El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
La nueva ley apoyada por el ejecutivo pretende que los niños puedan declararse niñas y viceversa, sin necesidad de que tengan que pasar por la consulta de un psicólogo. Es más, incluso se prohíbe expresamente la terapia, con objeto de averiguar si el niño tiene otro tipo de problemas que justifiquen sus preferencias. Además este trastorno que se llama disforia de género suele desaparecer de forma espontánea en la adolescencia, pero no lo tienen en cuenta.
El otro día estaba yo en la sala de espera del médico y una señora dijo: vengo con mi hija al otorrino. Todo muy normal si no fuera porque era un niño de unos seis años. Posiblemente su madre prefería haber tenido una niña. Pero no puede ser que una criatura que apenas reconoce a sus tíos pueda decidir por sí mismo a esa edad qué sexo desea tener. Mientras que para fumar, beber o votar tiene que esperar a los dieciocho años. No ningún sentido.
Cualquiera que haya convivido con niños sabe que cambian continuamente de opinión, porque realmente no saben lo que quieren. En primer lugar porque no tienen un conocimiento de sí mismos y del entorno para poder evaluar lo que les gusta. En segundo lugar, porque realmente no tienen sexualidad hasta el momento en que sus órganos sexuales se desarrollen. En tercer lugar, porque la influencia de su familia y los medios audiovisuales es determinante para ellos.
Por tanto, asignarles otro sexo o incluso meterlos en terapias hormonales antes de la mayoría de edad me parece una locura que todos pagaremos muy cara.
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha anulado la sentencia Roe vs Wade que en 1973 legalizó el aborto en el país, y que ha costado la vida aproximadamente a 60 millones de seres humanos
muertos antes de nacer. También ha anulado la sentencia de 1992 Casey
vs Planned Parenthood, que había confirmado en 1992 la doctrina de Roe
vs Wade.
Cambio radical
Según la sentencia dada a conocer este viernes
en el caso del estado de Mississippi contra un abortorio (Dobbs vs
Jackson Women's Health Organization), "el aborto supone una profunda
cuestión moral. La Constitución no prohibe a los ciudadanos de los estados regular o prohibir el aborto. Las sentencias Roe y Casey se arrogaron esa autoridad. Ahora anulamos esas sentencias y devolvemos dicha autoridad al pueblo y a sus representantes electos".
La sentencia ha obtenido 6 votos favorables y 3 contrarios.
El ponente ha sido el juez Samuel Alito y su sentencia apoyada por los jueces Clarence Thomas, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett. El juez presidente del Tribunal, John Roberts, apoyó la decisión pero con un voto particular propio. En contra de la sentencia se pronunciaron los jueves Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan.
El borrador de la sentencia fue filtrado a principios de mayo,
algo insólito en la historia del tribunal, en lo que se interpretó como
una maniobra de presión sobre los jueces provida, quienes, de hecho,
desde entonces han sido reiteradamente acosados en sus domicilios, lo que incluye un intento de asesinato contra el juez Kavanaugh a principios de junio.
La anulación de Roe vs Wade es la mayor victoria legal provida
conseguida en cualquier país occidental desde hace setenta años, cuando
el aborto empezó a ser despenalizado primero, y luego afirmado como un
derecho de la madre. Esta victoria solo ha sido posible gracias a que
durante su presidencia Donald Trump pudo designar tres jueces con
mayoría suficiente en el Senado para ser refrendados. Los escogió entre
magistrados considerados "originalistas", es decir, inclinados a
interpretar la Constitución según su sentido original, y no según las
ideologías imperantes en cada momento.
Los grupos abortistas han anunciado una "noche de ira" para llevar la violencia a las calles en protesta por esta sentencia, como ya ha sucedido desde que se filtrara el borrador.
Ya se están salvando vidas
La sentencia en sí no implica la prohibición del aborto,
aunque deja de estar amparado por la Constitución. Los estados (es
decir, "el pueblo" y "sus representantes", según la sentencia Dobbs vs
Jackson) son ahora los que decidirán si es una práctica legal tan amplia
como hasta ahora (así lo han anunciado ya, por ejemplo, California y
Nueva York) o si es regulada a ciertos casos o incluso ilegal en
cualquier circunstancia.
De hecho, se espera que al menos 26 estados prohíban todos o la mayoría de los abortos, mientras que 24 lo mantendrán legal sin apenas restricciones, como amparaba Roe vs Wade.
Veintiún estados disponían ya de leyes o enmiendas constitucionales preparadas
para entrar en vigor y prohibir o limitar el aborto en cuanto dicha
sentencia fuese anulada. En el caso de Kentucky, Luisiana y Dakota del
Sur podría ser inmediato, y en el caso de Idaho, Tennnessee y Texas esas
disposiciones entrarían en vigor treinta días después a partir de hoy.
Otros estados que podrían seguir esos pasos son Alabama, Arizona,
Arkansas, Georgia, Iowa, Michigan, Mississippi, Missouri, Dakota del
Norte, Ohio, Oklahoma, Carolina del Sur, Utah, Virginia Occidental y
Wisconsin.
Y las primeras vidas se están salvando ya horas después del anuncio, pues en virtud de esas leyes de aplicación inmediata, algunos abortorios han dejado ya de practicar abortos, según ha informado Sarah McCammon, de la radio pública NPR.
Las razones del Tribunal
Roe vs Wade fue una sentencia que se basó en un caso falso, alegó datos insostenibles sobre el origen de la vida humana y estaba considerada, incluso por partidarios del aborto, como una chapuza jurídica.
Dobbs vs Jackson, por el contrario, hace un examen puramente jurídico
de las razones que podrían amparar el aborto en una Constitución que "no hace ninguna referencia expresa al derecho a obtener un aborto".
"Guiado por la historia y la tradición, componentes esenciales del
concepto de 'ordenación de la libertad' característico de nuestra
nación", dicen los jueces, "el Tribunal entiende que la 14ª Enmienda
claramente no ampara el derecho al aborto".
Y explican por qué: "Hasta finales del siglo XX no había apoyo en la
ley estadounidense para un derecho constitucional al aborto. Ninguna constitución de ningún estado había reconocido ese derecho.
Hasta pocos años antes de Roe vs Wade, ningún tribunal estatal ni
federal había reconocido ese derecho. Tampoco ningún manual académico.
De hecho, el aborto llevaba tiempo siendo un delito en todos los
estados. Según la common law, el aborto era un delito al menos
en algunos estadios del embarazo y estaba considerado ilegítimo y podía
tener graves consecuencias en todos los estadios. La ley estadounidense
siguió la common law hasta que una ola de restricciones en el
siglo XIX fue expandiendo la responsabilidad criminal por el aborto.
Cuando se aprobó la 14ª Enmienda, tres cuartas partes de los estados consideraban el aborto como un crimen en cualquier momento del embarazo.
Este consenso continuó hasta que llegó la sentencia Roe vs Wade. Esta
sentencia ignoró o tergiversó esta historia, y la sentencia Casey rehusó
reconsiderar el erróneo análisis histórico de la sentencia Roe".
El varapalo legal de los jueces de 2022 a los de 1973 es, pues, contundente.
Vengo a celebrar mis cuarenta seguidores, 5000 comentarios y 40000 vistas de este blog en casi dos años. No es que sean números espectaculares, pero es mi noveno blog en dieciséis años. Lo que empezó como un hobby y se ha convertido en una ocupación. Ahora creo que por fin me puedo considerar una escritora. Aunque soy incapaz de escribir ficción. Sería más bien una ensayista. No sé si alguien tan limitado se puede considerar profesional. Sería como pintar cuadros sólo con modelo.
Todo en mi vida ha resultado estar un poco inacabado. Mis estudios, mi trabajo de secretaria, mis aprendizajes de idiomas. Aunque he avanzado mucho en ese sentido, me temo que nunca llegaré a dominar el francés y el alemán. Mis capacidades se han reducido. Tampoco voy a ser ya una gran cocinera, o jardinera o lectora. Creo que hay un tiempo para cada cosa y el mío ya ha pasado. Así que me conformo con poder seguir con estas actividades como hasta ahora.
La causa del hundimiento demográfico no es económica, es cultural
Abismo de la natalidad: la «estupidez» de comparar a los niños con las cosas y los estilos de vida
Cada niño que nace es
una riqueza incomparable, pero la cultura contemporánea lo degrada
poniéndolo a competir con minúsculos intereses personales o formas
artificiales de vida. Foto (contextual): Marcin Jozwiak / Unsplash.
El hundimiento de la natalidad
en Occidente es abismal y sus consecuencias cataclísimas, pero en
particular en los países que baten récords negativos, como España o, con
problemática similar, la Italia a la que se refiere Caterina Giojelli en un interesante alegato publicado por Tempi.
Descenso de la natalidad: sin la familia, impera la estupidez de comparar a los niños con las cosas y los estilos de vida
Descenso de la natalidad: o nos hemos rendido o no nos explicamos la indiferencia colectiva -cuando no la reacción histérica de las amazonas "sin hijos"- ante la desaparición de los niños en Italia. En 2020 había 5,1 ancianos por cada niño. Y dábamos la alarma de la "extinción masiva" debido al cambio climático. En 2021, nos quedamos por debajo del umbral de los 400.000. Y hablábamos de la maternidad "heredada del patriarcado".
En 2050 tendremos 5 millones de italianos menos, perderemos 2 millones
de jóvenes y poco más de uno de cada dos italianos estará en edad de
trabajar y tendrá que hacerse cargo de todos los menores de 20 años y
los mayores de 66. Y nosotros, discutiendo sobre el aborto, el fin de la vida, la superpoblación.
El descenso de natalidad, la alarma más frustrada
El descenso de natalidad es la alarma más escuchada y más frustrada
en Italia: no faltan las metáforas (la última circuló con motivo de los Estados Generales sobre la natalidad [iniciativa
social para fomentar la natalidad] a mediados de mayo: "En 2050
desaparecerá una región del tamaño del Véneto"); no faltan los
llamamientos a invertir la tendencia, actualizados puntualmente por el presidente del ISTAT [Instituto Nacional de Estadística], Gian Carlo Blangiardo; no falta la lista de desastres a los que nos dirigimos, denunciada por el demógrafo Alessandro Rosina; no falta un Papa que no tiene pelos en la lengua
("Italia, Europa y Occidente están empobreciendo su futuro" y "Esta es
una nueva pobreza que me asusta. Es la pobreza generadora de los que
descartan el deseo de felicidad que tienen en su corazón, de los que se
resignan a diluir sus mayores aspiraciones, de los que se conforman con
poco y dejan de esperar algo grande").
No faltan los llamamientos del presidente de la República o de un ministro de Educación
preocupado porque dentro de veinte años "ya no podrá formar la
primaria", médicos como los de la Sociedad Italiana de Reproducción
Humana que denuncian el riesgo de "extinción si no se actúa ahora. Es
fundamental promover la cultura de la fertilidad y la reproducción entre los jóvenes".
Nacimientos en Italia: 1946-2018.
Tampoco a Elon Musk se le escapó una infografía del ISTAT
que le presentó un analista de datos en Twitter y que muestra la caída
en picado de la natalidad, que ha descendido desde la postguerra hasta
2021 por debajo de los 400.000 nacidos. "Italia dejará de tener
población si estas tendencias continúan", es el comentario, que se ha
hecho viral, del jefe de Tesla.
Mujeres estresadas, jóvenes con miedo a procrear
¿Es esto una tragedia? Se lo pregunta, por último, el Sole 24 Ore,
señalando el "discurso paradójico" de "luchar para que las mujeres
trabajen a tiempo completo, sean económicamente independientes, se
eduquen, cultiven sus aficiones y se mantengan en forma" y, al mismo
tiempo, pedirles "que sean resilientes. Pero ¿también queremos que estén
verdaderamente serenas?". Según el Sole, la
"resiliencia" se traduce en "una presión para (puesto que puedes, tienes
que intentarlo) ser capaz de hacer todo lo mejor que se pueda, y ser
feliz por esta increíble capacidad que la naturaleza te ha otorgado
genéticamente (falso, por cierto). Solo que entonces, si algo se escapa
-y con los niños y los jóvenes es fisiológico que algo se escape-,
aparece el sentimiento de culpa, personal y social". Estamos hablando de
natalidad.
Por supuesto, no estamos en los Estados Unidos woke, donde el sueño de un mundo postpaternidad preconizado por la escritora Sophie Lewis [defensora de "abolir la familia"] en su libro Subrogación total ya. El feminismo contrra la familia (donde
define la familia como una microfábrica de deudores que apesta y el
embarazo como algo contra lo que hay luchar), parece haber encontrado un extraño humus en los millennials, con el sueño ya no de una familia sino de una especie de comuna sin llantos de niños, conflictos ni emisiones.
Viejas dificultades, nuevas "sin hijos"
Si bien es cierto que al otro lado del océano la batalla de las
mujeres se ha trasladado a los jóvenes, que piden en masa la extirpación
de las trompas y la vasectomía por considerar "moralmente incorrecto"
tener hijos que contaminarán y sufrirán el racismo, aquí en Italia el foco está en la falta de "madres potenciales".
Una escasez en parte atribuible al declive demográfico iniciado entre
el 76 y el 95, en parte a las dificultades "habituales" de las madres
para conciliar la vida laboral y familiar y para encontrar guarderías, a
las escasas ayudas económicas a quienes dan a luz.
En parte también a las nuevas sufragistas del derecho a rebelarse contra el estereotipo de la "mujer reproductora"
que renuncia a su propia identidad individual para identificarse
exclusivamente con el papel materno, un papel que "no es para todas" y
que ningún niño debe "sufrir".
Rendirse al destino del descenso de natalidad y convertirse en el líder mundial de la "economía plateada [silver economy, orientada a las necesidades de las sociedades envejecidas]" como panacea para los males que afectarán a todos los sectores económicos (desde el problema de la deuda pública hasta el mantenimiento de las infraestructuras)
parece la única alternativa a una lucha contra los molinos de viento
para revertir la natalidad, centrándose en animar a las mujeres a
procrear mediante ayudas familiares, permisos de paternidad, políticas de conciliación, servicios.
Son terapias muy útiles, ¡faltaría más! Sin embargo, en el hiperindividualismo
en el que nos hemos sumido (incapaces de reconocer un imperativo que no
sean la autosuficiencia y la autodeterminación; o de ver, en un niño
que nace, una persona que aparece y que supera nuestros planes, en vez
de una partida de gastos y presupuestos que hay que equilibrar), estas terapias "parcelan" el problema.
Que no es solo "la mujer", "los costes", "el dinero", "el trabajo".
Hay un gran ausente en la narrativa sobre la falta de natalidad, un
ausente convertido en palabra malsonante o que inspira un sopor
colectivo en una sociedad que ha aprobado que la unión entre un hombre y
una mujer se convierta en una obsesionada con llegar a fin de mes, y el
nacimiento en una fabricación tecnocientífica: un ausente llamado familia. El único lugar anterior al Estado, la ley, el mercado y la cultura, el lugar del señorío de la genealogía.
¿Otro niño? La respuesta de Hadjadj es la familia
La única respuesta real que explica el descenso de la natalidad es la que da Fabrice Hadjadj, padre de nueve hijos, todos de la misma esposa, en un libro de 128 páginas (se puede encontrar aquí la extensa reseña de Rodolfo Casadei en el número de mayo de Tempi), titulado ¿Otro hijo? A
los que le echa en cara que "vivimos en un mundo difícil, y lo único
que hacéis vosotros es traer niños al mundo", el filósofo recuerda que
es el consumismo, y no la natalidad, lo que está en la raíz de la
decadencia contemporánea: los que tienen una familia numerosa (como
también ha señalado muchas veces Gigi De Palo, presidente de la Fundación para la Natalidad y del Forum Nacional de Asociaciones Familiares) viven de las relaciones y conocen la frugalidad; los que no la tienen viven de las cosas y deben multiplicar sus compras (incluso a costa del equilibrio medioambiental).
Renunciar a un ser, a una nueva mirada que puede cambiar el mundo,
como si fuera una cosa o una forma de vida, no es un bien, un derecho,
el corazón de un debate, la cancelación de un vuelo de avión, es una total estupidez.
Porque "el milagro que salva al mundo, el ámbito de los asuntos
humanos, de su ruina normal y 'natural' es, en definitiva, el hecho del
nacimiento, en el que la facultad de actuar está ontológicamente
arraigada. En otras palabras, es el nacimiento de hombres nuevos y el
nuevo comienzo, la acción de la que son capaces en virtud de haber
nacido. Solo la experiencia plena de esta facultad puede dar a las cosas humanas fe y esperanza,
las dos características esenciales de la experiencia humana [...]. Esta
esperanza y esta fe en el mundo han encontrado quizás su expresión más
gloriosa y escueta en la pequeña frase de los Evangelios que anuncia su
'buena nueva': 'Nos ha nacido un niño'".
"Nos..." Oponer el "bien al ser", el amor al hijo, que solo
querríamos que naciera si tuviéramos la certeza de que será feliz, si
estamos a la altura, si somos dignos, si tenemos dinero, tiempo,
voluntad, lleva no solo a negar el ser al niño, sino a deslegitimar
nuestra propia vida y la de nuestros padres, porque ninguno de nosotros fue traído al mundo con la certeza de que sería feliz,
y ni siquiera en determinadas condiciones y con las debidas
capacidades. Si lo lógico se impone a lo genealógico, la fuente de la
vida se seca: es la tesis de Hadjadj... y no hay mejor respuesta para
los los fans del descenso de la natalidad de todo tipo y ralea.
Si el amor fuera suficiente, si la familia no fuera el eje del
problema del descenso de la natalidad, de la falta de madres y de
padres, y no solo de niños, los orfanatos bastarían para criar a los niños.
Actualmente el significado es "Meterse una persona en asuntos o
problemas que no conoce, que no le competen o que no reportan ningún
beneficio".
Es mi especialidad porque llevo dieciséis años ya en internet escribiendo sobre temas variados y algunos polémicos, teniendo en cuenta que nadie me paga y no saco de ello a menudo más que disgustos. Sin embargo, soy incapaz de dejarlo. Será porque no soporto el abuso ni la injusticia o porque la verdad me parece algo más que una palabra. Aunque hoy en día esté absolutamente fuera de lugar.
Así que no me basta sólo con el blog y voy escribiendo en otros lugares, pero en vez de estar a bien con todos, como debería, si quiero que me dén cancha, me dedico a llevar la contraria. No lo puedo evitar. Mis principios siempre han estado por encima de la conveniencia. Lo malo es que las consecuencias no las sufro sola. En un mundo ideal, los que luchan por sus ideas alcanzarían al final el éxito soñado. En la vida real, sólo consiguen algunas noches de insomnio.
Os dejo un enlace de mi blog ideal, aunque no estamos de acuerdo en lo de Ucrania.
En enero murió mi suegra y yo tuve covid. En febrero fui a Alemania y volví con un dolor de espalda tremendo. En marzo me dió diverticulitis todo el mes. En abril me quedé coja con tracondeítis y me encontrarón un pólipo en el útero.. En mayo me quitaron el pólipo y mi hija cogió covid. En junio tiene covid mi marido. Por medio un par de migrañas y alguna molestia más. También operaron al gato de mi hija. Total que llevamos una temporada atípica, que no levantamos cabeza.
De manera que hemos visto mucha televisión, muchas películas y series y hemos salido poco. Quería haber hecho algún viajecito pero no ha podido ser. Ahora no me atrevo a planearlos. Esperemos que julio sea un mes aburrido sin novedades. Mientras tanto sigo con mi faceta de escritora y lectora, aunque la verdad es que me puede la pereza. He perdido varias clases de alemán y ya quedan pocas. A ver si llegan las vacaciones y podemos descansar de no hacer nada.
(Fourth Wave)
Las nuevas directrices del Comité Olímpico Internacional indican que
los varones trans que deseen competir en deportes femeninos no deben
reducir sus límites de testosterona.
Las nuevas políticas del COI sustituyen a las directrices de 2015 y
llegan a afirmar que «no se debe presumir» que los varones trans tienen
una ventaja automática sobre las mujeres biológicas, una afirmación que
contradice las posiciones anteriores del COI.
Según el documento, «hasta que las pruebas determinen lo contrario,
no debe considerarse que los atletas tienen una ventaja competitiva
injusta o desproporcionada debido a sus variaciones de sexo, apariencia
física o condición de transgénero.»
En las directrices anteriores, el COI había establecido que los
varones trans debían reducir sus niveles de testosterona por debajo de
10 n/mol por litro durante al menos 12 meses para poder competir. Aunque
las directrices no son legalmente vinculantes y, en última instancia,
son los organismos deportivos los que determinan sus propias normas, el
COI ya no fomenta ningún tipo de reducción de testosterona.
En 2020, la revista British Journal of Sports Medicine publicó los
resultados de un estudio en el que se constató que los atletas
masculinos que se autoidentificaban como trans conservaban una ventaja
competitiva del 12% hasta dos años después de comenzar la terapia
hormonal.
La investigación afirmaba que «pueden ser necesarios más de 12 meses
de supresión de la testosterona para garantizar que las mujeres
transgénero no tengan una ventaja competitiva injusta al participar en
competiciones atléticas de élite».
A pesar de ello, parece que el COI ha llegado a la conclusión de que
la suposición de una ventaja competitiva biológica masculina sobre las
mujeres «no está verificada».
He estado viendo las seis temporadas de esta serie como un experimento sociológico. Digamos que no me gustaba su planteamiento pero quería ver hasta dónde les llevaba. Una de las protagonistas le dice a su ahijado: no te preocupes, estás en el lado correcto de la historia, en el izquierdo. Con eso se resume la mentalidad de esta serie de Netflix que aúna todas las teorías de la ideología de género y el pensamiento woke. Aparte de eso, tengo que reconocer que es muy entretenida.
Trata de la vida de cuatro mujeres trabajadoras que acaban de tener un hijo. Dos de ellas acaban divorciándose antes del año porque realmente no tenían una relación estable. Una es lesbiana, como el cincuenta por ciento de los personajes, lo cual multiplica la proporción real en la sociedad por cincuenta. Otra tiene una hija adolescente que anda muy perdida y su madre no le sirve de ayuda, aunque sea psiquiatra. La verdad es que todos los niños sobreviven gracias al cuidado de sus padres o niñeras.
Ellas están centradas en su trabajo y la familia es algo accesorio. Con el tiempo, una de ellas acaba teniendo problemas de control de la ira; otra descuida su familia y su trabajo; otra, no sabe qué hacer con su vida; y las última se da cuenta de que lo ha hecho todo mal. Lo único que tienen todas claro es que no quieren ser mujeres tradicionales. Pero el problema es que carecen de otro modelo a seguir; de manera que van improvisando, metiéndose en mil problemas y aprendiendo sobre la marcha.
Creo
que a estas alturas de la película los que me conocen o siguen este
blog, saben que voy a misa y que tengo ese hábito, creo que bueno,
porque me supone un momento de paz y reflexión del que no se aprende
nada malo; y pocos escenarios en esta vida pueden aportar estas
connotaciones. Por tanto, como usuario de las iglesias o parroquias me
siento facultado para opinar sobre la Iglesia Católica con cierto
conocimiento de causa.
Me gusta escuchar misa, estar relajado, concentrado en lo que dice el
sacerdote, intentando extraer algún detalle para mi vida diaria con el
objetivo de crecer como persona, ser cada día mejor, aunque humildemente
es obvio que no lo consigo y soy un ser imperfecto y lleno de defectos.
Pero ese estado de relajación y paz interior no se consigue cuando hay
bodas o comuniones. Lo de las comuniones más o menos lo puedes controlar
porque sabes cuando toca (en mayo generalmente), pero han sido varias
veces las que me he vuelto al entrar en una iglesia cuando había boda,
porque entonces ni hay paz, ni hay recogimiento, ni nada de nada; hay
toda una cuadrilla de invitados pulcramente ataviados y no tan
pulcramente, que no han ido a misa desde hace varios años, quizá desde
la primera comunión, y que están más pendientes de la parafernalia que
conlleva el bodorrio que de lo que dice el cura que, además, no tienen
ningún interés. Por tanto, hablan, se mueven, molestan y tienen su
minuto de gloria cuando han de levantarse para echar la foto de la
ceremonia, para colocarle bien la cola a la novia o para recriminar al
niño de las arras que se esté quieto.
Esto puede ser controvertido, pero que la Iglesia asuma si quiere que el
sistema de ceremonias de boda sea ese y que el espectáculo sea el que
es. No obstante, donde sí que puedo controlar mi asistencia a las misas
es cuando se celebra el evento anual de las comuniones. Y si más o menos
puedo ser crítico con las bodas, porque entiendo que en algunas se
cuelan muchas parejas que no tienen ninguna formación religiosa y lo
hacen por pura tradición y porque es muy bonito, aunque hay también
muchas que de forma coherente acuden a un juzgado o a un ayuntamiento;
en las comuniones se cuela la mayoría, es decir, niños que pertenecen a
familias que pasan olímpicamente del catolicismo, de la religión, pero
que no están dispuestas a renunciar al traje o vestido, a los regalos, a
las fotos y al banquete.
Y es que como todavía no se ha institucionalizado la comunión civil o
algún engendro que sustituya al ceremonial católico, se da la paradoja
de que hay padres ateos o agnósticos, incluso no casados, que para no
estar de malas con el niño o niña, o para que no se perturbe ni se
sienta marginado, tienen que pasar por el aro de la primera comunión;
pues nada que pasen, que ancha es Castilla.
Se da este escenario porque en mi opinión, la Iglesia Católica, la de
España, la que yo conozco, colabora en que esto sea así, o para ser más
exactos, poco ha cambiado el planteamiento de la Iglesia desde que yo
hice la primera comunión hace ya treinta y seis años hasta hoy.
Vayamos por partes, los aspirantes a llegar a la meta (ceremonia,
banquetes, regalos), son obligados a pasar una larga catequesis, a
asistir a misa en los períodos de preparación catequética, a dar algún
dinero para flores o para gastos de la diócesis el día del evento y, por
supuesto, estando en la recta final aunque no sea de obligado
cumplimiento, la Iglesia no va a poner peros, cuando no alienta, a que
niños y niñas se vistan como novios y novias de miniatura, para darle
más boato, prestigio y brillantez al día soñado; día que lamentablemente
en la mayoría de los casos, se queda en el regalo de la última consola
del mercado o el móvil de última generación, en el inefable libro de
recuerdos en el que todos hacemos una dedicatoria chorra que luego nadie
lee y por el banquete. Banquete en unos salones contratados al efecto
que muy profesionalmente ya saben lo que tienen que hacer, que es ganar
dinero y lo hacen muy bien y a mí me parece fantástico, por eso la
oferta no es otra que montar un entramado similar al de una boda, es
decir, que el niño o la niña, corta su tarta con su espadita y así ya lo
llevan de experiencia para cuando se casen. Por cierto que para el
bolsillo del invitado la exigencia es casi mayor que cuando vas a una
boda, porque das el sobre y un regalo aparte, como dice un buen amigo
mío “doble bola extra”.
Como
es imaginable cuando hay una comunión hasta el cura se extasia y olvida
que puede haber gente que sólo va a escuchar misa, su misa de los
domingos. Si en las bodas hay jolgorio, en las primera comuniones el
jolgorio está multiplicado por los familiares de cada niño/a, es decir,
jaleo mayúsculo, o lo que es lo mismo, el pobre feligrés que ha asistido
con devoción, difícilmente se habrá podido concentrar en la homilía del
sacerdote, pues los focos de atención son muchos y es sencillo
desviarse del motivo para el cual uno acude a misa.
Ni que decir tiene que sólo asisto a la misa de una primera comunión
cuando estoy invitado. Aun así se repite como un mal endémico el mismo
esquema: niños, familiares y amigos, el de las fotos (que si pudiera se
sentaba al lado del cura) y mucho follón. En no pocas ocasiones, por no
decir siempre, el cura llama la atención a los asistentes que abarrotan
como nunca una iglesia que se queda pequeña por una vez al año, y yo me
pregunto cuánto de culpa tiene la Iglesia de que esto ocurra.
Esto es pura matemática cuántos acuden el día de una primera comunión y
cuántos van un domingo normal. Por tanto, es evidente que algo está
fallando, las comuniones no están sirviendo para garantizar que un niño
se vincule a su parroquia o más trascendente aún, que viva conforme a
los preceptos de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Si esto se sabe,
si a misa acudimos pocos y cada vez menos, ¿por qué no rompemos el
planteamiento?
En un gran porcentaje de casos la primera comunión se convierte en la
única comunión y para otros la última, quizá la siguiente vez en que
ese/a niño/a vuelva a un altar es en su boda, si antes no ha asumido con
honestidad y coherencia que no tiene sentido casarse canónicamente
cuando jamás se ha pisado una iglesia.
Yo he ido mucho a misa de niño y joven, luego tuve una época gris y
perdida, pero en mi niñez recuerdo un domingo en el que vi la primera
comunión más bonita que un niño puede imaginar, no era un domingo de
mayo, era un domingo ordinario, y apareció un niño con su familia,
vestido normalmente como se viste un niño un día de fiesta, es decir,
guapo y elegante, iba rodeado de sus familiares, pocos pero bien
avenidos; no nos habríamos dado cuenta de que era una primera comunión,
si mi fiel párroco durante muchos años, Don Luis, en la parroquia del
Buen Pastor de Linares, no lo hubiera indicado, el niño hizo su primera
comunión, es muy probable que después se fueran a tomar unas cañas por
ahí, y aquel comulgante neófito pudo utilizar la ropa de aquel día otros
domingos, y seguro que aquella primera comunión no fue ni la única ni
la última, y aquel niñito la habrá recordado siempre.
Para más inri, las comuniones y sus preparativos generan no pocos
conflictos entre párrocos y familias, porque el cura o el arciprestazgo o
quien sea, reservan un par de domingos para el gran acontecimiento, y
puede que a algunas familias, por las circunstancias que sean no les
viene bien. O por qué no, yo soy un padre con raíces religiosas y he
decidido darle la catequesis en mi casa, pues si el cura se entera tu
hijo no va a hacer la comunión en esa parroquia. He de decir que la
comunión no es un acto inscribible, es decir, es un sacramento que no se
registra, por tanto, yo puedo perfectísimamente catequizar a mi hijo en
casa y el día que crea que esté suficientemente preparado lo llevo sin
alardes y con discreción a que tome la comunión por primera vez, con la
trascendencia que ello conlleva, no tiene que esperar al día D en la
hora H.
No sé lo que la Iglesia Católica saca en claro con esto, las parroquias
no se benefician, tiene tintes algo hipócritas y reafirma más si cabe la
separación que hay entre la religión y la sociedad. Es evidente que de
esta separación no tiene culpa la Iglesia, son muchos factores, el
principal es la crisis de valores que hace tiempo que sufrimos, pero
también es verdad que la Iglesia no reacciona proporcionadamente.
Pues eso que ahora que se acerca el mes de mayo, he querido lanzar este
grito callado, por si alguien lo lee y reflexiona conmigo. Aunque en
verdad esto no servirá para nada y las comuniones seguirán siendo un
circo y yo no concurriré al mismo.
Esta semana ha habido dos noticias fundamentales. Una se ha llevado todo los titulares, la de Nadal, y otra ha pasado desapercibida: el asesinato de cincuenta cristianos en Nigeria. No dudo de que este tenista sea una figura fuera de serie, aunque ya a los treinta y seis años podría estar pensando en retirarse y formar una familia. Ha ganado premios y dinero de sobra para varias vidas, pero parece que nunca tiene bastante. Y eso que juega lesionado y con anestesia. No es mi ejemplo a seguir.
Del otro lado, unas familias con niños que asisten a la misa de Pentecostés en un país donde saben que se juegan la vida por hacerlo, y de hecho la pierden. Pero no tiene importancia, tal vez porque son negros, porque están muy lejos, porque son cristianos. El caso es que el mundo prefiere mirar para otro lado. Unos cien mil cristianos mueren asesinados al año por fanáticos de otras religiones, mientras aquí nos ocupamos de la islamofobia. Ni el propio Papa parece preocupado por el tema.
Tal vez es que el cristianismo de verdad lleva incluido el martirio, mientras nosotros no vamos a misa porque nos da pereza. Y nuestro héroe es un deportista obsesionado con la competición, con ser el mejor y ganar más que nadie, aunque eso signifique ponerse vacunas de baja seguridad. Es muy significativo que sólo nos importe saber quién es el vencedor y no prestemos atención a los que siempre salen perdiendo en el curso de la historia. Falta saber quién es el verdadero héroe.
"Hoy
mas que nunca, el Cristiano debe ser consciente de que pertenece a una
minoría que se opone a todo lo que parece bueno, obvio y lógico según el
espíritu del mundo. Debemos recuperar la capacidad de no ser
conformistas, de oponernos a muchos planeamientos de la cultura
imperante". (Card Ratzinger, 'Informe sobre la fe")
La experiencia de los Países Bajos,
donde la venta y el consumo del cannabis es legal desde 1976, puede
servir de marco referencial para España. Pese a que el cultivo de la
marihuana está prohibido en Holanda, porque la intención a largo
plazo continúa siendo la de rebajar la demanda, la simple aquiescencia
con respecto al uso recreativo de las drogas blandas ha generado dos
efectos no previstos: los Países Bajos se han convertido en uno
de los principales productores de estupefacientes sintéticos del mundo
y, además, el crimen organizado –el principal encargado de proveer de
cannabis a las tiendas que luego venden a los pequeños consumidores–
cada vez tiene mayor aceptación social debido a los inmensos beneficios
económicos que genera el negocio y a la atmósfera de tolerancia
reinante.
El fenómeno guarda similitudes para los expertos policiales neerlandeses con lo que ocurre en México con el narco,
aunque en los Países Bajos la corrupción de momento no ha entrado en
los partidos políticos y la judicatura. En cualquier caso, Ámsterdam ya
es una ciudad conocida por ser el mayor epicentro europeo de la mafia.
Las luchas entre distintos clanes de narcotraficantes acontecen a plena
luz del día e incluyen amenazas, sobornos y tiroteos; también asesinatos
tanto de rivales en el crimen como de los periodistas que investigan el
submundo de hampa.
Curiosamente, la
referencia explícita al narco estuvo presente la pasada semana en la
Asamblea de Madrid. «Las drogas producen delincuencia organizada y eso
lo sabe bien su partido, Podemos, del que venía usted, y del que se
separó por poder y no por principios. Ese partido nació de las narcodictaduras. Bien sabe usted del sistema criminal que tienen detrás las drogas», le contestó Isabel Díaz Ayuso a Mónica García,
la líder de Más Madrid y principal impulsora de la propuesta de
legalización del cannabis. «No le pienso decir a los jóvenes que se
fumen dos porros, que alguien les va a regalar una paga y el aprobado,
porque esa miseria me niego a que esté en la Comunidad de Madrid», zanjó
Ayuso.
Drogas + Joven = Dificultades
Pero ¿qué hay de cierto en las afirmaciones de la presidenta regional? En los Servicios Sociales
de la Comunidad de Madrid, que atienden diversas problemáticas
juveniles, disponen de un conocimiento social de primera mano. Existe,
sin embargo, miedo a hablar. El temor por quedar señalado, por entrar en
cualquier lista negra –presente o futura– hace que muchos
profesionales, a la hora de conversar con los medios, soliciten hacerlo
preservando su anonimato.
«Las drogas suponen un atentado contra
la salud. Muchos de los problemas serios que surgen con los jóvenes
–aislamiento, salud mental, delincuencia, violencia– están relacionados
con las drogas. Es así. Lo tenemos más que demostrado… Legalizarlas
significa ponérselas un poco más cerca», señala un trabajador social con
décadas de experiencia en primera línea. «El enfoque científico
de la cuestión apunta justo en la dirección contraria; la ciencia
demuestra el efecto dañino, incluida la adicción, que producen estas
sustancias, especialmente entre los jóvenes, porque son más vulnerables.
Hay que explicarles a los chicos en base a los estudios científicos, es
decir, en base a las evidencias, que las drogas les hacen daño.
Mucho daño. Y luego, a mayores, para educarles también están los
testimonios de la gente que ha estado enganchada, en bandas, de los que
han tenido problemas de salud mentales o sociales, etc. Los testimonios
sirven de mucho», comenta el interlocutor.
Con relación al prisma de izquierdas sobre la cuestión educativa –la última reforma aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez permite que los alumnos puedan graduarse sin tener todas las asignaturas aprobadas y presentarse a la Selectividad con
un suspenso–, la valoración que realiza otra fuente de El Debate
próxima a la CAM también dista de resultar positiva: «Bajar el nivel de
exigencia tiene un claro impacto negativo entre los chavales. El PSOE y
Podemos lo encubren diciendo que la Unión Europea indica que las
competencias han de resultar más prácticas, pero Europa en ningún caso
exige una rebaja en cuanto a los conocimientos en sí. Sin exigencia, sin
esfuerzo, la calidad baja, y también baja el margen de autonomía de los
jóvenes, que tienen menos capacidades para luego afrontar las
dificultades».(...)
Se oye hablar continuamente de la ultra derecha en España, cuando lo cierto es que el psoe está gobernando con la extrema izquierda y a nadie parece importarle. El problema es que el centro político se ha desplazado. Lo que antes era centro lo ocupa la izquierda, de manera que la ultraizquierda es izquierda y a la derecha del PP está Vox como extrema derecha. Lo que resta de Ciudadanos, no se sabe dónde colocarlo porque es un partido veleta.
He tenido una polémica con un miembro de ese partido que, lejos de ser moderado, utilizaba una retórica guerracivilista contra Vox. Y a pesar de que yo no soy militante de Vox, sólo simpatizante, me sentí obligadada a intervenir. Cuando se carece de argumentos, sólo queda el ataque personal y entonces se pierde toda la razón. No me esperaba algo así de Ciudadanos, sí de Unidas Podemos o similares. Lo que demuestra que la etiqueta de ultraderecha justifica todas las críticas
En cambio, ser comunista como Corea del Norte, o peor aún, simpatizante de los etarras, o partidario de dividir España; resulta que es muy respetable y nadie se atreve a decir nada en contra, o a calificarlos de extremistas. Incluso en el resto del mundo creo que pasa algo parecido. También los demócratas en EEUU. han tomado una deriva socialista, a pesar de los ejemplos que tenemos de los resultados que produce. Y la pobre América Latina ha caído de lleno en la trampa.
El viernes pasado, 13 de mayo, una turba de universitarios musulmanes nigerianos linchó a una compañera cristiana, Deborah Samuel, alumna de económicas del Shehu Shagari College de
la ciudad de Sokoto, al noroeste de Nigeria, en una zona de mayoría
islamista como todo el norte de un país de más de 200 millones de
personas. La joven fue perseguida por el campus, lapidada hasta
el borde de la muerte y luego cubierta con neumáticos a los que
prendieron fuego. La justificación para un crimen tan atroz fue que Deborah Samuel había blasfemado contra el profeta en un grupo de whatsapp en el que estaba junto a sus compañeros de clase.
En realidad, no hubo blasfemia. No, desde luego, como la entendería
cualquier persona normal y civilizada. Lo que llevó a los estudiantes
musulmanes a linchar a Deborah comenzó con la pregunta de uno de ellos
en el grupo de whatsapp sobre cómo había conseguido ella aprobar el
semestre anterior, a lo que ella respondió que «fue Jesús».
De inmediato, otros estudiantes musulmanes le exigieron que se
retractara. Ella respondió a través de una nota de voz en la que decía:
«’Fuego del Espíritu Santo‘. No me pasará nada. ¿Es que
están obligados a enviar siempre cosas religiosas a este grupo? El grupo
no fue creado para eso, sino como un aviso sobre pruebas, tareas,
exámenes, etc. No para estas publicaciones religiosas sin sentido».
Ante la ira de la mayoría de sus compañeros, otros alumnos trataron
de llevarla a un lugar seguro y avisaron a la seguridad del centro, que
no dudó en entregar a la joven a los fundamentalistas enardecidos en
cuanto los estudiantes musulmanes amenazaron con matarlos también a
ellos.
Los padres de
Deborah Samuel dicen que «No podemos hacer nada, ni podemos decir nada;
salvo tomarlo con calma como un acto de Dios»
La turba se lanzó a por Deborah que diez minutos después, tras una
persecución por el campus en un linchamiento en el que participaron
decenas de personas mientras otros grababan el asesinato con sus
móviles, ya estaba muerta. Sus últimas palabras, según aseguró uno de
sus compañeros, fueron: «¿Qué creéis que vais a conseguir con esto?».
Desde entonces, a Deborah Samuel la han vuelto a matar cuatro veces más.
La segunda muerte de Deborah ocurrió cuando el padre
de la joven, presionado por las autoridades locales musulmanas, aceptó
llevarse el cuerpo de su hija —que la autoridades no querían entregar— a
cambio de que la famIlia abandonara cualquier intención de reclamar justicia.
La humillación es aún mayor cuando se lee en un periódico local
nigeriano que el padre de Deborah se vio forzado a encontrar un taxi en
Sokoto que aceptara transportar el cadáver destrozado y quemado hasta la
casa familiar en Tunga Magajiya, un aldea a unos cien kilómetros al
sur. Sólo un chófer en una ciudad de más de medio millón de habitantes,
la inmensa mayoría musulmanes, se apiadó del padre y aceptó llevar los
restos a cambio de unos 300 euros.
Tras enterrar a la desdichada joven, los padres de Deborah aseguraron ante los medios locales que «No
podemos hacer nada, ni podemos decir nada; salvo tomarlo con calma como
un acto de Dios. Hemos dejado todo en manos de Dios. Hemos decidido
tomarlo así». Los que tengan hijos, que imaginen la presión a la
que tuvieron que someter a los padres de la desafortunada Deboraj para
que pudieran haber llegado a decir tal cosa.
La tercera muerte de Deborah Samuel ocurrió el pasado fin de semana, cuando el imán de la poderosa mezquita nacional en la capital nigeriana, en Ajura, el profesor Ibrahim Maqari, el clérigo musulmán que ofició la boda de la hija del presidente nigeriano Muhammad Buhari, escribió en las redes sociales: «Todos
deben saber que nosotros, los musulmanes, tenemos algunas líneas rojas
más allá de las cuales NO DEBEN cruzarse. La dignidad del Profeta (la
paz sea con él) está por delante de las líneas rojas. Si nuestras quejas
no se abordan adecuadamente, entonces no deberíamos ser criticados por
abordarlas nosotros mismos».
El gobernador
musulmán de Sokoto ha ordenado que los detenidos por el crimen sean
procesados sólo por «conspiración criminal e incitación a cometer
disturbios públicos»
Tras estas palabras del imán Maqari, buena parte de la comunidad
musulmana que domina el norte de Nigeria y que amenaza de continuo con
una secesión del país para crear un Estado islamista separado de Biafra,
la Nigeria sureña y cristiana, comenzó una serie de protestas y revueltas para exigir la liberación de los dos únicos detenidos por el linchamiento de Deborah Samuel. Ante el estallido, el imán Maqari se vio obligado a conceder una entrevista a un medio nigeriano en la que se ofreció a condenar el método elegido para matar a Deborah, pero no su muerte. Y lo hizo con estas palabras que reflejan la enorme empanada mental de las autoridades eclesiásticas musulmanas: «La
acción de la turba en general es condenable. Es condenable por quién la
mató y cómo murió. Ella merece la muerte, de eso no hay duda, pero la
cuestión es quién debe matar y cómo debe morir».
La cuarta muerte de Deborah Samuel ocurrió hace cuatro días, el lunes, cuando el ambicioso gobernador musulmán del Estado de Sokoto, Aminu Tambuwal, ordenó que los dos únicos detenidos por el asesinato, Bilyaminu Aliyu y Aminu Hukunci, fueran procesados sólo por «conspiración criminal e incitación a cometer disturbios públicos». De la acusación de linchar hasta la muerte a una joven, nada se sabe. Quizá porque desde
la detención de los dos estudiantes musulmanes, las calles de Sokoto
han sido escenario de intensas revueltas y manifestaciones islamistas
que exigen la liberación incondicional de los asesinos. Quizá,
además, porque Tambuwal tiene ambiciones presidenciales. Quizá, también,
porque los dos detenidos se presentaron en el tribunal y declararon su
inocencia ayudados por un equipo de más de 30 abogados musulmanes dirigido por un reconocido penalista mahometano, el profesor Mansur Ibrahim. Así saca músculo la sharía: 34 abogados para defender a dos, sólo a dos, asesinos y apenas un taxista dispuesto a llevarse el cadáver.
La izquierda europea, junto a los socioliberales de Ciudadanos, en contra de condenar el crimen islamista
La quinta muerte de Deborah Samuel ocurrió antes de ayer, en el Parlamento Europeo, cuando la mayoría de izquierdas de la eurocámara —incluidos el PSOE, Podemos, y los proetarras españoles de Bildu, junto a los que se dicen partidarios de Dios y las leyes viejas como el PNV y los socioliberales del partido español en extinción Ciudadanos—, tumbó una propuesta del Grupo Identidad y Democracia
para poder debatir una condena —insistimos: sólo para poder debatir la
posibilidad de una condena—, del brutal asesinato de la joven cristiana a
manos de una turba de musulmanes.
Por 244 votos en contra, 231 a favor —incluido el Grupo del Partido
Popular y el de los Conservadores y Reformistas Europeos— y 19
abstenciones, la mayoría del Parlamento Europeo decidió participar, a su manera vergonzosa, en el linchamiento de la joven cristiana que se le ocurrió protestar por que en un grupo universitario de whatsapp se lanzasen mensajes religiosos.