El fantasma woke ha
pasado en pocos años de ser un completo desconocido a estar en el
centro del discurso mediático y político. Un discurso que por lo general
tiende a limitarse a la denuncia de la supresión de libertades que conlleva,
que no son pocas. La última víctima ha sido Hope Carrasquilla, rectora y
profesora de un colegio de Tallahassee (Florida) que ha sido
recientemente obligada a renunciar a su cargo por haber expuesto a sus
alumnos de 11 y 12 años imágenes del David de Miguel Ángel. La obra de arte, le acusaban, suponía acercar a los niños a la pornografía.
Sin embargo, buena parte de estos discursos no terminan de ofrecer
respuesta a una pregunta sin la que "todo ensayo queda incompleto", a
juicio de Fernando Bonete Vizcaíno: "¿Y ahora qué?".
Dar respuesta a esta pregunta y así "plantar cara a la cancelación"
es uno de los objetivos que ha llevado a Vizcaíno, doctor en
Comunicación Social y profesor de la Universidad CEU San Pablo a
publicar Cultura de la Cancelación. No hables, no preguntes, no pienses, de la mano de Ciudadela.
Partiendo de un riguroso análisis teórico de las doctrinas woke, cómo estás se aplican implacables
en los aspectos más cotidianos del día a día y de sus herramientas de
control para penetrar en el debate público, el también graduado en
humanidades y periodismo cierra el círculo y ofrece una forma de
enfrentar la llamada cultura de la cancelación. Y lo hace desde propuestas realistas que todo lector podrá poner en práctica para ofrecer alternativa a un fenómeno "grave" pero "salvable… todavía".
Extraemos ocho de ellas:
1º Decir la verdad
Es una de esas propuestas "obvias", "sencillas" y "al alcance de
todos" y que, sin embargo, deja de llevarse a cabo en aspectos mínimos y
cotidianos ante la presión woke. En opinión de Bonete Vizcaíno, hacerlo
"debería ser la primera barrera para frenar la cultura de la cancelación".
"Dar la espalda a la verdad por el mal uso de unos implica la
perdición de todos. La ausencia de verdad barre la ética y nos deja los
restos de una opinión, que se moraliza y se convierte a sí misma en la
única que puede pronunciarse", explica analizando algo que parece estar
ocurriendo en la cancelación.
2º Y tener la valentía de defenderla
A lo largo de Cultura de la Cancelación. No hables, no preguntes, no pienses,
su autor recurre a Benedicto XVI como uno de los referentes en alertar
de la persecución a la verdad y en instar a la valentía en su defensa,
como hizo respondiendo a Peter Seewald en torno a la dictadura del
relativismo. "Es preciso tener la osadía de decir: sí, el hombre debe buscar la verdad,
es capaz de la verdad. Nos muestra aquellos valores constantes que han
hecho grande a la humanidad. Por eso hay que aprender y ejercitar de
nuevo la humildad de reconocer la verdad y de permitirle constituirse en
parámetro", respondió el pontífice.
Esta es, a juicio de Bonete, una sentencia de "importancia absoluta", ya que "la verdad y el bien que tan atractivos nos resultan no triunfarán solos".
Puedes conseguir aquí "Cultura de la cancelación" (Ciudadela), de Fernando Bonete Vizcaíno.
3º La verdad no se defiende ni "sola" ni debería hacerlo "uno solo"
Muestra de ello es la cita a la que recurre el autor, de autoría cuestionada pero de importancia "absoluta": "Cuando los malos se ponen de acuerdo, los buenos deben asociarse; si no, los buenos irán cayendo, uno a uno, sacrificados implacablemente en una lucha mezquina".
No son pocas las distopías con las que Bonete Vizcaíno ejemplifica
las consecuencias de creer que la verdad se defiende sola, así como el
despertar que se produce en la sociedad cuando esta es consciente de que
puede alzarse frente a un sistema injusto, por mucho poder que parezca
tener.
Es el caso de Sinsonte, de Walter Tevis, donde "la
indiferencia absoluta" de los ciudadanos ficticios guarda no pocos
parecidos con la sociedad actual. Son pequeñas muestras de "inquietud
intelectual" o "actos de rebelión insospechados" los que posibilitan que
"una chispa avivada y amplificada" prenda cuando se descubre que "se pueden incumplir restricciones que parecían inquebrantables".
4º Dar testimonio
"Leer, conversar, amar, procrear, e incluso dar órdenes a los robots.
Todo ello era en realidad posible. Bastaba un encuentro entre hombre y
mujer, y una verdadera voluntad de cambio para que el bien triunfara sobre la dejadez
que acabó por desembocar en el mal. Ese es el gran descubrimiento. Que
cuando nos alzamos como representantes de la verdad, somos capaces de
iluminar y despertar el bien con nuestro testimonio. Que encarnar la verdad es necesario", sintetiza el autor.
5º Desterrar el buenismo, la pereza y el silencio cómplice
Otra alternativa la justifica en base a la novela Apocalipsis suave, de Will McIntosh, también distópica y con no pocas semejanzas con el presente real. En ella, "todos se refugian en la creencia de que lo único que pueden hacer es sobrevivir al día a día:
encontrar un trabajo en un mercado laboral arrasado por el paro;
encontrar pareja en una sociedad marcada por el nomadismo; y circular
con precaución en ciudades plagadas de bandas criminales, grupos
paramilitares, ecoterroristas, y una fuerza policial extralimitada".
Ambas novelas ejemplifican la actitud de la cancelación "para imponer un pensamiento, una conducta y un lenguaje",
así como la de muchas de sus víctimas, convencidas de que esta cultura
"desaparecerá por sí sola y que la verdad será restituida por sí misma".
Frente a esta actitud, Bonete Vizcaíno llama a la acción de personas
comprometidas con la verdad que se atrevan a defenderla en cualquier
momento y lugar. "Personas que estén dispuestas a ponerse en juego y, llegado el caso, hacer sacrificios
por ella. Personas que con el respeto debido dejen de optar por el
buenismo, la pereza intelectual, un silencio cómplice o una verdad a
medias para no parecer descorteses, no verse comprometidos y no asumir
responsabilidades".
El profesor de la Universidad CEU San Pablo Fernando Bonete
Vizcaíno, cosecha una amplia experiencia en proyectos culturales y
económicos: fue uno de los jóvenes españoles que participó en el
encuentro "Economía de Francisco" de 2020.
6º Llamar a las cosas por su nombre
Uno de los aspectos más asequibles y relevantes que propone el autor
frente a la cancelación es "llamar a las cosas por su nombre", ya que
las palabras y la forma de referirse a las cosas no solo implica "una poderosa representación del mundo", sino que otorga "el control del cambio social".
A través de multitud de casos reales, el autor muestra como el nuevo lenguaje -especialmente en lo referido al género o el aborto-
"cambia nuestras estructuras mentales" a través de la ingeniería
social, logrando que este último pase de ser considerado como "quitar la
vida de una persona" a una "opción necesaria cuya disponibilidad debe
ser garantizada".
"La palabra es la fuente del pensamiento; quien controla la primera
controla el segundo. No confrontar las invenciones que cambian de nombre
las cosas supone dejar vía libre a quienes quieren ajustar la realidad a
su pensamiento, y no su pensamiento a la realidad de las cosas. Hay que decir la verdad y llamar a las cosas por su nombre", sentencia.
7º Sustentar y confrontar desde la ciencia e investigación
Para el autor no pasa desapercibido que la restauración de la verdad
como horizonte -continuamente perseguida por la cancelación- debe
llevarse a cabo mediante "el valor superior de la ciencia frente a la
opinión". Especialmente cuando buena parte de las propuestas woke
carecen de "ningún tipo de respaldo científico".
Por ello, para hacerle frente, el autor incide en que la confrontación de estas y otras falacias -la ideología de género o la eutanasia o los ya mencionados- debe ser guiada por el estudio, el análisis y el sentido crítico que acompaña al espíritu científico.
En estos términos, contar con profesores e investigadores que
sepan trasladar los resultados de sus estudios a la esfera pública de
manera comprensible y asimilable se hace crucial para enfrentar la
cancelación.
"El sostén de nuestros análisis, nuestras protestas, y de nuestras propuestas, tiene que ir de la mano de la investigación.
De estudios que hagan ver de manera limpia y desinteresada la verdad de
nuestras ideas. En la transmisión de los resultados de esos estudios
está el respaldo que hace ganar fuerza a una posición, pues dicha
postura deja de ser mera opinión para convertirse en hechos,
realidades", explica.
8º Confrontar los puntos de vista y aplicar la virtud
Por último, Bonete Vizcaíno llama no solo a hacer uso de la libertad
de expresión amparada en una buena base científica, sino a confrontar la
verdad con posturas contrarias a ella y en que quien lo haga sea capaz
de hacer llegar el mensaje al gran público moderando las formas sin
moderar el discurso.
Así, menciona la importancia de ejercitar una verdadera labor de escucha que "exige grandes virtudes": "Paciencia
para atender a todos los argumentos hasta el final, intentando
comprender las razones de nuestros interlocutores sin dejar que el
estereotipo nos lleve al prejuicio; la humildad para descubrir
los aciertos en las propuestas y demandas de la otra parte, incluso para
llegar a reconocer que estamos equivocados; y disponer de la suficiente
madurez personal e intelectual para ser `ofendido´ o no
confundir el `no estoy de acuerdo´ con el `me ofendes´". Escuchar,
concluye, "nos permite defender con mayor claridad nuestra posición. El
que no escucha, otorga".
https://www.religionenlibertad.com/cultura/628957119/ocho-formas-de-enfrentar-la-cultura-de-la-cancelacion.html