Diario conservador de la actualidad
martes, 31 de octubre de 2023
El feto humano se considera tejido
lunes, 30 de octubre de 2023
Camellos del odio
San Antón es una calle que en su arranque comunica la del Rey con Floridablanca, en San Lorenzo de El Escorial. Al inicio, en los impares, hay una pequeña tienda que vende algunos de los mejores quesos de la Comunidad de Madrid. El 23 de julio, después de votar, pasé a comprar algunas cuñas y a saludar a la propietaria. Mientras esperaba no pude evitar oír la conversación de la persona que me precedía. Explicaba que estaba en trámites de divorcio y que había votado al PSOE porque tenía miedo de que si ganaba la derecha pudiese tener algún problema con esos trámites. Tenía unos cuarenta años. En Madrid, un año por otro, el número de rupturas matrimoniales ronda las 13.000. Pero alguien había conseguido que esta señora tuviese miedo.
El pasado viernes, quizá esperando a que concluyese el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo o quizá incitada por la agresividad primaria del portavoz socialista Óscar Puente, la consultora LLYC difundió un informe titulado The Hidden Drug.
Esa droga oculta es la ‘polarización’ y al igual que sucede con otras existentes, tiene efectos en el individuo y en la sociedad. "La polarización se ha convertido en una droga que consumimos cada día sin saberlo y que nos puede provocar depresión, irritabilidad, dependencia, distanciamiento social, crispación generalizada y aumento de los discursos del odio". El término ‘polarización’ es equivalente a conceptos valorativos como ‘radicalización’ o ‘extremismo’.
Los autores del informe señalan que en una confrontación de ideas, en un debate duro, en el que se presentan evidencias e interpretaciones alternativas, debemos observar cómo la patología no está en las posturas, aunque estas sean extremas, "sino en la actitud de ignorancia intencionada (cuando no de desprecio) a la evidencia y los argumentos que obligarían a modificar las propias creencias".
Estudios como el titulado Modeling the emergence of affective polarization in the social media society, que analizan lo que denominan la ‘polarización afectiva’, refutan que sean las redes las causantes de esa ofuscación agresiva (entiéndase por redes a los cientos de miles de descerebrados que tienen por deporte el improperio). Por el contrario, estaríamos asistiendo a la transformación de la política en el campo de batalla de una guerra cultural más amplia, en la que nos involucramos políticamente a través de la identidad social, en lugar del debate racional. Así, los autores de Modeling the emergence, señalan directamente a los grupos políticos como instigadores de la tensión que se refleja en las redes. Un repaso por los tuits publicados en la cuenta oficial del PSOE durante la Sesión de investidura lo confirmaría.
Del autor
Mensajes que buscan desacreditar y humillar al candidato popular: "Feijóo no ha hecho más que insultar y soltar una mentira tras otra. No es creíble", afirmaba Patxi López. Cualquiera que haya visto el debate, confirmaría que el líder del PP mantuvo una actitud correcta en todo momento. Eso no importa, el propósito es eliminarlo políticamente y todo vale. Esta ha sido la estrategia del PSOE desde la llegada de Feijóo a la presidencia del PP.
Lo sucedido en el AVE de Valladolid a Madrid, entre un pasajero que pregunta a Óscar Puente ¿qué le parece lo de Puigdemont? y la reacción del señor diputado que le advierte de que no se le ponga delante y, acto seguido, se asoma a la puerta del vagón y a gritos pide a un miembro de seguridad que venga la policía (hay un video con la escena) es un ejemplo de cómo el PSOE aplica en las redes y en los medios de comunicación las tácticas de desinformación rusas. Cómo propaga el odio.
El suceso se manipula y difunde por los medios afines. Así, la pregunta impertinente de un tipo pesado, se convierte en una agresión: "El vicesecretario de Organización del PP ha justificado la agresión en redes" (Cadena SER); "Un pasajero hostiga al diputado Óscar Puente" (El País); "El PP justifica y respalda el acoso a Óscar Puente. El PSOE recuerda que la derecha está ‘señalando con odio’ a su diputado" (El Plural).
Si un macarra resentido crispa en el Parlamento, la portavoz socialista saldrá para acusar a Feijóo de alentar la crispación. Si ese mismo sujeto, en lugar de pasar del pesado en el tren, busca la confrontación, la escena se convertirá en una agresión a un socialista. Recuerden: "Lo importante es acostumbrar a la gente a la idea de que todo es mentira. De que no hay verdad. Cuando lo acepten, ganará quien mienta más".
Sin embargo, hay una pregunta que el informe de LLYC no responde, ni siquiera se atreva a formular. Si la polarización se ha convertido en una droga que consumimos cada día sin saberlo, ¿quién está intoxicando a la sociedad española? ¿Quiénes son los traficantes, los camellos? ¿Y los capos? ¿Han observado alijos de polarización en algunas televisiones públicas? ¿Se esparce la polarización desde el Consejo de Ministros? ¿Polarizó el diputado de Valladolid?
Con autoridad moral y política, y con buen humor, el señor Feijóo tiró de la cadena de las letrinas del Congreso y mandó a los capos del odio a la depuradora de La China, que es donde se reciben las aguas residuales de la Carrera de San Jerónimo. Allí, en La China, esperan junto a Pedro Sánchez, a que el etarra Ternera y el delirante Puigdemont —entre Urano y Plutón— decidan qué hacer con ellos
https://www.libertaddigital.com/opinion/2023-10-01/pedro-gil-ruiz-camellos-del-odio-7054784/
- Seguir leyendo: https://www.libertaddigital.com/opinion/2023-10-01/pedro-gil-ruiz-camellos-del-odio-7054784/sábado, 28 de octubre de 2023
Papás a la antigua, la película
Es una película de Netflix que he visto, que se sale de lo normal porque critica la cultura woke. Trata de tres hombres padres de familia en California que intentan no ser cancelados. No es fácil porque se enfrentan a niños malcriados, normas absurdas y gente que se ofende por todo sin razón.
Pero ellos saben que su familia es lo más importante y aprenden a lidiar con el sistema. La película es agridulce, a ratos divertida y a ratos amarga. La verdad es que me ponía un poco de mal humor, pero al final se soluciona más o menos y acaba bien. Os la recomiendo.
viernes, 27 de octubre de 2023
La verdad de la pornografía
En un hito sin precedentes, los tribunales franceses han decidido llevar a juicio al turbio mundo de la pornografía amateur, exponiendo el subyugante velo de misterio y abuso que a menudo envuelve a la industria en el ‘caso bukkake’. Un total de 17 personas, incluida la pareja propietaria de una de las principales plataformas de pornografía amateur en Francia, enfrentan acusaciones graves.
El uso de pornografía, además, plantea otras preocupaciones sociales, como, ¿qué riesgos conlleva para la mente el consumo de pornografía y qué responsabilidad tenemos como sociedad?
Los detalles del «caso bukkake» en Francia han dejado al descubierto una trama perturbadora donde jóvenes de apenas 20 años eran manipuladas, drogadas, amenazadas y luego sometidas a relaciones sexuales grupales no consensuadas. El término «bukkake» proviene del japonés y hace referencia a actos colectivos sexuales y depravados que involucran a numerosos hombres y una sola mujer.
Esta investigación, liderada por la asociación abolicionista Osez le Féminisme, destapa prácticas brutales en un negocio que se ha mantenido en las sombras por mucho tiempo. Las víctimas, captadas en redes sociales bajo falsas promesas de lucro y fama, eran luego sometidas a actos inhumanos y grabaciones que, para su horror, se difundían mucho más allá de lo que se les había asegurado.
La pornografía no es solo un medio de alienación de la mente humana y sus principios dignificadores. En numerosos casos, encubre problemas sociales profundos, explotación y abuso. La creencia de que quienes aparecen en estos vídeos lo hacen por elección propia es desmentida por historias como la del «caso bukkake».
La esperanza radica en que este juicio marque un antes y un después en la forma en que la sociedad percibe y regula la industria pornográfica. Es crucial que se reconozcan los derechos y la dignidad de los seres humanos y que se genere conciencia sobre los efectos perjudiciales del consumo indiscriminado de pornografía en el cerebro y en nuestra percepción de las relaciones humanas.
La exposición repetida a imágenes pornográficas tiene un efecto en el cerebro similar al de las drogas adictivas, reconfigurando la forma en que percibe la sexualidad y las relaciones. Además de desensibilizar a los individuos a la intimidad emocional, el consumo excesivo de pornografía puede alterar las expectativas sobre el sexo y las relaciones.
Pero, el peligro no termina ahí. Lo que muchos desconocen es que detrás de estas imágenes, a menudo se oculta una industria que explota la vulnerabilidad y la falta de oportunidades de muchos, llevándolos a situaciones de abuso.
https://www.forumlibertas.com/caso-bukkake/
jueves, 26 de octubre de 2023
Ni tanto ni tan calvo
Curiosa expresión que se refiere a huir de los extremos. Yo soy una persona muy contradictoria. Por un lado, soy muy insegura a la hora de conducir, por ejemplo. Por otro lado soy muy firme en mis convicciones, especialmente contra el aborto. Dicen que soy una persona muy dulce en el trato personal, pero cuando escribo soy implacable en mis valoraciones.
No es que me haya hecho así con la edad. Ya de niña era muy madura y tenía las ideas muy claras, pero nunca he ido por ahí avasallar a nadie. Soy tímida y callada. Mi blog es el escaparate donde se exhibe mi espíritu. Mi cuerpo se queda al margen de todo. Sin embargo sé pocas cosas pero con una seguridad innata. Tampoco me sirve de mucho pero no lo puedo evitar.
Más sobre los judíos en Europa: https://cesarvidal.com/la-voz/editorial/editorial-barbara-lerner-spectre-y-paideia-23-10-23
miércoles, 25 de octubre de 2023
La nariz antisemita ha irritado a cultura woke
- Rebeca Argudo@Rebevolutions
Todavía no se ha estrenado la última película de Bradley Cooper pero ya hay polémica sobre la mesa. Con el tráiler ha sido suficiente. La caracterización del actor y director para interpretar al compositor de «West Side Story», Leonard Bernstein, parece no ser del agrado de un buen puñado de almas sensibles que, ante el tamaño de la prótesis de nariz de Cooper, se han apresurado a gritar, airados, «jewface». «Jewface» sería, en neolengua woke, el equivalente, a los judíos, de aquel «blackface» (la práctica de pintar de negro a un blanco para que interprete ese papel) en cine. O aquel oriental Mr. Yunjoshi de «Desayuno con diamantes», interpretado por un Mickey Rooney.
La imperante (e hiperbólica y sobreactuada) corrección política ya se cobraba esa actuación y, el año pasado, la cadena británica Channel 5 eliminaba todas las escenas en las que aparecía el personaje en su emisión. Lo consideraba «un acto de racismo que afecta a la sensibilidad de la comunidad asiática». Ahora no se ha necesitado ni tan siquiera esperar a un primer pase de la cinta y con el visionado de las imágenes del trailer, algunos colectivos y activistas han tenido suficiente: es intolerable. Da igual que se trate de una prótesis para asemejarse físicamente a Bernstein, como ya hizo Nicole Kidman en «Las horas», en el año 2002, para interpretar a Virginia Wolf. Esta denuncia de la injusticia de que un actor no judío interprete a un personaje judío se suma a las formuladas por David Baddiel, cómico y escritor. autor del libro «Jews don’t Count», un ensayo muy crítico con el supuesto desprecio de las políticas y movimientos identitarios frente al antisemitismo en comparación con otras formas de discriminación.
Baddiel señala las interpretaciones de Cillian Murphy en «Oppenheimer» y de Helen Mirren en «Golda» como claro síntoma de discriminación de una minoría, los judíos, en un momento en que la sociedad está especialmente sensibilizada con todas los movimientos identitarios y los grupos minoritarios que han sufrido discriminaciones a lo largo de la historia. «Justicia social», lo denominan. Y esa es la idea que ha calado y en nombre de la cual todo gesto puede ser aislado de su contexto, ignorados los motivos reales que lo provocan, e interpretado en clave de discriminación y ofensa calculada, premeditada y malintencionada.
El periodista y escritor Douglas Murray, en su ensayo «La masa enfurecida» ya señalaba que el propio término está pensado para invalidar inmediatamente la más mínima posibilidad de resistencia: si estás en contra de la justicia social lo que quieres, invariablemente, es injusticia social. «El atractivo de este nuevo conjunto de creencias salta a la vista», escribe. «No está muy claro por qué una generación que es incapaz de acumular capital debería sentir aprecio por el capitalismo. Tampoco es difícil ver por qué una generación convencida de que nunca tendrá una casa propia se siente atraída por una cosmovisión ideológica que promete acabar no solo con las desigualdades que le afectan, sino también con las que afectan al resto del planeta. La interpretación del mundo a través de la lente de la justicia social, la política identitaria grupal y la interseccionalidad es, quizá, el esfuerzo más audaz y exhaustivo por crear una nueva ideología desde el fin de la Guerra Fría».
Autoridad moral
Algo parecido ocurría en 2020 con otro movimiento identitario, los trans. La actriz Halle Berry, en 2020, tras las críticas exacerbadas de colectivos y activistas, renunciaba a interpretar el papel de un personaje trans en un nuevo proyecto audiovisual que había aceptado. Exactamente igual que Escarlette Johanson dos años antes, cuando renunció a interpretar el papel de Dante Tex Gill en «Rub & Tug», también por las críticas recibidas. Así, solo actores trans tendrían la autoridad moral de interpretar a personajes trans, y solo judíos a personajes judíos. Podemos estar más o menos de acuerdo, hasta aquí, pero el debate estaría sobre la mesa. ¿Es imprescindible pertenecer al colectivo concreto del personaje interpretado? ¿No es, precisamente, el trabajo de un actor interpretar un papel, por muy alejado que este esté de sí mismo? Lo complicado viene cuando los mismos que defienden lo imprescindible de que los actores cisgénero no acepten interpretar papeles de transexuales (o que actores no judíos lo hagan con personajes judíos) son los que defienden con la misma vehemencia que actores negros sean los que interpreten a personajes blancos (Halle Bailey en «La sirenita» o «Rachel Zegler» en Blancanieves), apelando a su capacidad interpretativa y a merecerlo más que nadie. Qué desconcierto. ¿En qué quedamos? ¿Rigor para ceñirnos a los rasgos primigenios del personaje por encima de todo o al talento para interpretarlo? La respuesta es clara: pertenencia a una minoría identitaria y ya se retorcerá el argumento lo necesario para defender esa postura, aunque implique cabalgar contradicciones.
Grupos de interés
La política identitaria se ha convertido, lo apunta Murray, «en el terreno donde la justicia social encuentra a sus valedores, ya que atomiza a la sociedad en distintos grupos de interés en función del sexo (o el género), la raza, la orientación sexual y demás. Parte de la premisa de que estas características son los principales (acaso los únicos) atributos que posee un individuo y que llevan aparejado algún tipo de valor añadido». Los colectivos identitarios apelan a la exclusión y la discriminación sufridas para defender una postura actual que discriminaría y excluiría a otros. «Lo que todas estas luchas tienen en común», dice al respecto el autor en su ensayo, «es que empezaron como campañas legítimas en defensa de los derechos humanos. Por eso han llegado tan lejos. En un momento dado, sin embargo, todas descarrilaron. No satisfechos con ser iguales, sus partidarios decidieron arrogarse una posición insostenible como “mejores”. Algunos afirman que su objetivo consiste sencillamente en ocupar un posición “mejor” durante cierto tiempo para compensar un desequilibrio histórico».
Y, en nombre de esos privilegios aspiraciones, revanchismo disfrazado de equidad, se etiqueta a cualquiera que ose discrepar de intolerante, de homófobo, tránsfobo, misógino, racista… o antisemita (por una nariz de coña demasiado grande en la cara de un actor). Es el poder de la moralidad. Y lo perverso de esta, nos lo contaba el psiquiatra Pablo Malo, autor del libro “«os peligros de la moralidad», en estas mismas páginas no hace tanto, es que, en su nombre, se pueden cometer barbaridades con la conciencia tranquila por estar haciendo lo correcto. «Tenemos una necesidad de ser buenos y de señalarlo», nos explicaba, «de mostrárselo a los demás. Y en las redes sociales lo podemos lograr. Y gratis. Sube nuestro estatus moral. Las consecuencias: personas normales alentando y participando en acosos, linchamientos, cancelaciones… Cuando moralizas los temas, de alguna manera los cierras, y ya no se acepta disidencia ni matiz. Es imposible la defensa. Una vez se ha establecido que hay buenos y malos, no hay espacio para el dato, para el ar
martes, 24 de octubre de 2023
El consenso sobre el cambio climático
El hombre es el causante del calentamiento global". Esta afirmación es, hoy por hoy, incuestionable, a la vista del amplísimo consenso científico que existe en torno al origen antropogénico del cambio climático. ¿Pero dónde y cuándo nace ese supuesto consenso?
Hace poco más de 10 años. Concretamente, en mayo de 2013, cuando el entonces presidente de EEUU, Barack Obama, afirma que "el 97% de los científicos está de acuerdo: el cambio climático es real, es provocado por el hombre y es peligroso".
Obama se hacía eco de un estudio elaborado por el activista climático John Cook, que, tras examinar casi 12.000 artículos científicos sobre el clima publicados entre 1991 y 2011, concluía que el 97% apoyaba la teoría del origen humano del cambio climático. Una reciente actualización de dicho informe eleva este porcentaje al 99,9%, tras analizar más de 88.000 artículos sobre el clima publicados entre 2012 y 2020.
El informe original de Cook incluía un total de 11.944 papers en cuyo resumen constaba el término "calentamiento global" o "cambio climático global". Y los dividía en siete categorías:
El 50% o más del cambio climático es causado por el hombre: 64 artículos (0,54%)
El hombre juega algún papel en el calentamiento, pero sin cuantificar: 922 (7,7%)
El aumento total de CO2, no sólo de las emisiones que causa el hombre, juega algún papel en el calentamiento: 2.910 artículos (24%)
No se pronuncian sobre el papel del hombre porque desconocen si las emisiones humanas tienen o no impacto real sobre el calentamiento: 7.970 artículos (67%)
El hombre tiene un impacto mínimo: 54 artículos (0,45%)
Las emisiones del hombre probablemente no tienen impacto: 15 artículos (0,13%)
El 50% o menos del calentamiento es causado por el hombre: 9 artículos (0,1%)
Así pues, según el propio informe de Cook, tan sólo el 33% de los artículos respaldan explícita o implícitamente que el hombre juega un papel relevante en el cambio climático, mientras que la mayoría (67%) no se pronuncian al respecto.
Para pasar del 33% al famoso 97%, lo que hace Cook es sumar los tres primeros grupos, a pesar de que el segundo y el tercero no especifican la influencia del hombre, y, al mismo tiempo, elimina casi todo el grupo de los artículos neutrales, que representaban el 67% de la muestra total. El resultado de esta particular cocina es que el 97% de los estudios científicos respaldan el origen antropogénico del calentamiento. Es decir, que el principal causante del cambio climático es la actividad del hombre.
Investigaciones posteriores comparan varios estudios acerca del consenso científico sobre el cambio climático antropogénico y arrojan resultados muy diferentes en función del tamaño de la muestra. Si se excluyen los científicos neutrales (que no saben o no se posicionan sobre la cuestión), la horquilla va del 47% al 100% de los artículos que respaldan la teoría dominante (97% en el caso de Cook).
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Pero si se incluyen también los neutrales, el consenso oscila entre el 40% y el 96%, según los diferentes estudios contemplados -el consenso en el caso de Cook oscilaría entre el 33% y el 63%-.
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Por otro lado, también existen investigaciones especificas sobre científicos escépticos con la teoría oficial. Tan sólo en 2017, por ejemplo, se publicaron al menos 485 artículos científicos que cuestionaban el supuesto consenso sobre los peligros de las emisiones humanas de CO2 o la eficacia de los modelos climáticos para predecir el futuro.
Así pues, el consenso del 97% es, como mínimo, cuestionable, ya que hay mucho más debate y discrepancia a nivel científico del que se suele admitir. ¿Por qué entonces tanta insistencia en afirmar que casi el 100% de los científicos respaldan el origen antropogénico del calentamiento?
¿Consenso? 1.600 científicos, Nobel incluidos, desmienten la "emergencia climática"M. Llamas
Todo apunta al gran interés político que suscita la materia. Si el 97% o más de los científicos afirman estar de acuerdo, los escépticos son percibidos como algo marginal y, por tanto, sus teorías pueden ser fácilmente descartadas o ridiculizadas, hasta el punto de ser tildados de "negacionistas". Pero si, por el contrario, el porcentaje de disidentes no es el 3%, sino el 20% o 30%, el debate científico en torno al cambio climático seguiría estando muy vivo.
- Seguir leyendo: https://www.libremercado.com/2023-09-11/asi-se-cocino-el-consenso-del-97-sobre-el-origen-humano-del-cambio-climatico-7047775/
lunes, 23 de octubre de 2023
El reemplazo de la civilización occidental
Parece ser que en Alemania el cincuenta por ciento de los niños ya son nacidos de padres musulmanes. Esto significa que de aquí a veinte años la cultura, el arte y la historia alemana no serán más que un recuerdo. Para entonces es muy posible que tengan un gobierno islamista y rija la sharia. No es catastrofismo, sino puras matemáticas. Los musulmanes tienen una media de ocho hijos por pareja y a veces más de una esposa.
Como en el resto de Europa ocurre algo muy similar, no sería de ecstrañar que dentro de treinta años, en lugar del mundo globalista que anhelan algunos, tengamos a las mujeres cubiertas por un velo, la educación segregada de niños y niñas o la prohibición de la homosecsualidad. Entonces ya será muy tarde para protestar. Tendrán la mayoría de votos y por tanto, su voluntad será la voluntad democrática. Nos ganarán sin un arma. Es lo que se llama justicia poética.
Sin embargo, no puedo decir que no nos lo merezcamos. Cuando alguien abandona su patria, su familia y su religión, no puede esperar más que otro venga y le arrebate patria, familia y religión. Los inmigrantes que llegan a España muchos comparten nuestra misma cultura, pero otros muchos sólo vienen a cobrar las subvenciones y no se les puede reprochar. Nosotros haríamos lo mismo si nos ofrecieran casa, comida y dinero a cambio de nada.
Lo que empezó siendo una acogida por motivos humanitarios, de refugiados en caso de conflicto bélico o hambrunas, se ha acabado convirtiendo en una sustitución de nuestra civilización occidental cristiana grecorromana por la civilización musulmana. Lo que no consiguieron los ejércitos en la edad media lo van a conseguir ahora los vientres de sus mujeres. Es otra consecuencia más de la cultura de la muerte que nos ha vencido a través del aborto, la eutanasia y la ideología de género.
domingo, 22 de octubre de 2023
sábado, 21 de octubre de 2023
Un eclipse de la conciencia, por Juan Manuel de Prada
Un eclipse de la conciencia
Por Juan Manuel de Prada
Cualquier persona que no haya perdido el ‘oremus’ sabe que lanzar en represalia a un ataque terrorista miles de bombas sobre un territorio donde se hacinan dos millones de personas sin posibilidad de escapatoria es una bestialidad desorbitada. En España, sin ir más lejos, hemos padecido ataques terroristas crudelísimos; y nadie reclamó bombardear desiertos remotos, mucho menos las provincias vascas, porque, aun en la ofuscación del dolor, aflora en las conciencias la convicción de que los crímenes no pueden ser respondidos indiscriminadamente, haciendo pagar a justos por pecadores. Sobrecoge comprobar que esta convicción se ha desmoronado en la conciencia de nuestra época, que contempla con naturalidad –y hasta jalea– los bombardeos indiscriminados sobre Gaza; y que, en el colmo de la hemiplejia moral, señala como ‘antisemitas’ (como si los palestinos no fueran también un pueblo semita) a quienes se atreven a denunciarlos. Este pavoroso eclipse de la conciencia parece afligir de manera todavía más desquiciada a las gentes de derechas, convencidas de que Israel actúa como una suerte de ‘katejon’ frente a la barbarie musulmana. Especialmente lastimosa resulta esta actitud en muchos sedicentes católicos, que ni siquiera atienden las lágrimas angustiadas de los cristianos palestinos.
¿Cómo explicar este eclipse de la conciencia? Señalaba Donoso sagazmente que las escuelas liberales son siempre inferiores a las socialistas porque son «antiteológicas y escépticas»; de tal modo que, situadas ante la cuestión del bien y del mal, «ignoran el arte de plantearla y el modo de resolverla», ocupándose sólo de solucionar «males particulares». De este modo, particularizando el mal, «lo descubren sólo en ciertas formas políticas», que inevitablemente serán aquellas que preconizan las escuelas socialistas. Y si las escuelas socialistas defienden a los palestinos (aunque, desde luego, casi todas con la boca chica), inmediatamente resolverán que los palestinos encarnan el mal. Y «señalando el mal allí donde no está y el remedio allí donde no se encuentra –concluye Donoso–, la escuela liberal ha puesto la cuestión fuera de su verdadero punto de vista, con lo cual ha introducido la confusión y el desorden en las regiones intelectuales».
Y en las gentes de derechas ha ocurrido algo más que ni siquiera la clarividencia de Donoso acertó a profetizar. A medida que fueron desprendiéndose de la fe cristiana (o rutinizándola hasta convertirla en una cáscara huera), las derechas dieron en profesar otro ‘mesianismo’ muy diverso al que profesaron sus ancestros. Así empezaron a ver en el pueblo judío una suerte de ‘mesías colectivo’ que, por haber derramado su sangre en mil persecuciones, estaba oscuramente legitimado para cobrarse esa deuda en la sangre de otros pueblos, convertidos en instrumentos de una justa expiación. Pero todo esto es pensamiento mágico, propio de escuelas sin teología que nos conducen hasta el barranco.
https://noticiasholisticas.com.ar/un-eclipse-de-la-conciencia-bombas-donde-se-hacinan-dos-millones-de-personas-es-una-bestialidad-desorbitada-por-juan-manuel-de-prada/
viernes, 20 de octubre de 2023
El calentamiento global
Después de aquel acontecimiento académico-publicitario de carácter iniciático he tenido ocasión, tanto en mis quince años en la Eurocámara, como posteriormente, de leer abundantemente sobre la cuestión y de asistir a unas cuantas conferencias y reuniones centradas en este tema, entre ellas, la COP13, que se celebró en Bali en diciembre de 2007 y en la que participé como cabeza de la Delegación del Parlamento Europeo. En el transcurso de este largo período he tenido ocasión de escuchar y de intercambiar impresiones con numerosos expertos en clima. física atmosférica, oceanografía, paleoclimatología, modelos matemáticos de predicción, economía del desarrollo, energía y otras varias disciplinas relacionadas con un área tan sensible social y políticamente.
Toda la labor científica sobre cambio climático está desde su origen en los años setenta contaminada por la política
La primera conclusión a la que he llegado es que el gran público, la inmensa mayoría de los periodistas que escriben sobre este asunto y la práctica totalidad de los políticos que pontifican al respecto, carecen de los conocimientos científicos elementales necesarios para entender este fenómeno. Desde que siguiendo por televisión el debate durante la campaña presidencial francesa de 2007 entre Ségoléne Royal y Nicolas Sarkozy comprobé estupefacto que ninguno de los dos sabía qué porcentaje de la producción total de electricidad de su país era de origen nuclear -30% dijo ella, 50% afirmó él-, mi confianza en el rigor intelectual de los representantes electos del pueblo, incluidos los de máximo nivel, experimentó un serio deterioro.
La segunda es que una rama de la ciencia a la que los gobiernos dedican cantidades ingentes de dinero -cuatro mil millones de dólares al año sólo en E.E.U.U.- genera un conjunto de intereses creados entre la comunidad investigadora que es bastante probable que nuble su objetividad y preste cierto sesgo a los resultados de sus trabajos.
La tercera radica en que toda la labor científica sobre cambio climático está desde su origen en los años setenta contaminada por la política. El hecho de que Margaret Thatcher quisiera acabar con el poder de los sindicatos británicos de la minería del carbón y con la dependencia occidental del petróleo de las monarquías del Golfo favoreció sin duda el arranque de este movimiento masivo actual en favor de la descarbonización de la economía global. Por otra parte, la izquierda, tras la caída del Muro de Berlín y, con él de los fundamentos doctrinales de su cosmovisión, encontró en la lucha contra el aumento de la temperatura atmosférica una nueva y eficaz forma de hacer la vida difícil a su detestado capitalismo.
Impedir que en África recurran a las energías no renovables demuestra que la condición de progresista en Europa o en Norteamérica puede resultar inhumana
La cuarta se refiere a los países en vías de desarrollo, a los que las elites occidentales los disuaden de aprovechar sus reservas de combustibles fósiles y los animan a obtener la electricidad de fuentes renovables, caras, intermitentes e insuficientes. El tercio de la humanidad sin acceso a energía eléctrica tiene derecho a consumir petróleo, gas y carbón hasta alcanzar la renta per cápita de las naciones ricas. Para permitirse el lujo de descarbonizar primero hay que industrializarse y crecer. Impedir que en África recurran a las energías no renovables demuestra que la condición de progresista en Europa o en Norteamérica puede resultar inhumana porque es fácil evangelizar desde una esperanza de vida de ochenta años a sociedades que apenas alcanzan los sesenta.
Y la quinta consiste en que no hay pruebas fehacientes de que el calentamiento global del último medio siglo, que es innegable, guarde una correlación causa-efecto con la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera de origen antropogénico, sino que lo que sucede es más bien lo contrario, es decir, que el aumento de este gas sigue a un calentamiento provocado por otros motivos, muy concretamente la actividad solar y su influencia sobre la presencia de vapor de agua, que es el principal gas de invernadero.
Verán que los planteamientos políticamente correctos sobre el cambio climático presentan numerosas contradicciones, inconsistencias y no son coincidentes con la evidencia empírica
Por supuesto, no es mi intención detallar aquí una explicación pormenorizada de las afirmaciones anteriores, entre otras razones para no hacer este texto anómalamente largo, pero sí animo a aquellos de mis lectores que se hayan escandalizado por su contenido a que se informen más allá de los informes oficiales del IPCC de Naciones Unidas y de las monsergas que los integrantes de la clase política, con algunas excepciones voluntariosas, repiten como papagayos. Si lo hacen, verán que los planteamientos políticamente correctos sobre el cambio climático presentan numerosas contradicciones, inconsistencias y no son coincidentes con la evidencia empírica. Cabe la seria sospecha de que nos hemos lanzado a una reducción de las emisiones de dióxido de carbono que, además de ruinosa, no va a conseguir los objetivos perseguidos. En definitiva, que la verdad incómoda de Al Gore no sólo es muy posible que de verdad tenga poco, sino que nos ha embarcado en un error fatal del que saldremos tarde y malparados.
https://www.vozpopuli.com/opinion/calentamiento-global-ideologia-ciencia-politica.html
Más información sobre el tema: https://cesarvidal.com/la-voz/editorial/editorial-la-mayoria-de-la-comunidad-cientifica-internacional-rechaza-las-tesis-del-cambio-climatico-27-09-23jueves, 19 de octubre de 2023
Transexuales y homosexuales
Reconozco que hace años estaba preocupada por el hecho de que los niños pudieran sentirse desorientados al plantearles en el colegio el tema de la homosexualidad. Ahora en cambio, ya me parece lo de menos porque la transexualidad es mucho más preocupante. Porque al fin y al cabo la homosexualidad es un estilo de vida, mientras que los transexuales sufren cambios en su cuerpo que los convierten en enfermos permanentes. Además, la mayoría se arrepienten cuando ya no tiene remedio.
Me pregunto qué hubieran pasado si hace años nos contaran que, en algún país lejano estaban castrando a los niños y mutilando los pechos de las niñas. Pensaríamos que eran unos salvajes. Eso mismo deben estar pensando ahora el resto del mundo de los países teóricamente civilizados. Solo las feministas se han quejado porque naturalmente un hombre trans no es una mujer y, en el deporte cuenta con ventajas evidentes sobre sus competidoras.
Pero luego está el tema de que un hombre gay no tiene por qué desear ser mujer, ni una mujer lesbiana tiene por qué ser un hombre. Simplemente puede que prefieran conservar su sexo con tendencias homosexuales, especialmente si se trata de un gay activo o de una lesbiana pasiva. De manera que también se está perjudicando a este colectivo y me extraña mucho que no hayan dicho nada al respecto todavía.
En cualquier caso, lo que está claro es que la terapia psicológica no le hace mal a nadie, ni le obliga a nada, y es muy aconsejable. Me parece una barbaridad que no permitan acudir a un especialista, cuando sucede muy a menudo que ni siquiera se trata de un caso de disforia, sino de un contagio social o un problema diferente que no se ha tratado a tiempo. Muchos médicos y psicólogos han hecho declaraciones parecidas pero nadie les hace caso. Me temo que tendremos mucho tiempo para lamentarlo.
miércoles, 18 de octubre de 2023
El privilegio de la libertad de expresión
Vivimos tiempos extraños. Tiempos en los que te exigen respeto y te hablan de la libertad, del temor de perder derechos si llega la derecha al Gobierno, aplauden cuando una Universidad quiere sancionar y expulsar a unos muchachos por unas conversaciones, de lenguaje nada adecuado, todo hay que decirlo, realizadas en su ámbito privado, en un grupo de Whatsapp con los amigos. Sin embargo, no me cabe duda de que esos mismos justifican que el famoso “la azotaría hasta que sangrara” de Pablo Iglesias, no hay que tenerlo en cuenta porque se extrajo de una conversación privada y sacada de contexto, dentro de una charla distendida y de broma con unos cuantos amigos.
Pablo Iglesias puede bromear de la manera más oscura, que no se le censura ni se le cancela, ni siquiera se le recrimina que predique una cosa de cara a la galería, aunque en bambalinas actúe de una forma bien distinta. Pero con estos muchachos de la Universidad de La Rioja no hay que tener esa deferencia, hay que destrozarles la vida.
Después de hacer un programa en el que él y varios compañeros se mofan de los ancianos, llegando incluso a decir el asco que les dan los viejos y que prefiere matar a una anciana moribunda que a un gato
Esa misma gente que da más miedo que la Santa Inquisición, se ha encargado esta semana de que cancelen la cuenta de Roma Gallardo, un conocido influencer que se dedicaba a combatir ideológicamente el movimiento feminista actual con el que muchos estamos en total desacuerdo. Y digo “se dedicaba” porque el hombre ha decidido que ya está bien, que está cansado de tanto veneno y que hasta aquí ha llegado. Tal vez solo necesite un tiempo para despejarse y alejarse del foco de las viejas del visillo y vuelva en un futuro a expresarse mediante sus redes sociales y sus vídeos en Youtube... o tal vez no. La cuestión no es si Roma Gallardo volverá o no y si su contenido te encantaba o te horrorizaba, lo realmente importante es por qué ha tenido que hacer esto. Por qué el hacer un directo en el que te mofas del famoso vídeo en el que veíamos a Jennifer Hermoso en un autobús riéndose tras el piquito viral, es motivo en este país para que se muevan esas masas a las que tanto les molesta la libertad de expresión de unos cuantos y te quiten el pan.
Me pregunto por qué se ejerce esta censura tan férrea sobre Roma y, sin embargo, Ibai Llanos, una leyenda dentro de todo este mundillo de influencers y Youtubers, apenas obtiene algún pequeño titular en los medios, después de hacer un programa en el que él y varios compañeros se mofan de los ancianos, llegando incluso a decir el asco que les dan los viejos y que prefiere matar a una anciana moribunda que a un gato, porque oye, qué pena el gato. No vemos en este caso a los correctitos de la izquierda señalarle con el dedo ni acusarle de delito de odio. No se ejerce ninguna presión sobre Ibai ni se le cancela su cuenta para hacer directos o para emitir vídeos. No se le persigue en sus redes sociales acusándole de lanzar discursos de odio hacia los ancianos. Él hace como si nada, sigue haciendo sus directos y sus programas mientras todos miran para otro lado, que aquí no ha pasado nada.
¿Y sabéis por qué? Porque la libertad de expresión en este país no es un derecho de todos, es un privilegio del que solo disfrutan algunos. Y para disfrutar de ese privilegio te lo tienes que ganar: tienes que ser de la secta y decir cosas como que los jóvenes emprendedores españoles que se marchan a vivir a Andorra, porque no quieren pagar los abusivos impuestos de este país, son unos traidores, porque tú querrías pagar más, por supuesto. Tú eres un verdadero patriota, aunque luego te cagues en los muertos de mi abuela, solo por haber tenido la suerte de envejecer.
Pobres, que creen que ese derecho se basa en poder abrir la boca, cuando lo que tiene garantizar es que no tengas miedo de que te la partan por hacerlo
Lo más gracioso de todo es que vendrán muchos a recriminarme que cómo me atrevo a decir que no tengo derecho a la libertad de expresión, cuando tanto en esta columna que me brindan y en los vídeos que hago en Youtube hablo de lo que me da la real gana, sin tapujos. Pobres, que creen que ese derecho se basa en poder abrir la boca, cuando lo que tiene garantizar es que no tengas miedo de que te la partan por hacerlo.
Nos amenazan con que viene la derecha y nos quiere quitar derechos. Pero señores, si han asesinado ustedes el derecho a la libertad de expresión, no defienden el derecho a la propiedad privada y ni siquiera defienden la Constitución de este país, que nos garantizaba a todos, no solo esos derechos, sino el más importante: que éramos todos iguales.
No somos iguales ante la ley ni ante los ojos de los inquisidores, no tenemos todos la misma presunción de inocencia, no todos podemos expresar lo que nos viene en gana ni hacer las bromas que se nos antoja, sin temor a que nos amenacen o agredan, ya sea verbal o físicamente.
Así que, mientras las viejas del visillo se dedican a vigilar todo lo que hacemos y las locas del feminismo o los exacerbados de la moral superior a decirnos cómo tenemos que pensar y vivir, algunos seguiremos por aquí, hasta que el cuerpo aguante o el cansancio y el hastío nos gane la batalla.
https://www.vozpopuli.com/opinion/privilegio-libertad-de-expresion-se-gana.html
martes, 17 de octubre de 2023
Más de dos mil muertos en Afganistán
A quién le importa?. La noticia del terremoto en Afganistán se ha quedado en el fondo de los diarios, como si se tratará de un nuevo catarro. El terremoto de Marruecos lo transmitían a todas horas. Es porque Afganistán está lejos, porque son talibanes?, ya no nos importan sus mujeres y niños?. Más de 2000 muertos ignorados por la opinión pública.
Es que los afganos no son personas como nosotros?. Mucho hablar de paz y de ecología, pero tenemos muertos de primera y de segunda. Y lo que en Europa sería una gran tragedia, allí es un simple incidente. Ni siquiera sé si alguien les ha enviado ayuda.
Por si no lo sabíais; https://efe.com/mundo/2023-10-09/terremoto-oeste-afganistan/
lunes, 16 de octubre de 2023
El apocalipsis de miseria y enfermedades al que nos cunducen las políticas ecologistas
El éxito de películas como El Día de Mañana (2004) se basan en la fascinación que parece sentir el ser humano ante la inminencia de un apocalipsis generalmente ocasionado por la acción destructiva de la propia especie humana, cada vez más incompatible con la naturaleza para no pocos ecologistas a lo largo y ancho del mundo.
Esa fascinación ha dado alas a los llamados científicos de los paneles contra el cambio climático de las Naciones Unidas (IPCC) y que han mostrado consenso para hacer predicciones en las que acercaban el fin del mundo. Todas ellas fallidas. En el año 2000 iba a comenzar una edad de hielo y América sufriría el racionamiento de agua que se pronosticó en 1970. Otros científicos pronosticaron que para el 2020 las islas Maldivas habrían sido sepultadas por la crecida del mar. En el año 2000 los pocos niños que quedasen en el mundo después de que la mayor parte de países quedaran destruidos por inundaciones, no sabrían nunca qué es la nieve. En 2020 Reino Unido tendría un clima siberiano. ¡Ah! Y no podemos olvidar, la cantidad de veces que el Ártico se habría quedado sin hielo. Este pronóstico se ha ido actualizando, pero debería llevar con un clima templado y en ausencia de hielo desde 2015.
El gran problema tanto de los paneles científicos como de sus erróneas predicciones es que se toman las teorías sobre el cambio climático y las emisiones de CO2 como una verdad absoluta e indiscutible y tratan a cualquier científico que se atreve a cuestionar sus postulados como el tribunal que procesó a Galileo por descubrir que la tierra es redonda.
Hoy día científicos y autores tan reputados como Michael Shellenberger, Bjon Lomborg, Alex Epstein o Christian Gerondeau han puesto en duda estas teorías del fin del mundo ganándose el odio visceral y la persecución de toda la cultura woke y el gigantesco entramado de intereses que riegan chiringuitos climáticos a lo largo y ancho del mundo.
Pero, ¿qué pasa si imitamos a los teóricos del apocalipsis, pero tomando las teorías de Epstein o Schellenberger como base para predecir cómo será el mundo si continuamos por la deriva que marcan líderes de opinión como Greta Thumberg? Según estas teorías, es urgente terminar con el uso de combustibles fósiles, paulatinamente dejar de utilizar plásticos, no construir viviendas unifamiliares, reducir la superficie dedicada al cultivo, eliminar el uso de pesticidas y fertilizantes, abandonar el consumo de carne, dejar de extraer petróleo, reducir la utilización de gases fluorados, no poner el aire acondicionado y, en última instancia, decrecer, de modo y manera que el número de humanos sobre la faz de la tierra, disminuya de manera notable, entre otras cosas.
De ser así, ¿qué podría pasar en 2050?
Los cortes de energía eléctrica serían constantes y más de la mitad de la población sufriría una severa pobreza energética.
La paulatina desaparición de la tierra de cultivo unido a la restricción de pesticidas y fertilizantes merma súbitamente las explotaciones agrarias limitando dramáticamente el acceso de la población a una alimentación sana y equilibrada. La cada vez menor producción de alimento es más cara y está sólo al alcance de unos pocos.
La drástica reducción del uso de petróleo y la guerra contra los plásticos encarece la producción de material necesario para, por ejemplo, esterilizar hospitales y quirófanos o envases de alimentos, por lo que la sanidad también se ve resentida.
La lucha contra los gases fluorados acaba con el uso habitual de frigoríficos, y provoca la extensión de enfermedades relacionadas con las bacterias alimentarias como la salmonelosis.
El decrecimiento de ciudades, convierte pequeños núcleos urbanos en torres donde se hacinan los ciudadanos con acceso restringido a recursos como el agua o la energía eléctrica.
Elementos como la luz, el agua corriente o el alcantarillado, así como el acceso a frutas, verduras, hortalizas, carne, pescado o lácteos será un lujo sólo al alcance de la élite que tome las decisiones sobre el uso de los recursos disponibles.
Lo que es indiscutible es que el clima en el planeta que habitamos, la Tierra, es cambiante y lo es desde la época de los dinosaurios. Es dinámico y sus ciclos no parece que puedan acelerarse o frenarse por mera voluntad y acción de los hombres. Esto también está en teorías muy extendidas dentro de la comunidad científica. Por otro lado, si hacia lo que vamos es hacia un periodo cálido, éstos han sido mucho más propicios para el desarrollo de la humanidad que los periodos fríos.
Pero Europa parece decidida a darse un tiro en el pie. ¿Se cumplirán estas predicciones apocalípticas? Sólo el tiempo y la capacidad autodestructiva de una humanidad adocenada en los paradigmas climáticos tienen la respuesta.
Temas
Cambio climático
- Seguir leyendo: https://www.libremercado.com/2023-08-04/luis-fernando-quintero-el-apocalipsis-de-miseria-y-enfermedades-al-que-nos-conducen-las-politicas-ecologistas-7039262/
domingo, 15 de octubre de 2023
Sounds of freedom. Los niños de Dios no están en venta!
He visto esta película y me ha encantado. No por el tema sino por el mensaje. Todos sabemos por desgracia que la pornografía infantil es el mayor negocio de Internet. Miles de niños son abusados cada año para placer de pederastas. Estos niños son captados en países pobres y vendidos a turistas ricos. Niños y niñas.
Pero Occidente mira a otro lado. No queremos saber. Cerramos los ojos. Hay gente importante que oculta los datos. La degradación de nuestra sociedad ha llegado a un punto que ya no sé si vale la pena seguir adelante. No a este precio. Nada justifica la explotación sexual de los niños. Señor, llevamos pronto, porque si es así no merecemos vivir.
Podéis comprar entradas no presenciales en: https://www.angel.com/es-ES/pay-it-forward/sound-of-freedom/es?utm_medium=direct&utm_source=angel-freedom&utm_campaign=sound-of-freedom-theatrical
sábado, 14 de octubre de 2023
Otra versión de la guerra entre Israel y Palestina
Hamas es una creación de Israel como los talibanes de EEUU
La resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas, votada el 29 de noviembre de 1947, establece la partición de Palestina en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo régimen internacional particular. 14.000 km², con 558.000 judíos y 405.000 árabes para el Estado judío, 11.500 km², con 804.000 árabes y 10.000 judíos para el Estado árabe, 106.000 árabes y 100.000 judíos para la zona bajo control internacional que comprende los Santos Lugares, Jerusalén y Belén. Entre los dos estados se debe establecer una unión económica, aduanera y monetaria. Aprobada por 33 votos (incluidos los Estados Unidos y la URSS), frente a 13 votos en contra y 10 abstenciones (incluido Gran Bretaña que espera tras la resolución de los problemas mantener su influencia), esta resolución fue rechazada por los árabes y criticada por los sionistas, que a pesar de todo se adhirieron a ella. La resolución jamás será aplicada y seis meses después de su aprobación, el 15 de mayo de 1948, el mismo día en que finalizó el mandato Británico de Palestina fue proclamado el Estado de Israel. Dos días después, los países árabes le declaran la guerra al Estado de Israel, convirtiéndose en la primera guerra árabe-israelí.
Después, otras diecisiete resoluciones no cumplidas.
viernes, 13 de octubre de 2023
La mentira tiene las patas muy cortas
Ahora al fin empiezan a desmentir los bulos sobre la emergencia climática. Más de mil expertos de verdad, científicos, han dicho que los datos están falseado. Han hecho falta más de diez años para empezar a darle la vuelta a la tortilla. Miles de intereses económicos relacionados se ven por fin amenazados.
El problema es que es mucho más fácil difundir una mentira que desmentirlo. A menudo la gente se queda con la primera información y no busca ya más. A estas alturas ya deberíamos estar achicharrasos o bajo el mar. Nadie busca en las hemerotecas para desmentir las profecías climáticas pasadas. Por eso, algunos medios siguen repitiendo consignas como loros.
César Vidal sobre la corrupción infantil: https://cesarvidal.com/la-voz/editorial/editorial-defendamos-a-nuestros-ninos-05-10-23
jueves, 12 de octubre de 2023
El apocalipsis que nunca llega
Catástrofes naturales hay muchas. Incluso auténticos apocalipsis en los que desaparecen tres cuartas partes de las especies sobre la faz de la Tierra. No en vano, el planeta ha sufrido, al menos, cinco grandes extinciones a lo largo de su historia, como consecuencia de diversos fenómenos, incluyendo el impacto del asteroide que acabó con los dinosaurios.
Sin embargo, predicciones climáticas incumplidas, también. Y muchas, a la vista de las profecías que tanto abundan como consecuencia del calentamiento global. La mayoría de medios y políticos no dejan de repetir, una y otra vez, que el cambio climático causará grandes desastres de todo tipo, desde la elevación del nivel del mar y la desaparición de los casquetes polares, hasta pandemias y hambrunas, con la consiguiente extinción de animales y plantas.
La última tuvo lugar ayer mismo, después de que el planeta registrara este año el verano más caluroso de la historia, según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), cuya base se remonta a 1940. A raíz de este dato, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha afirmado en un comunicado que "el colapso climático ha comenzado".
Pero, ¿hasta qué punto aciertan dichos pronósticos? Al margen del rigor y exactitud que, finalmente, demuestren los actuales expertos del clima, lo cierto es que los fallos son algo bastante habitual en este particular campo de la ciencia. No es algo nuevo ni excepcional. A continuación, algunos ejemplos, que se suman a otros muchos…
- 1939: "Todos los glaciares del este de Groenlandia se están derritiendo rápidamente"
- 1947: "Posibilidad de un aumento prodigioso en la superficie del océano con la consiguiente inundación generalizada"
- 1952: "Los glaciares de Noruega y Alaska tienen sólo la mitad del tamaño que tenían hace 50 años"
- 1967: "Ya es demasiado tarde para que el mundo evite un largo período de hambruna"
- 1970: "Los científicos predicen una nueva edad de hielo para el siglo XXI"
- 1971: "El mundo podría estar a tan sólo 50 ó 60 años de una nueva era de hielo desastrosa"
- 1972: "Tenemos 10 años para detener la catástrofe"
- 1974: "Los satélites espaciales muestran que se acerca rápidamente una nueva Edad de Hielo"
- 1978: "Un equipo internacional de especialistas ha llegado a la conclusión, a partir de ocho índices climáticos, de que no se vislumbra un final para la tendencia al enfriamiento de los últimos 30 años, al menos en el hemisferio norte"
- 2006: "A menos que se tomen medidas drásticas para reducir los gases de efecto invernadero en los próximos 10 años, el mundo llegará a un punto sin retorno"
- 2007: "Si no se toman medidas antes de 2012, será demasiado tarde"
- 2012: "Disfrute de la nieve ahora... para 2020, habrá desaparecido"
- 2014: "¿El fin de la nieve?"
- 2018: "La posibilidad de que quede hielo permanente en el Ártico después de 2022 es esencialmente nula"
- https://www.libremercado.com/2023-09-07/todas-las-profecias-climaticas-fallidas-el-apocalipsis-que-nunca-llega-
miércoles, 11 de octubre de 2023
Ser español en Cataluña
En el resto de España no acaban de entender lo difícil que resulta defender a España en mi tierra ni los riesgos, censuras, y múltiples incomodidades que supone. Algo tan simple como llevar una pulsera con los colores de nuestra bandera puede acarrearte no pocos disgustos y no lo estoy diciendo como figura retórica. Te expones a que no te sirvan en un bar, a que te insulten por la calle, a que a tus hijos les hagan el vacío en el colegio, a que la gente te mire mal por la calle o a perder clientes en tu negocio. Así de claro. Bien lo saben los chavales de S’ha Acabat o los militantes que se han visto una y mil veces agredidos simplemente por estar distribuyendo propaganda de partidos constitucionalistas en sus carpas. No esperen ayuda de nadie. La gente tiene pavor a significarse, incluso aquellos que los votan. Ese sistema fundamentado en el miedo a la pública discrepancia se llama fascismo, porque fascistas son esos partidos que se llenan la boca de libertad, la misma que niegan a quienes difieren de sus ideas.
Que la locura del nacionalismo mutado en su última fase, la separatista, campa a sus anchas en Cataluña es evidente. Solo hay que intentar dar un mitin como le ocurrió a Ignacio Garriga en Badalona el pasado fin de semana. Un grupo de provocadores intentó reventar el acto que, no hay ni que decirlo, era pacífico y autorizado. La cosa llegó hasta el punto que el bueno de Nacho tuvo que abandonar el atril de oradores, interrumpir el acto, y exigir a los mozos de escuadra que hiciesen el favor de alejar a los fascistas que intentaban perturbar el normal y democrático desarrollo de un acto convocado por un partido legal y respetuoso de la Constitución. «Fuera fascistas de nuestros barrios», gritaban los auténticos herederos de los squadristi mussolinianos, porque consideran que los barrios, los pueblos, las ciudades y Cataluña entera es de ellos y de nadie más. He ahí el totalitarismo, he ahí su maldad y su racismo segregacionista. Se trata de meter miedo para que la gente no tenga valor para salir y decir que no, que se sienten tan catalanes como españoles, que no hay derecho a que un minoría de golpistas nos digan al resto de catalanes cómo hemos de pensar o votar. Es indignante que se tenga que requerir a la fuerza pública que intervenga porque eso revela las consignas políticas que emanan de sus responsables, que no de los agentes que sólo cumplen órdenes.
De ahí que estas elecciones del 23 sean tan importantes para volver a la normalidad, a algo que nadie discute en ningún otro país, y es que no debería ser una anomalía decir que amas a tu patria y la quieres defender. Pero para los lazis y sus socios de la izquierda catalana, tan malos o peores que ellos, sólo hay una patria, esa quimera de la república catalana y los países catalanes, y solo hay un desfile o un acto que valga, esos que montan ellos a base de esteladas, autocares y fanáticos. Y odio. Hay que votar para erradicarlo de una vez por todas.
https://gaceta.es/opinion/ser-espanol-en-cataluna-20230719-0450/
Mis profesores sabían que yo era un mal estudiante, por Itxu Diaz
Acabo de ver que había puesto un post repetido, así que os dejo otro muy ameno El año que empieza el curso escolar recuerdo que fui un pési...