflexionar sobre si todas ellas son motivo de alarma. No creo que haya nada más provocativo y contracultural hoy que admitir que el calentamiento global también tiene ventajas.


Tomemos como ejemplo la intersección de los precios de los alimentos , el hambre y la pobreza. Una de las ventajas de un aumento de la temperatura climática es la mejora de la producción agrícola en algunas regiones, con una primavera más temprana y estaciones cálidas más largas. Estos beneficios podrían compensar parcialmente los daños de la sequía.


Un estudioso de los beneficios del calentamiento global es Richard Tol, de la Universidad de Sussex, quien dice que el cambio de temperatura del siglo pasado mejoró el bienestar humano al aumentar enormemente la producción económica global. En su artículo para NR, Lomborg destacó otro tema alarmista: las muertes por calor. Sin duda, si el planeta se calienta, aumentarán las muertes por calor. Sin embargo, esto también reduciría las muertes por frío, que “mata ocho veces más: alrededor de 4,5 millones de personas al año”.


Otra cosa que los alarmistas climáticos ignoran es nuestra capacidad de adaptación. Patrick J. Michaels, quien ejerció como director del Centro para el Estudio de la Ciencia del Instituto Cato hasta su muerte en 2022, profundizó en la llamada tercera vía sobre el calentamiento global. La idea se basa en cuatro pilares: el costo de hacer realmente algo sobre el calentamiento global es mucho mayor que el costo del cambio climático en sí (a menos que logremos ponerle un potenciómetro de intensidad al sol); los sistemas energéticos se vuelven más eficientes por sí solos con el tiempo (es decir, no hay necesidad de acción gubernamental en este caso); el cambio de temperaturas no será tan extremo como dicen los alarmistas (ideal para la playa); y las personas y los seres vivos tienen capacidad de adaptación. (Incluso los osos falsos del documental de Al Gore pudieron aparecer en pantalla porque sobrevivieron a episodios de cambio climático en el pasado).


Es posible que los beneficios del calentamiento global no superen sus costos, y es seguro que esos beneficios se describen de manera menos llamativa en las simulaciones fotográficas y en los titulares de los periódicos. También es posible que la relación costo-beneficio eventualmente sea un fracaso. Pero la verdad es que ocultar los beneficios del calentamiento global, así como negar que es al menos hasta cierto punto un fenómeno natural, sólo contribuye a imponer una narrativa sesgada para manipular a la gente y promover políticas largamente buscadas por los ideólogos. Y esas políticas son caras, muy, muy caras. Es más que razonable que la gente normal no dé crédito a la relación entre gastar una fortuna en un vehículo eléctrico y salvar el planeta.


https://www.nationalreview.com/2024/06/what-drove-the-historic-defeat-of-the-left-in-the-european-elections/

lunes, 5 de agosto de 2024

Ser un cero a la izquierda

 Es decir, algo que no tiene ningún valor. De niña me sentía menos que cero. Era un número negativo. Por suerte tenía mi perro y mis libros. Mi madre también  era un apoyo.

Siempre recuerdo que una vez me dijo: no te preocupes. Algunas plantas tardan mucho en florecer, pero luego sus flores son las más hermosas. Eso me levantó el ánimo.

sábado, 3 de agosto de 2024

Los diez daños que causa la pornografía a la sociedad

 Crece cada vez más la conciencia de que la pornografía causa daños no sólo morales, sino psíquicos, sanitarios y sociales. Diferentes estudios han demostrado que causa daño en el cerebro, que daña las relaciones entre personas, que rompe familias y matrimonios y que incluso tiene un impacto en el planeta. El catedrático de Filosofía del Derecho, Francisco J. Contreras Peláez (y, recientemente, diputado por Sevilla en el Parlamento español) ha escrito un artículo titulado “Por qué un liberal debe combatir la pornografía” en el que desgrana los aspectos negativos de la pornografía. El digital ForumLibertas lo ha condensado en 10 puntos:

1. La ideología sexual busca atemorizar e impedir el debate

“La ubicuidad y uso masivo de la pornografía no suscita el debate público que debería. ¿Se acepta ya como parte del paisaje que más de la mitad de los jóvenes consuman pornografía de manera regular, que la educación sexual de los niños de diez u once años tenga lugar, no en el hogar ni en el colegio, sino en la sentina de vídeos porno fácilmente accesibles en Internet? ¿Que la adicción pornográfica de cada vez más adultos esté rompiendo muchas parejas? ¿Realmente estamos todos de acuerdo con eso?”

“Creo que ocurre más bien lo que señalara Robert P. George en su magnífico trabajo Making Children Moral [1]: “Cualquiera que tenga la osadía de cuestionar los dogmas de la ideología sexual progre asume el riesgo de ser tergiversado y menospreciado. […] [Los progres le estigmatizarán en términos parecidos a los que usó] el juez Douglas en el caso Ginsberg vs. New York [1968]: “Los censores, por supuesto, actúan movidos por sus propias neurosis”. Como George, también yo quiero desvelar aquí mis “neurosis”.”

2. La pornografía es inmoral: cosifica y mercantiliza

“La pornografía es inmoral (atención, eso no es todavía decir que debería estar prohibida o seriamente restringida en su acceso, pues no todo lo inmoral es susceptible de ilegalización). Es inmoral porque implica la cosificación, deshumanización, mercantilización y pública exhibición de algo que debería ser personal, humanizado e íntimo, como el sexo. La pornografía es degradante tanto para sus protagonistas como para sus usuarios: unos realizan actos sexuales con desconocidos por dinero, ofreciendo su coyunda como producto de consumo a millones de mirones; los otros buscan la excitación mediante la contemplación de la intimidad sexual de desconocidos: es la perversión del voyeur.”

3. El deseo sexual, que debería elevar a la persona, aquí la degrada

“El deseo sexual es una pasión intensa, una energía muy poderosa que puede servir tanto para la realización de la persona como para su degradación e infelicidad, según como sea encauzada. Desde la antigüedad –ya saben, Platón, Aristóteles, Cicerón y otros fascistas- se entendió la vida moral como un combate entre la razón y las pasiones, y se atribuyó especial relevancia a la virtud de la templanza, que consiste precisamente en el control sensato de éstas (siendo la sexual la más potente de ellas). “La sexualidad –escribe el filósofo John Finnis- es una fuerza poderosa que solo con alguna dificultad, y siempre precariamente, se deja integrar con otros aspectos de la personalidad y el bienestar humano, de forma que enriquezca –en lugar de destruir- el amor duradero de una pareja y el cuidado de los hijos, por ejemplo”.”

john_finnis

John Finnis es un filósofo tomista norteamericano

“La clave de una sexualidad moral es, pues, la integración del deseo en una relación amorosa integral, de forma que el señor Smith desee a la señora Smith y viceversa, no en tanto que mero ejemplar del sexo opuesto (intercambiable por cualquier otro), sino precisamente por ser el individuo que es. Ahora bien, la pornografía nos ofrece exactamente lo contrario: una visión despersonalizada del sexo. El compañero sexual –o los actores porno que procuran al espectador voyeur una excitación vicario-onanista- son tratados como objetos sin rostro. Harry M. Clor (Public Morality and Liberal Society, p. 190) lo explicó muy bien: “La sexualidad que presenta y a la que invita [la pornografía] está totalmente deshumanizada; la pasión a la que apela es el deseo de la posesión del cuerpo de alguien sin interés alguno por la individualidad de la persona a la que pertenece ese cuerpo. […] [La pornografía implica] una “cosificación” de la experiencia erótica, y de la mujer en particular” “.

4. Argumentación libertaria: el porno daña a terceros, es lícito limitarlo mucho

“La defensa libertaria de la pornografía suele apelar al “principio del daño” de John Stuart Mill, expuesto en su obra On Liberty [Sobre la libertad] (1859): “La única razón por la que se puede ejercer el poder legítimamente contra un miembro de una comunidad civilizada en contra de su voluntad es la prevención del daño a otros. Su propio bien, sea físico o moral, no es justificación suficiente. No puede ser legítimamente obligado a hacer o abstenerse de hacer algo simplemente porque, en opinión de otros, actuar así sería sensato o correcto. Esas pueden ser buenas razones para sermonearle, o para razonarle, o convencerle, pero no para obligarle. […] La única parte de su conducta por la que responde ante la sociedad es la que concierne a otros. En la parte que le concierne solo a él, su independencia es, de derecho, absoluta”.”

“He citado con alguna extensión las palabras de Mill –sagradas para los libertarios- porque claramente dejan ventanas abiertas a la restricción de la  pornografía. El pornógrafo que produce vídeos sexuales, los sube a Internet o los vende, no está protegido de la interferencia legal-estatal por el principio de Mill, pues su actividad afecta a terceros: los niños cuya inocencia será corrompida por la visión de esas escenas; los maridos que perderán interés en sus esposas cuando se vuelvan adictos al porno, etc. Por otra parte, Mill admite que, aunque no coaccionado legalmente a cesar en su vicio, el individuo sí puede ser “sermoneado, razonado, convencido”. Desde los presupuestos liberales de Mill resultaría perfectamente admisible una campaña estatal de concienciación sobre los peligros del porno, similar a las que advierten sobre los del tabaco o el alcohol. Liberales progresistas como el propio Dworkin o Joel Feinberg (Offense to Others, 1985) dejaban esa puerta abierta en los 80 [8]. Hoy, proponer una campaña pública de concienciación anti-porno le hace aparecer a uno como un nacional-católico pacato. El progre de hace 30 años es el reaccionario de hoy. Nuestra sociedad progresa a velocidad supersónica.”

5. La pornografía es ya una plaga social... el Estado debe frenarla

“En realidad, la pornografía se ha convertido en una plaga social: resultaría muy aconsejable la intervención del Estado para frenar su expansión (que esa intervención consista en prohibición directa de la pornografía, en restricciones serias a su accesibilidad que garanticen que los contenidos porno no se cruzarán en el camino de quien no desea –o no debe, por su edad- tener contacto con ellos, y/o en campañas de concienciación pública sobre sus peligros, es algo que dependerá de consideraciones prudenciales en las que no vamos a profundizar aquí).”

El psicólogo familia doctor Peter C. Kleponis en su obra reciente en español Pornografía. Comprender y afrontar el problema (Voz de Papel), explica los daños que causa la pornografía y cómo combatirlos

 

6. Daña a la sociedad, afecta a muchos menores

“La pornografía está dañando cada vez más a nuestra sociedad. En EE.UU., la edad promedio de iniciación al consumo de pornografía son los once años; el 92% de los chicos y el 63% de las chicas admiten usar la pornografía en la adolescencia. El 46% de los hombres adultos admiten usarla regularmente. En España, el informe de Ayala López y García habla de un 46% de chicos entre 14 y 17 años que la usan habitualmente. El 37% de los varones en esa franja de edad admite visitar contenidos porno una vez por semana, y el 14% a diario. El 30% reconocen estar enganchados. Parecen fundadas, pues, las palabras del psiquiatra Enrique Rojas: “Hoy, para muchos, la educación sexual la hace la pornografía. […] Millones de adolescentes atrapados en esto desde los 12-14 años, sin que sus padres se enteren, lo que cambia su visión de la mujer, de la sexualidad y del amor”.”

7. Genera adicción química, como la ludopatía, por mecanismos neuronales

“La pornografía, por tanto, genera adicción: “Pertenezco a una generación en la que nadie nos ha dicho que el porno es malo, al contrario: la sociedad te anima, te dice que sirve para pasarlo bien, evadirte o liberar estrés, y que es muy difícil perder el control”, se lamenta un adicto español de 34 años. “Lo que nadie te cuenta es que la pornografía te atrapa igual que una droga, porque está pensada justo para eso”. Hoy son conocidos incluso los mecanismos neuronales que explican la adicción: “El porno y otras adicciones comportamentales, como la ludopatía, no introducen [a diferencia de las drogas] sustancias en el cuerpo que no estuvieran ya allí. Pero estas conductas desencadenan procesos en el cerebro que se parecen asombrosamente a los que produce la adicción a sustancias. Secuestran las “autopistas de gratificación” del cerebro. […] Cuando la imagen pornográfica llega al cerebro, estimula al centro de gratificación, que comenzará a bombear dopamina, la cual disparará una cascada de emisiones químicas, incluida una proteína llamada DeltaFosB”.”

8. Daña las relaciones entre personas

“Además de la adicción, el uso de la pornografía genera otros efectos indeseables como la despersonalización de las relaciones (pues el sujeto tiende a imitar el “sexo de usar y tirar” que ve en la pantalla), la extensión de parafilias y prácticas sexuales de riesgo, la ruptura de matrimonios… Paradójicamente, la adicción al porno llega a producir también impotencia sexual, pues el estímulo generado por la pareja de carne y hueso no puede competir con el que llega desde la performance virtual. En EE.UU. se han detectado récords históricos de disfunción eréctil en hombres jóvenes, con rangos que varían entre el 14% y el 37% según los diversos estudios (el Informe Kinsey, en los años 40, mostraba una incidencia del 2%). Como se ha producido una mejora en otros factores que pueden generar disfunción sexual (alimentación, tabaco, etc.), la explicación parece estar relacionada con el uso masivo del sexo virtual, que termina generando apatía hacia el sexo real.”

9. La fantasía pornográfica da inestabilidad sentimental

“En otros casos, sin embargo, se produce el intento de llevar a la vida real la fantasía pornográfica, con un resultado de promiscuidad e inestabilidad sentimental. Añádase a ello el hecho de que, en un porcentaje no despreciable de usuarios del porno, se cae en una espiral de búsqueda de contenidos cada vez más fuertes (de la misma forma que el drogadicto necesita dosis cada vez mayores de su sustancia para alcanzar el mismo nivel de gratificación). Es este el mecanismo que podría explicar la asociación entre consumo de pornografía y violencia sexual, sostenida por muchos estudios.”

10. Genera violencia: muchos quieren probar lo que han visto

“El nexo pornografía-violencia es el punto en el que a los defensores de la pornografía se les encienden las alarmas, y acuden en tromba –lo pude comprobar hace unos días en Twitter- a descalificar como “poco científico” cualquier estudio que parezca acreditarlo. Como bien saben, un estudio absolutamente riguroso resulta casi imposible: habría que seleccionar una muestra de mil personas que hayan consumido porno desde la adolescencia, compararla con un grupo de control de otras mil que no lo consuman, y monitorizarles durante varias décadas para cotejar los índices respectivos de delincuencia sexual. Hay decenas de estudios, sin embargo, que apuntan con suficiente rigor la plausibilidad de la conclusión según la cual el consumo frecuente de pornografía incrementa la probabilidad de cometer agresiones sexuales (lo cual no implica que todos, o siquiera la mayoría, de consumidores de porno vayan a llegar a eso):

- por ejemplo, “Pornography Use and Sexual Agression”, de Kingston, Federoff y Curry, que acredita un índice mayor de reincidencia en los pedófilos usuarios de porno.

- O el meta-análisis de Malamuth, Addison y Koss, que afirma “la existencia de asociaciones verosímiles entre el uso frecuente de pornografía y las conductas sexuales agresivas”.

- O el informe del State Police Department de Michigan que aseguraba que un 41% de los delitos sexuales investigados habían sido precedidos por el “uso o imitación” de la pornografía.

- O los datos del FBI que hablan de la presencia de material pornográfico en hasta un 80% de los delitos sexuales (bien en el lugar del crimen, bien en el domicilio del agresor).

- O el estudio del doctor Victor Cline “Pornography’s Effects on Adults and Children”, que documenta cómo los adictos al porno necesitan materiales cada vez más extremos, y cómo algunos terminan poniendo en práctica lo que ven, incluida la violencia (hay vídeos porno que simulan violaciones y hasta asesinatos).”

 https://www.religionenlibertad.com/vida_familia/69234451/Los-10-danos-que-causa-la-pornografia-a-la-sociedad-debe-limitarse-mucho-con-leyes-y-normas-firmes.html

viernes, 2 de agosto de 2024

Hecha la ley, hecha la trampa

 Como la frase bien dice, los españoles tenemos mucha tendencia a intentar esquivar las leyes. Especialmente los abogados estàn especializados en sacar las excepciones de cada norma. Por algo se dice que el infierno está lleno de ellos.

Yo en ese sentido soy un poco cuadriculada y me gusta seguir el reglamento, a no ser que la ley me parezca que atenta contra la ética. La moral tiene prioridad.

jueves, 1 de agosto de 2024

Ignorancia artificial

 Este titular reciente es de risa: “McDonald's pone fin a sus pruebas de autoservicio operado por IA tras reportar errores en pedidos de 'McAuto': Algunos clientes recibieron helado con bacon”.



Hace poco perdí la virginidad con la Inteligencia Artificial y resultó ser una experiencia que mutó de la intriga al desencanto en menos tiempo de lo que había imaginado. La realidad siempre tiene ese acento de verdad que no deja resquicio al engaño y a lo falso, al menos en los corazones con un rastro de humanidad y en las almas libres. Resultado subsiguiente: la certeza de que esto de la IA que nos están vendiendo como una revolución a la altura de la imprenta, también es un paso adelante en la deshumanización de una sociedad cada vez más ignorante. Hablo en términos generales estadísticos.


Esta es, sin duda, una de las consecuencias más demoledoras de la nueva era tecnológica, algo que por supuesto negarán muchos de los que han nacido con un móvil bajo el brazo, enganchados a internet y habitando en redes sociales si es que leen este artículo escrito por un ser humano, aunque intuyo que no serán los únicos.



Lo cierto es que existe una parte de la sociedad altamente ignorante y tecnificada. Seres que deambulan por las calles de este mundo con la cabeza gacha, mirando una pantalla, o incluso algunos ya talluditos capturando y entrenando Pokemons, como he podido ver sin salir de mi asombro mientras paseaba en un parque público hace unos días. La escena era como para escribir otro artículo, pero retornemos a la IA.


La irrupción del teléfono móvil supuso ya un avance en la incomunicación entre seres humanos a pesar de vivir en la era de la comunicación, y este nuevo alarde tecnológico de la IA supondrá, sin duda, un vertiginoso retroceso del conocimiento y un daño grave a la cultura del esfuerzo.



En mi primer contacto con esta nueva tecnología y nada más crear la primera imagen con el “prompt” o la “instrucción” (ojo al término) “Bola de helado en cuchara”, sin que transcurrieran treinta segundos aparecieron en la pantalla cuatro opciones de notable calidad con infinidad de opciones de modificación. Lo primero en lo que pensé no fue en las posibilidades que ofrece esta invención (que seguramente son muchas más de lo que podemos imaginar o nos cuentan) sino en la preocupación de tantas personas, profesionales de distintos sectores como fotógrafos, ilustradores, diseñadores, escritores, periodistas, profesores… creadores y transmisores de cultura en definitiva que, de un día para otro, ven amenazadas y mermadas sus posibilidades laborales, no porque su trabajo no siga siendo meritorio sino porque gran parte de la masa social, predominantemente vaga e ignorante, insisto, le dará más valor a una imagen, un texto o lo que sea creado por la IA que al trabajo minucioso, creativo y profesional de todos ellos.


Años de estudios y dedicación a un oficio que, de un plumazo, puede tambalearse gracias a los códigos binarios, al Big Data y a nosotros, que somos los que hemos engordado al monstruo facilitando gratis et amore toda la información a las Big Tech, que ahora se forran a nuestra costa y además también nos cobran por utilizar las herramientas de IA que han desarrollado gracias a nuestros clicks. Esto da como para pensar, al menos.



Hace años, no sé si por intuición, creo más bien que por necesidad vital, puse en marcha actividades relacionadas con la artesanía tratando de recuperar algunos oficios artesanos. Un taller de talabartería en el que hago piezas únicas y personalizadas en piel, un sello editorial con tiradas limitadas y numeradas de libros en algunos casos realizados artesanalmente, una imprenta tipográfica utilizando las técnicas de principio del siglo XX donde me mancho las manos de tinta y la actividad que es más vocacional en mí, véase o léase esto de escribir. Ante la “amenaza” de la inteligencia artificial me pregunto si también lo que está usted leyendo ahora lo podrá escribir una aplicación dándole una “instrucción” que diga: “Escríbeme un artículo sobre Inteligencia Artificial titulado Ignorancia artificial firmado por Miguel Ángel Blázquez con un lenguaje basado en su interacción en la red y en sus textos publicados”.


Pues ya le digo que no seré yo quien lo haga y si alguien lo hace, ese texto no tendrá nada que ver conmigo porque no ha nacido en mí. No será posible a pesar de que muchos afirman que incluso será mejor y lo aseveran con argumentos que pueden parecer verosímiles y hasta lógicos. Nada hay como el proceso creativo original en el ser humano y, si algo tiene de bueno esta nueva revolución, es precisamente el hecho de que acrecentará más aún la diferencia entre los ignorantes y los inteligentes, entre los vagos y los hacendosos, entre los creadores y los plagiadores y entre los que siguen a la masa o aquellos que aún son libres de optar por el uso de la razón y el conocimiento. He aquí el punto en el que hay que enfocar el juicio, ya que una sociedad más ignorante es una sociedad más manipulable y maleable y esto lo saben bien aquellos que gobiernan masas ignorantes.


Como decía, si el teléfono móvil ya supuso una forma de control de esa masa social pseudo ignorante, esto de la IA es, ante todo, la gran revolución de la ignorancia porque además le da ese ficticio poder gratuito al ignorante que, como bien sabemos, es la base informe de una sociedad encaminada al desorden y a la violencia o, peor aún, a la nada. Y nada hay menos artificial que la inteligencia, precisamente la inteligencia humana, esa que nos permite discernir ante estas novedades técnicas de las que no discuto que debamos tratar de obtener su mejor fruto, pero es el criterio del ser pensante, es el ser inteligente el que tiene por naturaleza una indomable capacidad de juicio a la altura del deseo y del corazón humano, no sólo respecto a la inteligencia artificial sino a todo lo que ha sucedido en la historia y lo que sucederá.


P.S. Después de escribir lo que antecede he debatido el asunto con un hijo de 20 años y en un momento de la conversación ha sentenciado: “Papá, a ti lo que te pasa es que eres un humanista”. Debo confesar que me habría hecho mucha ilusión ese calificativo si no fuera porque lo ha dicho en plan “anticuado”, “desfasado”, “retrógrado”, “viejuno”, “trasnochado”, “fuera de la realidad”… Mantengo la total convicción de que si el ser humano da más valor a lo que una máquina puede hacer que a su capacidad de crear y a las posibilidades de su inteligencia, eso le hará cada vez más ignorante. Lo estamos viendo.


https://www.religionenlibertad.com/opinion/321443638/ignorancia-artificial.html

Un paripé venezolano, por Juan Manuel de Prada

  Leo que Nicolás Maduro ha resuelto llamar a consultas a su embajadora en España. También que el presidente de la Asamblea Nacional venezol...