Soy
Sergio J. Pérez Olivero, autor del informe científico independiente
titulado: “Estudio de la Pandemia”. Como científico (Licenciado y
Doctor en Ciencias Químicas) y ya que el art. 20 de la CE me lo
permite, me gustaría hablarle sobre una serie de cosas de vital
importancia y de las cuales, quizá, nunca haya tenido conocimiento.
Para que se haga una idea del contenido del informe, comenzaré por citar el objetivo y la introducción:
“Desde un punto de
vista puramente científico, arrojar un poco de luz entre tanta
tiniebla, aportando información objetiva. Para ello, iré analizando,
punto por punto, cada uno de los dogmas incluidos dentro de la “nueva
normalidad”.
“Corren tiempos
oscuros para la naturaleza del ser humano en sí misma. A finales de
2019, nuestro mundo como lo conocíamos, dejó de existir. Dio paso a lo
que algunos llamaron “nueva normalidad” que vino acompañada de un
discurso “oficial” y que implicaba la transgresión de una línea hasta
ese momento intocable: los derechos fundamentales. Desde ese momento,
dichos derechos fundamentales, garantes de la libertad individual del
ser humano, pasaron a ser aspectos secundarios en virtud de un supuesto
bien común, circunstancia, que fue avalada por innumerables medios de
“comunicación” que día tras día, repetían dicho discurso “oficial”,
quizá, con la finalidad de convertirlo en una especie de mantra de
concienciación para una crédula población y, que fue adoptado por
políticos y hasta por miembros de las FCSE, como mandamiento divino
incuestionable”.
¿Sabe usted que no
existe ni una sola evidencia científica que demuestre el aislamiento
del famoso SARS-CoV-2? ¿Y que esto es reconocido y confirmado por más
de 110 instituciones en más de 20 países, incluido nuestro Gobierno?
¿Sabe usted que
los PCR no son aptos para el diagnóstico del síndrome conocido como
Covid-19 ya que presentan un 97% de error y que esto, incluso, está
reconocido a nivel judicial en dos países? ¿Y que los demás test
tampoco son aptos? ¿Y que pueden ser peligrosos para su salud si existe
una mala praxis durante la toma de muestra? ¿Y que un positivo
diagnosticado con un PCR no implica que esté infectado, ni que sea
contagioso?
¿Sabe usted que
las mascarillas no ofrecen ninguna protección real contra el supuesto
virus? ¿Y que le puede ocasionar problemas muy serios de salud,
especialmente a los niños?
¿Sabe usted que
los famosos “asintomáticos” no son la forma mayoritaria de supuesta
transmisión? ¿Y que esa teórica transmisión sería 20 veces inferior a
la de los sintomáticos? ¿Y que la probabilidad de que una persona sana
asintomática que no sabe que porta el virus infecte a otra persona, es
significativamente menor que el 1%?
¿Sabe usted que la mortalidad del supuesto virus es inferior a la de una gripe común?
¿Sabe usted que hay alternativas a las “vacunas” antiCovid-19? ¿Y que son más efectivas que los sueros experimentales?
¿Sabe usted que la
inmunidad natural es hasta 20 veces más protectora que la teórica que
supuestamente proporcionan los sueros? ¿Sabe que las personas que han
recibido la “vacuna” tienen una probabilidad un 700% mayor de
desarrollar Covid-19 que las que tienen inmunidad natural gracias a una
infección previa? ¿Y que una persona no “vacunada” previamente
infectada con SARS-CoV-2 tiene un 99.9% de posibilidades de estar
protegida contra una infección repetida?
¿Sabe usted que a
día de hoy y contando solo Europa, Reino Unido y Estados Unidos, esos
sueros experimentales han causado más de 40 000 muertos y más de cuatro
millones de afectados, de los cuales más del 50%, han sido graves? ¿Y
que los países con un mayor porcentaje de su población “vacunada”
presentan más muertes por Covid?
¿Sabe usted que lo
que las “vacunas” inducen al ser inoculadas, es la formación de la
proteína Spike? ¿Y que dicha proteína sola es justamente la que causa
el daño y no el supuesto virus y por tanto, están obligando a su cuerpo
a generar justo aquello que provoca el mal?
¿Sabe usted que
una de las cosas a las que primero afecta la proteína, es a su
capacidad para tener descendencia? ¿Y que dicha proteína, se puede pegar
de los “vacunados” a los no “vacunados” (shedding)?
¿Sabe usted que la
efectividad real de las “vacunas” es muy inferior a la que dicen sus
fabricantes? ¿Sabe, por ejemplo, que realmente son necesarias 119
personas “vacunadas” con Pfizer, para prevenir que 1 no se contagie y
que esto mismo sucede con todas las “vacunas”? ¿Sabe que los
“vacunados” presentan una carga viral hasta 251 veces mayor que la de
los no “vacunados” y por tanto, pueden ser mucho más contagiosos?
Si las “vacunas”
Covid-19 funcionan, como nos quieren vender, entonces, ¿por qué ahora
las muertes por Covid-19 son 44 veces más altas que en esta época el
año pasado, y por qué el 75% de esas muertes es de personas que fueron
“vacunadas”?
¿Sabe usted que la
incidencia del síndrome en niños es del 0.0%? ¿Sabe que 1 de cada 1
700 000 niños ha fallecido de Covid en 18 meses, mientras que 1 de cada
9 sufre una reacción adversa grave tras la inoculación del suero? ¿Y
que casi un 86% de los niños en los que se ensayó la “vacuna”,
sufrieron efectos secundarios?
¿Sabe usted que
las “vacunas” antiCovid-19 administradas a los adolescentes tienen 7.5
veces más muertes, 15 veces más discapacidades y 44 veces más
hospitalizaciones que todas las demás vacunas aprobadas por la FDA
combinadas, que están recibiendo estos adolescentes?
¿Sabe usted que
los adolescentes tienen 50 veces más probabilidades de tener una
enfermedad cardíaca después de las “vacunas” Covid que todas las demás
vacunas aprobadas por la FDA en 2021 combinadas?
¿Sabe usted que en
Estados Unidos, hasta el 24 de septiembre, según los últimos datos de
VAERS para el rango de edad de 12-17 años, tras “vacunarse”, se han
producido 15 230 eventos adversos en total, incluidos 1200 clasificados
como graves y 21 muertes notificadas?
¿Sabe usted que es
científicamente imposible hablar de variantes de un determinado virus,
sin antes demostrar su existencia? ¿Sabe que en el caso hipotético de
que existiera, las “famosas” variantes serían originadas por las
propias “vacunas”? ¿Y que serían, justamente, las “vacunas” las que
convertirían al virus en algo teóricamente mucho más peligroso?
¿Sabe usted que en
las “vacunas”, hay “sustancias” que podemos definir como
“inquietantes”, que pueden ser potencialmente peligrosas y que pueden
ocasionarle problemas de salud de diferente gravedad?
¿Sabe usted que la
sangre de personas “vacunadas” ha sido analizada por varios
científicos y los resultados han sido descritos por todos ellos como
“horribles y aterradores”?
Si usted ha leído
algo que le resulte preocupante en este documento, le invito a que lea
detenidamente las conclusiones de mi informe a las que puede acceder aquí y descargarlas si quiere. También, si lo prefiere, puede acceder a todo el informe aquí y descargarlo si así lo desea.
Complemento Estudio de la Pandemia
referencia
Resumen del informe completo “Estudio de la Pandemia” realizado por su autor, el Dr. Sergio J. Pérez Olivero
www.eldiestro.es