Diario conservador de la actualidad

El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”. Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.

lunes, 30 de junio de 2025

Tirar de la manta

 Significa decir todas las cosas que sabes y te has estado callando por discreción. Hay veces que es imposible tirar de la manta porque harías daño a tus seres queridos.

Pero si no lo haces, puede ocurrir y ocurre que te estén acusando a ti de aquello que llevas tanto tiempo callando y no tengas ocasión tampoco de defenderte.

Sobre Ucrania: https://www.cesarvidal.tv/videos/la-verdad-del-atentado-del-maidan-10-anos-despues-25-06-25

domingo, 29 de junio de 2025

El negocio del miedo, por Juan Manuel de Prada

 «Εl miedo que tienes -dice don Quijote a su escudero- te hace, Sancho, que ni veas ni oigas a derechas, porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos y hacer que las cosas no parezcan lo que son». Así es, en efecto, y esto lo saben mejor que nadie los manipuladores sociales, que pueden instilar miedos irracionales entre la población para favorecer sus negocios. Hace algunos años, el abuelito Soros lo sintetizó magníficamente en una entrevista: «Aquello que en una situación de normalidad seria inconcebible no sólo se vuelve posible, sino que de hecho ocurre cuando la gente está desorientada y asustada».

La celebración del quinto aniversario de aquel gran negocio del miedo que fue la plaga coronavírica apenas ha servido para que reconozcamos que entonces fuimos convertidos en gente «desorientada y asustada», incapaz de ver y de oír a derechas, que aceptó las cosas más inconcebibles. Cuando el miedo anega nuestro cerebro reptiliano, se turban por completo nuestros sentidos, se ofusca nuestro discernimiento bajo los efectos de la ansiedad y el pánico y entonces los manipuladores sociales pueden convencernos de lo que les plazca, proporcionándonos las soluciones más milagrosas (pero siempre carísimas). En aquella ocasión, la solución mágica fueron los confinamientos ilegales, las absurdas mascarillas y sobre todo, las desastrosas terapias génicas que denominaron sarcásticamente vacunas. Y con ellas el negocio del miedo hizo su agosto.

El primer efecto del miedo es el gregarismo. La gente desorientada y asustada acepta el relato oficial (un batiburrillo de mentiras delirantes) y lo eleva al rango de dogma indiscutible, sugestionada por el martilleo de la propaganda. Lo hace, además, con una cerrada unanimidad (pero cuando todo el mundo piensa lo mismo es porque nadie se ha tomado la molestia de pensar), por temor al señalamiento, al desprestigio, al escarnio público, etcétera. Y no contenta con ello, la gente desorientada y asustada señala, desprestigia y escarnece a los escasos disidentes que osan rebelarse contra el gregarismo, que de este modo se convierten en chivos expiatorios en manos de los manipuladores sociales.

Aquel negocio del miedo se disfrazó entonces de «emergencia político-sanitaria» en la que la proterva OMS y una patulea de gobernantes corruptos, con el apoyo de «expertos» untados por la industria farmacéutica, urdieron un birlibirloque de proporciones trillonarias. Ya hemos sabido que las absurdas y ridículas mascarillas sirvieron para enriquecer a comisionistas desaprensivos y políticos puteros: pero el dineral que esa caterva se embauló con las mascarillas es un aperitivo de pícaros, en comparación con el festín pantagruélico de las terapias génicas (vulgo vacunas) que se inocularon a la gente desorientada y asustada. Algún día (desgraciadamente lejano) nuestros nietos tal vez lleguen a saber las fortunas que los gobernantes corruptos trasvasaron (pillando cacho, por supuesto) del erario público a la industria farmacéutica, para comprar millones de dosis de aquellos mejunjes por completo ineficaces que, además, provocaron terribles efectos secundarios en muchas de las personas inoculadas; y que hoy se pudren en sótanos o se arrojan a la basura a la chita callando, ante el silencio ignominioso de la prensa.

Todo aquel negocio del miedo montado en torno al coronavirus no fue un experimento aislado, sino una prueba piloto. Las sociedades convertidas en rebaños de gente desorientada y asustada pueden aceptar delirios inconcebibles: pueden ser encerradas en sucesivas cárceles psicóticas en donde se creen acechadas por amenazas tan incoercibles como fantasmagóricas (un virus letal, un apocalipsis climático, un archivillano que desea invadirles). Para ello, basta con instilar percepciones de la realidad completamente distorsionadas, pero convenientemente rebozaditas en una costra de paparruchas cientificistas, o en una catarata ininteligible de datos estadísticos, o en cualquier otra farfolla que las gentes desorientadas y asustadas deglutiran como si fuesen verdades reveladas, sin detenerse a pensar, sin poder pensar ya, dispuestas a defender con su peculio y con todo tipo de sacrificios personales los delirios que urden los manipuladores sociales. Así, por ejemplo, mientras llueve a cántaros durante más de tres semanas, podrán decirles que la sequía volverá a España tarde o temprano, y cada vez de forma más severa y frecuente debido al «cambio climático causado por el ser humano». O podrán también decir que los yihadistas que han tomado el poder en Siria están promoviendo una «transición inclusiva» que merece ser patrocinada, mientras rebanan cuellos de cristianos y alauitas. O podrán decir también que almacenemos víveres porque Putin se dispone a invadir Europa, cuando apenas puede reconquistar Kursk.

Cuando la gente está desorientada y asustada, las mentiras más burdas pueden imponerse, y a esa gente se le pueden prometer remedios salvíficos, a cambio de que apoquine: hace cinco años terapias génicas llamadas sarcásticamente vacunas; hoy rearmes que nuestro maniquí de Moncloa llama sarcásticamente salto tecnológico en defensas. La colusión que hace cinco años urdieron en combinación con la industria farmacéutica se disponen a hacerla ahora con la industria armamentística. Si entonces lograren hacernos creer que el coronavirus procedía de una delirante sopa de pangolín o murciélago mutante, ¿como no van a conseguir ahora hacernos creer que Putin pretende llegar hasta Lisboa, con sus tanques fabricados con chips de lavadoras y frigoríficos?

 https://noticiasholisticas.com.ar/el-negocio-del-miedo-por-juan-manuel-de-prada/

sábado, 28 de junio de 2025

Los verdaderos conservadores

 

Jamás presumiré de que he defendido en soledad el conservadurismo. Por dos razones profundamente conservadoras. La principal, porque no es verdad. Y la segunda, porque la queja trae descrédito. En la defensa del conservadurismo, siempre estuve magníficamente acompañado por grandes maestros vivos o muertos, que esa condición, entre conservadores, es un detalle de poca importancia. Entre los vivos, me precedían en todos los sentidos don Gregorio Luri y sir Roger Scruton; y, entre los muertos, Edmund Burke, el conde de Maistre, el vizconde de Chateaubriand y el marqués de Valdegamas, si me permiten el dropping names. Presumir también trae descrédito, pero ese me lo permito.

En cualquier caso, descartada la quejumbre, es cierto que durante mucho tiempo poca gente defendía el conservadurismo. Era una etiqueta que traía descrédito, desdén y, además, desconcierto. Todo el mundo recuerda a Rajoy diciendo que si alguno se consideraba «conservador» que se largase corriendo del PP y fundase otro partido. También había (aunque mucho más acogedores) reaccionarios que te consideraban «un progre de tránsito lento», porque, aunque comprometido con la causa contrarrevolucionaria, quizá te tomabas la pelea con buen humor y hasta con una pizca de ironía.

El caso es que ahora contemplo entusiasmado cómo esos años de travesía del desierto han quedado definitivamente atrás. Hoy todo el mundo está empeñado en ser conservador. FAES, que parece una franquicia para sordos, ha afeado a la Conferencia de Acción Política Conservadora (Conservative Political Action Conference) no ser lo suficientemente conservadora. Los conservadores son ellos. Jo, jo, jo. Qué risa, a estas alturas. Embalados, se marcan hasta un requiebro confesional: «La convención de Washington ha tenido de “conservadora” lo que el Palmar de Troya tuvo de católico».

Hasta mi admirado Ignacio Peyró, que no se olvidó de vivir, escribe en El País en la misma línea. No le gusta el estilo sport de triatleta de Santiago Abascal y no lo considera conservador. Yo jamás dejaría de considerar conservador a Peyró, que ha conservado muchas cosas muy bien, como su interés por la buena prosa, por la buena mesa, por la mejor Inglaterra.

Creo que aquí está el quid de la cuestión, y lo creo porque no lo digo yo sino Paul Valéry: la cuestión fundamental del conservador es la respuesta que da a la pregunta sobre qué merece la pena conservar. Si uno cree que merece la pena conservar la etiqueta y los zapatos Oxford (por decir), tendrá toda mi solidaridad, y que cuente conmigo para echar la tarde; pero que no cuente para negarle el título de conservador a quien quiere conservar la unidad de España, la importancia del acceso a la propiedad privada de los jóvenes o que trata de ponerle un freno al aborto.

No hay una ortodoxia conservadora, aunque algunos conservadores queremos conservar también la ortodoxia católica. Lo dijeron Michael Oakeshott, Peter Viereck, João Pereira Coutinho, Josep Pla, Russell Kirk, Olavo de Carvalho…, cada uno con su acento y su entonación: el conservadurismo es un instinto o un sentimiento que cree que merece la pena dar la batalla —en un frente o en otro— al progresismo y la revolución. En cuanto tal, no admite ortodoxia, sino gradación.

No siendo una ideología come il faut, caben todos. No se puede depurar a ningún conservador ni negarle tal condición porque su sensibilidad no coincide con la mía. Lo más que se permite es distinguir entre unos conservadores y otros según qué cosas elijan defender. Están los famosos conservaduros, o conserva-euros, para los que la economía (suya) es lo único que importa. Luego están los conservaestatus. Y podríamos seguir. Hay algunos conservadores que sólo quieren conservar el nombre de tales cuando otros defienden la bandera, pero que, si no la defiende nadie, ellos la sueltan con asco. Tiene razón Peyró en que hacen falta muchos matices, pero está de más poner a nadie en el índice.

Mi matiz es que el mejor conservadurismo será el que defienda la verdad, la belleza y el bien. Con la medida de los trascendentales, puede uno encontrar unas propuestas conservadoras más valientes y atrevidas, y otras más tímidas y ventajistas. Hay que escucharlos a todos dándoles el beneficio del respeto, y aprendiendo (aprehendiendo) de cada cual lo valioso (o lo divertido o bonito) que aporte. Sir Roger Scruton decía que la paronomasia era un programa: ser un conservador es ser un conversador.

Claro que, para mantener la conversación, hay que saber lo que uno prefiere mantener. Por ejemplo, quien defienda la vida, que es lo primero que por instinto de conservación hay que defender, me tendrá muy a favor. También la cultura occidental. Y la libertad de conciencia y la de expresión. Ese contenido de mínimos lo han defendido, en el discutido congreso de Washington, J. D. Vance, Giorgia Meloni y Santiago Abascal. A mí, si me hablan de la filosofía griega, del Derecho Romano y de la fe judeocristiana, entiendo bien qué se quiere conservar, y me intereso.

 https://gaceta.es/opinion/jo-jo-jo-20250226-0455/

viernes, 27 de junio de 2025

Carta de un joven de ultraderecha

 

Reproduzco íntegramente la carta, tal y como la he recibido:

«Soy un hombre joven de ultraderecha. O eso dicen las encuestas condenatorias y los análisis de politólogos malhumorados. Con cada nueva elección -donde nunca cambia nada y ninguno cumple con su programa- a quien le ponen la lupa encima es a mí. Si voto otra vez a un partido de los de siempre dicen que es un problema: no nos informamos bien de la política, somos conformistas y pasivos. Si dejo de votar es aún peor la cosa: somos un peligro para la democracia liberal y nos culpan de haber perdido la confianza en el sistema -un sistema que nunca ha confiado en nosotros, ni para entrar al mercado laboral, ni para un préstamo, ni para un alquiler, ni para nada-. Pero ay si decido votar a algún partido de los nuevos, de los que critican todo lo anterior. Entonces me convierto en el peor monstruo: culpable del cambio climático, las guerras en medio mundo, el exterminio de las mujeres y hasta de los indígenas americanos.

¿Quién lo iba a imaginar? Toda mi corta vida ignorado por los demás, sin haber estado nunca entre los populares de la clase ni entre los afortunados con las chicas, en un barrio donde nadie me saluda y con un buzón al que nunca ha llegado más que facturas y publicidad del súper. Ya ni siquiera estaba seguro de existir realmente. Y de pronto parece que soy algo y, a juzgar por sus caras, además algo importante: un ‘hombre joven de ultraderecha’.

Nunca se me habría ocurrido concebirme a mí mismo así. De ultraderecha, me refiero. Lo de hombre y joven sí. Aunque digan que los sexos son relativos y que la juventud dura hasta los 40 -esto lo dicen porque sin empleo estable, derecho a una casa ni poder formar una familia, nunca nos dejarán ser adultos-. Quizás un simple comentario como estos que acabo de hacer es lo que me convierte a sus ojos en ultraderechista.
Ucrania está sola ante Rusia y España lo estará ante Marruecos
Ucrania está sola ante Rusia y España lo estará ante Marruecos
Jasiel-Paris Álvarez

Por creer que los hombres tienen pene y las mujeres vulva, y que sería bueno para muchos ser propietarios y tener hijos, por cosas así me han llamado facha. También me han llamado facha por no preocuparme lo suficiente por el fin del Ártico, cuando no llego ni al fin de mes. Y me han llamado facha por pensar que en algunas ciudades de mi país hay problemas con la inmigración. Me han llamado facha por tantas cosas que tienen que entender que cuando aparece un partido político y dicen de él que es facha, pues yo por coherencia lo tendré que votar. ¿Cómo no iba a hacerlo? Si me han dicho durante años que yo soy eso y que esos son los míos. ¿Qué esperaban que ocurriese al final?

Es curioso: alguien con bajos ingresos como yo, con pocos estudios… siempre creí que sería el candidato ideal a ser protegido por la izquierda. De ahí venía mi familia. Pero me encuentro, para mi sorpresa, con que soy su enemigo público número uno. Ya no me consideran el corazón de la clase obrera, sino el caldo de cultivo demoscópico de populistas, negacionistas, prorrusos, antivacunas, incel misóginos y hasta terroristas supremacistas blancos. Esto lo hacen los que me habían dicho que atribuir características políticas a colectivos humanos era discriminación, racismo, sexismo.

    «Para esa progresía yo soy el potencial violento machista y el privilegiado por ser blanco»

Los ‘políticamente correctos’ que me habían dicho que hablar de ‘flujos migratorios’ deshumanizaba el drama de los inmigrantes como si fueran un chorro de alguna sustancia, ahora hablan de mí como la ‘ola reaccionaria’ o ‘marea ultraderechista’. Los de la ‘memoria democrática’ que me enseñaron que ultraderechista era precisamente quien culpaba de todo a un grupo concreto -judíos, migrantes, pobres- ahora toman al hombre joven como su judío, su migrante y su pobre, cargando los males del mundo. Antes se decía en bajito que para que la política del país se renovase tenían que morir los viejos, que votaban a partidos viejos como el PP. Ahora desean que muriésemos los hombres jóvenes que votamos cosas nuevas.

Para esa progresía yo soy el potencial violento machista y el privilegiado por ser blanco, desde el bajo fondo de mi barrio estoy al parecer en la cima de pirámides especistas, capacitistas, normativistas y otras cosas que ni entiendo ni me explican. Bueno, a decir verdad, sí me han intentado explicar esto de que yo soy el opresor, aunque no me cuadre. Ha sido en alguna charla en clases, pero sobre todo lo he visto en la empresa donde ‘recursos humanos’ me ha hablado de diversidad, representación de minorías y protocolos contra ‘gente como yo’. Y al ir al banco, donde me han dado un folleto del lenguaje inclusivo. Y al ir al concesionario del coche de mi padre, cuya marca tenía en su página web una calculadora para averiguar -y vigilar- mi ‘huella de carbono’.

Yo siento en el corazón que haya otros grupos que sufren cosas distintas que yo, o peores. Pero no estoy seguro de que ‘no ser violado’ o ‘no sufrir discriminación racista’ sean privilegios míos. Me suenan más bien a derechos que todo el mundo debería tener. Creo que llamarlo ‘privilegios’ debilita la naturaleza de esas exigencias y me pinta a mí de culpable de que alguien no los tenga, como si me los estuviese quedando en algún sitio. Y, la verdad, no tengo impresión de ser yo quien le esté quitando a nadie nada.

Sospecho que quien les quita lo suyo, directa o indirectamente, es el mismo sistema que me quita a mí lo mío. Un sistema cuyos verdaderos beneficiados seguramente son los que están al mando de aquella empresa, aquel banco y aquel concesionario. Y en la izquierda se piensan que soy lo mismo que esos. No; deben pensar que soy peor, porque con esos sí se reúnen y abrazan, hablando la misma neo-lengua sobre diversidad y lenguaje inclusivo y huella de carbono. Pero a mí me señalan entre todos y me llaman ‘hombre joven de ultraderecha’.

    «Aspiro a que al menos no me den un cursillo explicándome que mi frustración es culpa de mi propio machismo tóxico»

En ocasiones hasta me alegro de haber sido excluido por las izquierdas, porque luego veo y oigo a sus portavozas despreciar y humillar al hombre joven de izquierdas, ‘cancelar’ con más ganas a los suyos propios, burlarse del aliade y despreciar las ‘nuevas masculinidades’ que promocionan. Para ese viaje prefiero que me hayan dejado sin alforjas.

Pero sí me gustaría alguien que me representase. Y ahora hay unos señores que dicen que sí lo van a hacer. Es cierto que algunos se parecen a los dueños de la empresa y el banco y el concesionario, pero no me sermonean con la diversidad y el lenguaje inclusivo y la huella de carbono. Yo ya no tengo esperanzas en que nadie cambie nada, viendo lo poco que han hecho en mi generación los ‘gobiernos más progresistas de la Historia’. Pero al menos aspiro a que nadie me mee encima diciéndome que tengo suerte de que llueva.

¿Que los hombres jóvenes tenemos mucho mayor fracaso escolar y desempleo que las mujeres? Aspiro a que al menos nadie me cuente la milonga del cis-hetero-patriarcado para subvencionar en mi degradado barrio un mural feminista y la cumbia ‘el violador eres tú’. ¿Que los hombres jóvenes tenemos menor nivel adquisitivo que los hombres mayores a nuestra edad? Aspiro a que al menos nadie me diga que somos nostálgicos y se gasten mis impuestos en algún ridículo evento anti-franquista concienciador. ¿Que los hombres jóvenes somos el grupo demográfico más deprimido porque no se invierte en salud mental pública? Aspiro a que al menos no me den un cursillo explicándome que mi frustración es culpa de mi propio machismo tóxico de proveedor, que no me permite vivir feliz siendo un fracasado.

Los pobres sabemos que vale más la honra que el pan. Si soy del grupo perdedor de la globalización y realmente no hay alternativa, mi primera prioridad pasa a ser que encima no me tomen el pelo con que soy el poderoso y el afortunado. Si los que son como yo hemos perdido la lucha de clases -como chuleaba un millonario yanqui-, pienso aferrarme a lo que me ofrecen estos otros señores: ganar, por lo menos, eso que llaman la ‘batalla cultural’. Es verdad que estos también hablan de cosas tan incomprensibles como el especismo, capacitismo y normativismo: concretamente estos hablan de lo woke, el globalismo, el marxismo cultural y no sé qué más. Pero me da igual. Lo que más les cabree a quienes se han reído de mí, lo que más me prohíban quienes nunca me han permitido nada, a eso voy a votar, sea el auge de la ultraderecha o la invasión de los ultracuerpos.

‘Hombre joven de ultraderecha’. Primero me enfadó oírlo y leerlo. Luego ya ni me molestaba. Ahora casi me gusta. A falta de ser querido por casi nadie, ni siquiera ser respetado por mi propio gobierno en mi propio país, a falta de todo ello… sienta bien ser temido. No nos han dejado otra cosa».
https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2025-03-01/joven-ultraderecha-articulo-jasiel-paris/

jueves, 26 de junio de 2025

Querer es poder

 Si me hubieran dicho de joven que tendría tres hijos, no lo hubiera creído con lo debilucha que soy. Pero los tuve. Me quedé echa polvo pero bueno.

El caso es que la voluntad es el poder mayor que existe. Desear algo no quiere decir que vayas a lograrlo, como dicen algunos, pero al menos lo has intentado.

miércoles, 25 de junio de 2025

En nombre de la ciencia

El pasado diciembre, la Fundación BBVA realizó una encuesta telefónica a 2.013 representantes de la población española sobre Creencias de base científica y creencias y prácticas alternativas. Dicho estudio, en el cual predominan las preguntas tendenciosas, destacó la disminución de la influencia del cristianismo (solo el 48% de los encuestados afirmó creer en Dios) y el ascendente prestigio de la ciencia (el 78% de la muestra sostuvo que el origen de los seres humanos se debe únicamente a la evolución de las especies); asimismo, el 67% de los encuestados admitió el cambio climático como un fenómeno científicamente probado. Dicho estudio concluye elogiando la confianza generalizada (dos de cada tres ciudadanos) en que la ciencia puede explicar la gran mayoría de las cosas importantes.

Aun cuando la confianza en la ciencia parece ser beneficiosa, hace ya varias décadas C.S. Lewis nos advertía de que la ciencia podía ser tergiversada a fin de destruir la religión, manipular a la sociedad y limitar la libertad humana. El mismo escritor confiesa en Cautivado por la alegría que fue arrastrado por la mentalidad naturalista de su época: “Entenderán que mi ateísmo se basaba inevitablemente en lo que yo creía que eran los hallazgos de las ciencias; y esos hallazgos, al no ser un científico, tuve que aceptarlos con confianza; de hecho, con autoridad”. De ahí que sea necesario reconocer que la aceptación incondicional de todo lo que se difunde en nombre de la ciencia no nos ha hecho más eruditos, sino más crédulos. Pues, como bien señala Chesterton: “El mundo moderno está lleno de gente que defiende dogmas con tanta fuerza, que ni siquiera saben que son dogmas”.

De esta manera, muchos rechazan la veracidad de la Revelación divina mientras aceptan, ciegamente, los diversos postulados de “científicos mediáticos” difundidos por los grandes medios y poderosas organizaciones. Al parecer, hemos olvidado que los científicos no son seres infalibles ni tampoco intachables. Pues, como en todas las profesiones, hay científicos honestos que buscan la verdad y científicos deshonestos que buscan acomodar la realidad a sus opiniones o intereses. Además, la objetividad, característica indispensable en toda investigación científica, puede verse afectada, aun de manera no intencional, por varios factores, incluyendo los poco científicos prejuicios sobre la religión que algunos científicos tienen.

De hecho, son varios los científicos que afirman que no debemos creer todo lo que se publica o difunde en nombre de la ciencia. Richard Horton, editor de la prestigiosa revista médica inglesa The Lancet, afirma que: “El argumento contra la ciencia es claro: gran parte de la literatura científica, tal vez la mitad, puede ser simplemente falsa debido, en gran parte, a flagrantes conflictos de interés, junto con una obsesión por seguir tendencias de moda de dudosa importancia”. Así, advierte que varios “científicos” modelan los datos para que encajen con su teoría preferida del mundo.

Esto fue evidente durante la pandemia, durante la cual se promovieron medidas y mandatos tiránicos que, 'avalados por la ciencia', fueron aceptados por la gran mayoría. Además, a los médicos y científicos con posturas contrarias no se les permitió exponer sus teorías. Por el contrario, sus postulados fueron descartados, censurados y calificados de desinformación. Actualmente, pasa lo mismo con el llamado cambio climático.

Bien haríamos en recordar que la eugenesia ha sido promovida por razones "científicas" y que actualmente, en nombre de la ciencia, poderosas e influyentes organizaciones afirman: que un embrión humano no es una persona con derechos sino un amasijo de células; que los tratamientos quirúrgicos y hormonales puede transformar a un hombre en una mujer y viceversa; que los niños desde muy pequeños necesitan educación sexual; y que el cambio climático es causado por el hombre, el peor depredador de la “madre tierra”.

Asimismo, debido al rechazo de la moral objetiva, algunos adelantos científicos tienen como consecuencia que innumerables embriones humanos sean creados en laboratorio para ser manipulados, utilizados y, varios, descartados; que dos hombres o dos mujeres puedan tener bebés por encargo (vientres de alquiler); y que se pueda elegir el sexo del bebé y, pronto, muchas otras características.

Actualmente, la humildad, necesaria para la verdadera ciencia, ha sido sustituida por la arrogancia de una sociedad egoísta e individualista que se cree con derecho de manipular, transformar y alterar la misma naturaleza humana a fin de “mejorarla” con el perverso transhumanismo.


Como bien lo señaló C.S. Lewis: “Si la ciencia realmente tiene carta blanca, ahora puede apoderarse de la raza humana y reacondicionarla: hacer del hombre un animal realmente eficiente... El hombre tiene que hacerse cargo del hombre. Eso significa, recuérdese, que algunos hombres tienen que hacerse cargo del resto” (Esa horrible fortaleza). Y si bien los grandes logros de la ciencia son innegables, ésta podría estar pavimentando la tiranía “sin lágrimas” que anunciase Huxley. Pues como aseguró C.S. Lewis: “El poder del hombre para hacer de sí mismo lo que le plazca significa, como hemos visto, el poder de algunos hombres para hacer de otros lo que les place” (La abolición del hombre).

La investigación científica, despojada de la sana filosofía y de la luz de la Verdad revelada, reduce a los seres humanos a un insignificante producto de una evolución violenta e irracional. De ahí que no tenga reparos en alterar ni en destruir la naturaleza humana. Como afirma Lewis: “El verdadero problema es filosófico, no científico en absoluto; en las condiciones modernas, cualquier invitación efectiva al infierno aparecerá sin duda bajo la apariencia de planificación científica” (Esa horrible fortaleza).

Por ello, es indispensable volver a poner la ciencia al servicio de la verdad y del bien común recordando nuestra total dependencia de Dios, de quien recibimos tanto la luz de la razón como la fe. Para que podamos, como San Agustín, “creer para comprender y comprender para creer”.
 

 https://www.religionenlibertad.com/opinion/250226/nombre-ciencia_110833.html

martes, 24 de junio de 2025

Todos y cualquiera pueden ser sabios, por Itxu Díaz

 es muy posible ser bien leído y completamente estúpido. No son incompatibles. Pero, como sociólogo, déjenme decirles que las personas que todavía leen, incluso como gesto de resistencia, tienen una mayor oportunidad de entender una vida un poco mejor, y eso es suficiente. Vivimos rodeados de gadgets que dicen ser más inteligentes que nosotros. En clase siempre nos metíamos con el nerd, el que tenía la misma inteligencia emocional que una ameba, pero que obtuvo las mejores notas, porque devoraba los libros de texto y luego los vomitaba exactamente en el mismo orden. Después del examen, serían limpiados.

    La vida digital es odiosa, el mundo moderno repele a cualquiera con sentido común.

Nunca he sido impresionado por la gente con la capacidad de retener datos. Podrías pensarlo envietud, porque mi memoria es la de un pez dorado, un pez dorado muerto en eso, y tal vez tienes razón, pero honestamente, creo que he salido en la cima al final: cuál es el bien demonios que te da ese recuerdo dotado ahora cuando ChatGPT te será mejor cada vez que?

En definitiva, la lectura oxigena. En estos tiempos de histeria y urgencia es más necesario que nunca, porque te obliga a detenerte y enfocar tu atención durante unos minutos en algo que no puedes desplazarte con el dedo cada cinco segundos. Sustituir la lectura con TikTok es la forma en que la civilización contemporánea decidió ponerse al tanto y escapar de la incómoda realidad de vivir. Marx hizo mucho alboroto sobre la alienación, pero nunca hemos estado más alienados que nosotros hoy.

Lo cierto es que en estos días no hay excusa para la frivolidad, ni para el analfabetismo literario. Ya no es necesario ser rico, viajar por el mundo y asistir a las escuelas más élite para convertirse en un torrente cultural. Todo lo que uno necesita es una conexión a Internet y una cierta inquietud intelectual. Los 20 millones de libros disponibles en Google Books es mucho más de lo que cualquiera de los grandes estudiosos del pasado podría leer en toda una vida.

La vida digital es odiosa, el mundo moderno repele a cualquiera con sentido común, y el siglo XXI es, en términos generales, un vertedero mucho más aterrador que el inolvidable tango argentino, Cambalache, representado:

    Que el mundo era y será un desastre, lo sé

    En 506 y en el año 2000 también

    Que siempre ha habido ladrones, maquiavélos y estafadores.

    Contentado y amargo, valores y oro laminado

    Pero que el siglo XX es un espectáculo

    De maldad insolente, nadie puede negar más

    Vivimos revolcándonos en merengue

    Y en el mismo barro, todos estamos manoseados

Y sin embargo, cada moneda tiene dos caras. Tenemos cultura. Abrumador, universal, atemporal. La gran cultura. Todo. Antiguos códigos morales, los modales perdidos hace mucho tiempo, una escritura culta y elegante, el costumbrismo, documentación histórica a salvo de envenenadores despercibidos, vidas ejemplares, profecías cumplidas, las novelas atemporales, los libros clásicos de filosofía, arte, ciencia, religión.

En el pasado, aquellos que siempre tienden a justificar el crimen (sabes quiénes son), solían decir que la mayoría de los criminales, o terroristas que dieron su vida al odio, lo hicieron porque no habían tenido la oportunidad de ir a la escuela y estar moral e intelectualmente desarrollados. En realidad, ya no hay coartada cultural para nadie con acceso a Internet. Así que la gente de siempre puede empezar a trabajar en otro discurso para justificar la barbarie.

Y luego están los que ya no son capaces de sentir, los hijos inescrupulosos y sobreestimulados de la revolución digital. Aquellos que cayeron en redes cibernéticas durante los años 90, matando zombis, y que desde entonces no han experimentado ninguna actividad cerebral. Hoy tampoco tienen excusa. Debido al mismo veneno que digitalizó sus vidas durante la adolescencia, el mismo veneno que robó sus libros de papel, la misma pequeña pantalla que los hizo tontos en las edades de 15 o 20 años, ahora, a los 30 o 40, los puede rescatar.

No necesitan gastar más dinero en psicólogos. La elección es suya. Y esto demuestra que, incluso en el peor de los tiempos, la libertad siempre termina apareciendo para rescatarnos del cautiverio, ya sea voluntaria o involuntaria. La división cultural se ha roto para siempre. Y también la excusa favorita de la izquierda para justificar sus revoluciones violentas. Una gran parte de lo que está mal con Nicolás Maduro es que nunca ha leído un libro gordo en su vida. Y gran parte de lo que está mal con Venezuela es que nadie ha tenido la oportunidad de tirarle una a la cabeza todavía.

 https://spectator.org/everyone-and-anyone-can-be-wise/

lunes, 23 de junio de 2025

El que calla otorga

 Esa frase la utilizo mucho. Callarse es muy cómodo, pero después no se puede reclamar.  Si no dices nada se da por supuesto que estàs de acuerdo con lo que sea.

Yo nunca he sido de callar y eso me ha metido en muchos problemas. Con los años he aprendido a mantener la boca cerrada, casi siempre.

Nosotros aguardamos al Señor:

él es nuestro auxilio y escudo.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,

como lo esperamos de ti. R/.

Samo 32

Sobre Israel: https://www.cesarvidal.tv/videos/a-quien-beneficia-la-alianza-israel-estados-unidos-23-06-25

domingo, 22 de junio de 2025

Fernando López Quirón

 Si hacemos depender nuestros juicios políticos por filias y fobias personales inducidas en lugar de por el análisis consciente de los actos de los personajes en cuestión, estamos facilitando que haya una maquinaria enorme para manipularnos. El día que somos capaces de votar o apoyar a alguien que nos cae mal y no hacerlo con otro que nos cae bien, la democracia será seria.

Mientras nos movamos por emociones inducidas por las imágenes y los sesgos que nos bombardean en los medios, seremos idiotizados.
El problema es que muy poca gente es capaz de sustraerse de esas sensaciones y cambiarlas con datos. Una vez que tu subconsciente adopta la postura de que alguien no te gusta, es enormemente difícil revertirlo, incluso en gente muy inteligente. La preprogramacion emocional anula el juicio analítico de la mente.
Hay que hacer un gran esfuerzo interno para neutralizar esto.
Cuando detecte una fobia en su interior, busque si tiene motivos previos, seguramente no encontrará nada. Un solo telediario le fija a fuego “ese es simpático” o “a ese no lo soporto”, después, su mente buscará justificar el sentimiento previo, lo cual debería ser siempre al contrario.
Ojo, también nos pasa con personas de nuestro entorno, prejuzgamos sin parar; a menudo las mejores personas, que no están pendientes siempre de caer bien haciendo lo que se espera de ellas, son precisamente las que nos entran mal; mientras caemos indefectiblemente en las garras de los falsos, los seductores, los mentirosos y fingidores que se esfuerzan por arrebatarnos la simpatía desde que nos conocen. La mejor gente tiene carácter, y otras prioridades que seducirte para sacarte algo. Pero lo de “me cae bien” en los humanos es un serio problema que está detrás de casi todos nuestros errores con las personas. Acabamos rodeados de falsos y expulsamos a los valiosos.
Para buscar pareja esto llega al límite. Quien quiere conseguir relaciones sexuales rápidas saca su mejor cara; quien busca enamorarse y formar una pareja estable se muestra más humano, más real, porque no busca engañar sino que lo conozcas y lo elijas tal y como es. Si seleccionas sistemáticamente gente demasiado encantadora, tu porcentaje de error aumenta enormemente. Si perdonas al principio pequeños fallos, seguramente darás con más gente auténtica que merezca la pena.
Un aullido.

sábado, 21 de junio de 2025

La culpa

 Siempre he pensado que tengo la culpa de todo. Si no no se entiende que haya tenido tantos problemas. Tuve la culpa cuando se metían conmigo de niña. Algo haría mal. Cuando mis padres preferían a mi hermana. Y mi suegra a cualquiera antes que a mí. Porque no me quedan amigos.

Porque mis hijos no me toman en serio y a veces mi marido tampoco. Porque en el trabajo tampoco me apreciaban. Porque se me murieron las tortugas y los pájaros. Porque no estudiè ni tuve profesión. Porque nunca he encajado en ningún sitio. La culpa tiene que ser mía. Si no no se explica.

Y ahora estoy destrozada por la muerte repentina de mi gatito. Debí llevarlo antes al veterinario. 

Redimiendo esclavos en Pakistàn


 

viernes, 20 de junio de 2025

Educar para la vida real

 Con el uso común del lenguaje, como tantas veces ocurre, hemos asociado la palabra carácter con tener «mal carácter», ¡qué carácter tiene!, pero es una trampa del lenguaje.

También es fácil confundir el carácter con la personalidad, pero son conceptos diferentes. El primero se construye mediante hábitos y virtudes, mientras que la segunda es una combinación de rasgos innatos y adquiridos. De esa forma, una personalidad concreta se puede ir configurando mediante la formación del carácter.

En la educación contemporánea el carácter ha pasado a ser un concepto casi irrelevante, eclipsado por una sobrevaloración de la personalidad y una pedagogía que antepone la comodidad emocional a la formación integral.

Aristóteles en su Ética a Nicómaco definía el carácter como la disposición estable del alma que nos inclina al bien, una estructura de hábitos que guía nuestras acciones. Cicerón lo veía como el fundamento de la vida moral, aquello que determina el modo en que una persona enfrenta la vida y sus desafíos. Por tanto, no se trata simplemente de quiénes somos, es decir, de los rasgos de la personalidad que están inscritos en nuestro código genético, sino de cómo decidimos ser, aplicando la voluntad para forjar nuestro carácter.
El pedagogismo y el proteccionismo: dos caras de la misma moneda

Sin embargo, la escuela moderna ha olvidado esta necesaria formación del carácter. En su lugar, ha abrazado una pedagogía emotivista, donde el bienestar psicológico del alumno se prioriza por encima del esfuerzo, la disciplina y la maduración personal. La frustración se ha convertido en un enemigo a erradicar y no en una oportunidad de crecimiento. La voluntad no se integra con el sentimiento, sino que se pliega al él.

Este fenómeno es también incentivado por un proteccionismo asfixiante en las familias, donde los padres buscan evitar cualquier tipo de sufrimiento a sus hijos, dando lugar así a generaciones incapaces de enfrentar la adversidad. Un círculo vicioso que se retroalimenta.

    El resultado es evidente: niños y jóvenes cada vez más frágiles, incapaces de lidiar con la frustración, de asumir responsabilidades o de tolerar el fracaso

El resultado es evidente: niños y jóvenes cada vez más frágiles, incapaces de lidiar con la frustración, de asumir responsabilidades o de tolerar el fracaso. En la escuela, se eliminan los suspensos, se reducen los esfuerzos y se fomenta una pedagogía de la autoestima artificial, que exalta al alumno sin exigirle nada a cambio. En el hogar, los padres eliminan cualquier obstáculo del camino de sus hijos, creando una burbuja de seguridad que impide la formación de su carácter, la maduración de su personalidad.
Las actividades al aire libre como forja del carácter

Las actividades de tiempo libre, deportes, montaña… representan una excelente oportunidad para fortalecer el carácter en niños y jóvenes. En ellas, se deben enfrentar condiciones meteorológicas adversas, superar el cansancio físico, acometer retos personales y de equipo, etc. Este tipo de experiencias les obliga a desarrollar -entre otras- resistencia, paciencia y determinación, cualidades esenciales para afrontar la vida de adultos.

    La satisfacción de haber superado un reto físico y mental refuerza su autoestima

Las actividades de equipo, enseñan a los jóvenes a conocer mejor sus propias capacidades y a colaborar con otros para alcanzar objetivos comunes. La satisfacción de haber superado un reto físico y mental refuerza su autoestima, un aspecto clave en la construcción de un carácter sólido y equilibrado.
Cinco claves para educar el carácter

Si queremos revertir esta tendencia y devolver a la educación su papel fundamental en la formación del carácter, es imprescindible adoptar estrategias concretas tanto en la escuela como en el hogar. Podríamos comenzar por aplicar estos cinco principios fundamentales:

    Recuperar la cultura del esfuerzo: No se puede forjar el carácter sin una educación que valore el sacrificio, el trabajo bien hecho y la perseverancia. Es necesario que la escuela sea un espacio de exigencia donde los alumnos comprendan que el aprendizaje real requiere disciplina y constancia.
    Permitir que los niños enfrenten la frustración: Proteger a los hijos del fracaso no los hace más felices, sino más débiles. Es fundamental que aprendan a gestionar la frustración desde pequeños, comprendiendo que no todo en la vida se consigue con facilidad y que el error es una oportunidad de aprendizaje.
    Educar en la responsabilidad y la autonomía: Los niños deben asumir responsabilidades desde edades tempranas, aprender a tomar decisiones y ser conscientes de las consecuencias de sus actos. La sobreprotección solo genera individuos dependientes e inseguros.
    Promover la virtud y los principios morales: La educación del carácter implica trabajar las virtudes cardinales: justicia, fortaleza, prudencia y templanza. El desarrollo de las virtudes mediante la repetición de actos que se convierten en hábitos, deben impregnar la vida escolar y familiar.
    Formar en la realidad, no en la ilusión: Los niños no necesitan que se les mienta diciéndoles que son perfectos y que todo será fácil en la vida. Necesitan una educación que los prepare para el mundo real, que les enseñe a asumir retos, a resolver problemas y a superar dificultades con determinación.

La educación del carácter es una asignatura pendiente en nuestra sociedad. Si no recuperamos su importancia, seguiremos formando generaciones de personas frágiles y dependientes, incapaces de sostenerse ante las dificultades de la vida.

    «Tiempos difíciles crean hombres fuertes, hombres fuertes crean tiempos fáciles, tiempos fáciles crean hombres débiles y hombres débiles crean tiempos difíciles»

Michael Hopf autor de Those Who Remain, su conocida novela de ciencia ficción, resumió de manera brillante una reflexión del pensamiento clásico estoico sobre el auge y caída de las civilizaciones: «Tiempos difíciles crean hombres fuertes, hombres fuertes crean tiempos fáciles, tiempos fáciles crean hombres débiles y hombres débiles crean tiempos difíciles». Saquen sus propias conclusiones sobre el momento del ciclo en el que estamos, pero nuestra misión como educadores es incidir de manera determinante en él.
La educación del carácter es una asignatura pendiente en nuestra sociedad. Si no recuperamos su importancia, seguiremos formando generaciones de personas frágiles y dependientes, incapaces de sostenerse ante las dificultades

https://www.forumlibertas.com/educar-para-la-vida-real-el-regreso-a-la-formacion-del-caracter/




jueves, 19 de junio de 2025

Me da mala espina

 Significa que hay algo oculto. Que pasa algo que no se ve a simple vista. Toda mi vida me ha parecido que había mala espina en cada situación.

Me recuerda eso de la Biblia de ser mansos como palomas y astutos como serpientes. Se ve que yo lo tomé al pie de la letra, desde muy pequeña.

Sobreel ataque de Israel a Irán:https://www.cesarvidal.tv/videos/cuando-se-planeo-que-israel-atacara-a-iran-17-06-25

miércoles, 18 de junio de 2025

Obispo chino clandestino celebra cuarenta años de sacerdote en la cárcel

Según informa Asia News, el obispo Vicente Guo Xijing, quien en 2020 renunció a su cargo de auxiliar en la diócesis de Mindong para no registrarse en los organismos oficiales controlados por el gobierno chino, ha celebrado su 40º aniversario de ordenación sacerdotal en un contexto de reclusión y restricciones. La capilla de su residencia ha sido sellada y solo puede recibir visitas a través de una puerta con barrotes.

Diversos vídeos enviados a Asia News muestran cómo Mons. Guo Xijing administra la comunión a los fieles a través de la puerta cerrada con una gruesa cadena, que le impide recibir visitas de manera normal. En las imágenes también se observa cómo los fieles le entregan rosarios y objetos religiosos para que los bendiga, devolviéndolos de la misma manera.
Una represión renovada contra la comunidad clandestina

Las restricciones contra Mons. Guo Xijing y otros miembros de la comunidad clandestina de la diócesis de Mindong se han intensificado desde la pasada Navidad, coincidiendo con nuevas presiones sobre sacerdotes locales para que se registren en los organismos oficiales impuestos por el Partido Comunista chino. Tanto el obispo como otros clérigos del norte de Fujian han rechazado reiteradamente someterse a estas imposiciones, lo que les ha costado el aislamiento y la represión.

Cabe destacar que estas medidas se han producido semanas después de la participación de Mons. Vicente Zhan Silu, actual obispo oficial de Mindong, en el Sínodo del Vaticano celebrado en octubre. Mons. Zhan Silu, quien en 2018 fue acogido en la plena comunión con la Santa Sede tras el acuerdo secreto entre Roma y Pekín sobre el nombramiento de obispos, asumió entonces el liderazgo de la diócesis, mientras que Mons. Guo Xijing pasó a ser obispo auxiliar antes de decidir su retiro en oración. Este obispo anunció su renuncia prematura en el año 2020 al sentirse incapaz de poder seguir sirviendo. Durante muchos años, este obispo ha sido perseguido por el Partido Comunista chino por su negativa a inscribirse en la Asociación Patriótica
El contexto eclesial en Fujian

El caso de Mons. Guo Xijing no es un hecho aislado. Su confinamiento y las restricciones impuestas a su ministerio han salido a la luz pocos días después de que la Santa Sede aprobara el traslado del obispo de Xiamen, Mons. Cai Bingrui, a la diócesis de Fuzhou, una de las sedes más relevantes de la Iglesia en China. La ceremonia fue presidida precisamente por Mons. Zhan Silu, en un territorio donde aún se perciben las tensiones entre la Iglesia oficial y las comunidades clandestinas**.

Las imágenes difundidas por Asia News evidencian que, a pesar de los obstáculos, los fieles continúan buscando el acompañamiento espiritual de Mons. Guo Xijing, quien, a sus 67 años, sigue viviendo en reclusión y bajo estrecha vigilancia. La situación en Mindong ilustra la difícil realidad que enfrentan los católicos chinos que optan por mantenerse al margen de los controles estatales, en un clima de creciente presión sobre la libertad religiosa en el país.

 https://infovaticana.com/2025/02/08/obispo-chino-clandestino-celebra-sus-40-anos-de-sacerdote-entre-barrotes/

martes, 17 de junio de 2025

Qué es el fascismo para muchos


Capitán Gral de los Tercios/Virrey de las Américas

@capTercio

¿Qué es el fascismo hoy en día para muchos?

Trabajar

Estar en contra de la okupación

Ducharse

Comer carne

Reducir costes

Defender las fronteras

Que los hombres trans no compitan en el deporte femenino

Tener hijos

No votar a Pedro Sánchez o a sus socios

Bajar los impuestos

Defender la propiedad privada

Tener un diesel

Criticar al islam

Defender la presunción de inocencia del hombre

Querer que los MENAs vuelvan con sus padres

No silbar el himno de España ni escupir sobre la bandera

Poner por delante los intereses de España y los españoles que los de Marruecos

Defender a las víctimas del terrorismo

Quejarse cuando un inmigrante comete un delito

Buscar la igualdad de todas las regiones de España

Ser patriota

Defender la unidad de España

Criticar el comunismo

No querer privilegios para supuestas "minorías oprimidas"

¿Me dejó alguno?

lunes, 16 de junio de 2025

El que mucho abarca poco aprieta

 Hay gente que es un poco hiperactiva, creo yo, y no saben vivir sin tener todas las horas del día ocupadas, aunque sea dejando todo a medias.

Yo voy al ralentí. Me gusta ocuparme de cada cosa con calma, tomarme mi tiempo. Eso cuando trabajaba no era posible y me estresaba mucho.

Sobre Irán e Israel: https://www.cesarvidal.tv/videos/israel-iran-mito-y-realidad-13-06-25

domingo, 15 de junio de 2025

Verdad, justicia y reparación, por Juan Manuel de Prada

Recientemente, con ocasión del aniversario de la matanza de Atocha, el doctor Sánchez, con esa risueña amoralidad que lo caracteriza, publicaba un tuit pinturero: «Frente a la violencia y el fanatismo, verdad, justicia y reparación». Aproximadamente a la misma hora, nos llegaban noticias de las matanzas que las hienas sanguinarias que gobiernan en Siria estaban perpetrando impunemente contra alauitas, pero también contra drusos y cristianos.

Misteriosamente, ningún medio de cretinización de masas reparó en la aberrante paradoja de ese tuit pinturero. Las hienas sanguinarias que gobiernan en Siria han sido profusamente respaldadas por las colonias del pudridero europeo, cuyas autoridades han desfilado por Damasco, para mostrar sus res petos al caudillo de las hienas, el carnicero Al-Gola-mi. Como ya explicamos en un artículo anterior, Al-Golami era miembro destacado de Al-Quaida en 2004, cuando se perpetró la matanza de Atocha; y posteriormente se alistó en el ISIS, llegando a liderar su sucursal en Siria, Al-Nusra, al frente de la cual ha perpetrado horrendas matanzas entre civiles in-defensos de las minorías alauita, drusa y cristiana. Pues bien, este carnicero con las manos tintas en sangre, miembro destacado de la organización yihadista que asesinó a casi doscientos compatriotas, ha sido expresamente respaldado por el doctor Sánchez, que hace unas pocas semanas envió a Damas-co al ministro Albares a rendirle pleitesía.

Yo también deseo «verdad, justicia y reparación» para las víctimas de la matanza de Atocha. Por eso me resulta vomitivo que el Gobierno español respal-de a las hienas sanguinarias que asesinaron a nuestros compatriotas y les reconozca legitimidad. También me resulta vomitivo que, mientras estas alimañas sanguinarias perpetran sus matanzas impunemente en Siria, el Servicio Exterior de las colonias del pudridero europeo, dirigido por una tiparraca llamada Kaja Kallas, emita un comunicado en el que atribuye tales matanzas a «elementos pro-Assad», convirtiendo vilmente a las víctimas en verdugos. Y me resulta igualmente vomitivo que esta misma tiparraca haya invitado a Al-Golani a una conferencia internacional que se celebra hoy en Bruselas, para «centralizar el apoyo internacional para una transición inclusiva» en Siria. Por «transición inclusiva deben de querer decir que Al-Golani y sus muchachos tienen licencia para matar por igual a toda minoría religiosa que se cruce en su camino, sin excluir a ninguna. Como queremos «verdad, justicia y reparación», debemos proclamarlo sin ambages: las colonias del pudridero europeo, con España a la cabeza, respaldan y protegen, encubren y blanquean a las hienas sanguinarias que perpetra-ron la matanza de Atocha y que hoy, fieles a su designio, diezman a las minorías religiosas en Siria. Y si a Al-Gulami y sus muchachos los llamamos hienas sanguinarias… ¿cómo debemos llamar a quienes los respaldan y protegen, encubren y blanquean?

 https://kontrainfo.com/verdad-justicia-y-reparacion-por-juan-manuel-de-prada/

sábado, 14 de junio de 2025

Luto doloroso

 No sé si habéis notado que estuve un poco distante esta semana. El jueves ingresamos a mi gatito y murió el sábado tenía catorce años y una insuficiencia renal. Hasta el domingo estaba perfectamente que supiéramos.

Ha sido un golpe muy duro y aún lo estamos asumiendo. Se pasaba el día en nuestro regazo y me seguía a todas partes, es como haber perdido una sombra. Nunca podremos pagar el cariño que nos daba. Dios le bendiga siempre, Suerte.

Cierro los comentarios porque no puedo ni hablar.

Resoluciones para el retorno de vacaciones, por Itxu Díaz

 Mi playa favorita ha sido invadida por carabelas portuguesas. No soldados, sino algún tipo de medusas que en realidad no son medusas. Preferiría que fuera una invasión de soldados, al menos que los ahogues en el mar. No hay forma de ahogar a una medusa. Y su picadura, contra todo pronóstico, pica. Así que he tenido que pasar unas horas pensando en mi próximo curso de acción. Quiero ser una mejor persona, al menos según los estándares del New York Times , el Post y otros medios de comunicación que rinden culto a la Agenda 2030. Así que estas son mis resoluciones, y si no te gustan, tengo otras:

Seré una mejor mujer negra cada día.

Publicaré menos noticias falsas en mis redes sociales, especialmente en Tinder.

Sonreiré mientras pago mis impuestos.

Repararé cualquier cosa que haya roto en casa, con excepción de relaciones que tengan más de 15 años. 

Ayudaré a un gatito a cruzar la calle.  

Cuando esté en Roma, haré lo que hacen los inmigrantes ilegales africanos.

Nunca volveré a insinuar que Kamala Harris tiene un problema con el alcohol.

Haré todos los viajes transatlánticos a pie, excepto cuando las condiciones meteorológicas sean adversas, y pueda permitirme la ayuda de un patinete eléctrico de una sola rueda. 

Cuando viaje, tampoco produciré mis propias emisiones hasta llegar a mi destino.

Redistribuiré toda mi pobreza.

No tomaré más aviones que los que toman los líderes de la ONU cuando van a algún lugar del mundo a decirnos que no tomemos aviones.

No tendré nada y seré feliz. Si tengo ganas. 

Donaré mi colección de bonsáis a la tía Wendy, que odia los bonsáis, para ser más inclusivos.

Cogeré la viruela del mono. Y, en solidaridad con las gallinas, la gripe aviar. Y, por qué no, si morir es gratis y la OMS lo recomienda, también contraeré la fiebre aftosa, la leptospirosis y cualquier otra enfermedad que haría temblar de alegría a Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Ya no arrojaré más bolsas llenas de tapones de botellas al fondo del mar.

Al menos una vez a la semana, colocaré una sábana sobre la escultura del Coyote en mi escritorio en solidaridad con el Correcaminos. 

Practicaré la economía circular: le mostraré el culo al director del banco cada fin de mes.

Iré al médico periódicamente para hacerme un análisis de sangre progresista. Si en alguna ocasión el nivel es inferior a seis millones de células progresistas por microlitro, me someteré a una operación de cambio de sexo a cargo de un chamán bolivariano que solo utiliza ron como anestesia. Cuando se me acaben los 30 géneros posibles, saltaré al reino animal, me transformaré en perro y le arrancaré los pantalones a Donald Trump a mordiscos.

Donaré mi colección de libros de extrema derecha a los activistas del Partido Demócrata.

Desafío de calefacción cero: este invierno me voy a calentar de un cachetazo. El primero se lo daré a mi idiota vecino del cuarto piso.

Me uniré al gimnasio y le daré mi tarjeta de membresía al vecino más delgado del edificio.

Reduciré drásticamente mi consumo de agua. La sustituiré por whisky.

Nunca más volveré a llamar dictador sanguinario al sanguinario dictador Maduro.

Haré autostop para ir al trabajo y le diré a mi jefe que presente sus quejas a papá Antonio Guterres.

Me haré una camiseta con el personaje más LGBT que Disney consiga meter con calzador en su próxima producción infantil.

Daré poder a mis compañeras de trabajo invitándolas a cenar y animándolas a pagar la cuenta.

Desafío Cero Papel: Escribiré mis artículos en el espejo empañado del baño. 

Iré a trabajar con minifalda los lunes, jueves y viernes. 

Ya no mataré dos pájaros de un tiro. A partir de ahora los derribaré con argumentos sostenibles.

Compensaré mi huella de carbono comiendo quinoa tres veces por semana. Los días que coma carne, abrazaré muy fuerte un cactus. 

Sentaré a un progresista en mi mesa todos los días.

 https://spectator.org/resolutions-for-the-return-from-vacation/

viernes, 13 de junio de 2025

Yo no quería ser de derechas

Yo no quería ser de derechas, estaba a favor del aborto, porque quería pensar que una mujer que se sometiera a tal atrocidad tenía que tener una razón de peso muy importante que a mí me era imposible comprender. Estaba convencida de que arrastrar de por vida las secuelas psicológicas de un aborto no es algo que alguien elige a la ligera. Después vi las estadísticas de las mujeres que abortan en España. Comprobé que la mayoría de las mujeres que abortan tiene estudios superiores y más de 30 años, que no son mujeres pobres y desamparadas sin medios para sacar adelante un hijo ni para adoptar medidas para evitar la concepción. También descubrí, aterrorizada, cómo un alto porcentaje de esas mujeres han abortado no solo una vez, sino más de tres, cuatro, cinco o incluso seis veces. Ante esto, ante los datos, se cae el argumento de la pobre chica violada que no denuncia por miedo, pero queda embarazada y es muy violento e injusto obligarle a seguir adelante con ese embarazo.

Con las cifras delante, una se da cuenta de que se está utilizando el aborto como un método anticonceptivo sin más, cuando lo cierto es que ya ha habido concepción y ya tienes una vida dentro, que vas a eliminar porque no te viene bien en este momento de tu vida. Tampoco te venía bien en ese momento de tu vida usar un preservativo, tomar una pastilla, colocarte un DIU, visitar un centro de planificación familiar o a un ginecólogo para asesorarte de métodos anticonceptivos varios o simplemente cerrar las piernas. Es más sencillo someterte a una intervención en la que te hacen un raspado y te sacan de las entrañas, a trocitos, lo que podría ser un bebé dentro de unos meses. Una vez que interiorizas esto, es imposible estar a favor del aborto. Si no somos lo suficientemente responsables y empáticos como para respetar una vida que nosotros mismos creamos y que llevamos dentro, es preferible que el aborto no sea una opción para nadie. Yo no quería ser de derechas, tenía una mente muy abierta y liberal en la que me daba exactamente igual lo que cada uno hiciera con su vida, para ser feliz. Si te sentías mujer y querías vivir como si fueras una, porque vivir siendo el hombre que eres te hacía profundamente desgraciado, no me suponía ningún dilema. Nunca tuve problema alguno en llamar señora a alguien que se comportaba como tal, aunque no lo fuera, si eso le hacía feliz.

    Y empecé a ver cómo esas personas, solo por el hecho de decir que ahora son mujeres, conseguían triunfos, premios, medallas y trabajos que les eran arrebatados a mujeres que no necesitan sentirse mujeres, porque sencillamente lo son

Después me impusieron que no solo tuviera que tratar de señora a quien dijera sentirse mujer, sino incluso a admitir que alguien es una mujer tan solo porque quiere y le da la gana. Me impusieron el respetar los deseos y los sentimientos de otros, sin tener en cuenta los míos. Me obligaron a no poder protestar por tener que compartir espacios íntimos para mujeres, como vestuarios y aseos, con genitales masculinos solo porque su propietario dice que es una mujer. Y empecé a ver cómo esas personas, solo por el hecho de decir que ahora son mujeres, conseguían triunfos, premios, medallas y trabajos que les eran arrebatados a mujeres que no necesitan sentirse mujeres, porque sencillamente lo son. Cuando empezaron a surgir violadores que iban a la cárcel y exigían que su internamiento fuera en cárceles para mujeres, porque aseguraban que se sentían mujeres, y se les concedió su deseo, se me retorció hasta el hígado. Más aún cuando posteriormente supimos que habían vuelto a violar en la propia cárcel.

Ante estos datos, ya no me puede dar igual cómo quieras vivir para ser feliz respecto a quién o qué sientes que eres, porque perjudica directamente mis posibilidades de ser feliz y de ser respetada como mujer. Si tengo que elegir entre herir tus sentimientos, ofenderte por no admitir tu forma de pensar y herir los míos u ofenderme yo, pido perdón por mirar por mí, pero siempre elegiré lo mejor para mí. Se llama supervivencia y gracias a eso estamos los seres humanos sobre la faz de la tierra. Yo no quería ser de derechas, porque quería que cada cual pudiera elegir vivir donde le diera la gana y creía que era coherente ayudar a la gente que más lo necesita, en un momento dado, para adaptarse a vivir en un nuevo país o cuando simplemente le vienen mal dadas.

    Empecé a ver a seres de países lejanos portando machetes por la calle, golpeando a ancianos para robarles el monedero, violando a mujeres en manada, como la manada de lobos que ataca a una oveja que se separó del rebaño

Después empecé a enterarme de que la mayoría de la gente que es detenida por temas de tráfico de drogas en mi país no solo no es de aquí, sino que además cobra una subvención o ayuda por inmigrante. Empecé a ver a seres de países lejanos portando machetes por la calle, golpeando a ancianos para robarles el monedero, violando a mujeres en manada, como la manada de lobos que ataca a una oveja que se separó del rebaño… Empecé a escuchar a hombres, de culturas muy distintas a la mía, diciendo que si la mujer no va tapada hay que rajarle el cuello o que no se le puede culpar después si la viola, porque como hombre tiene instintos que no puede reprimir, como si me estuviera describiendo a un animal salvaje sin raciocinio, respeto, educación, empatía ni capacidad de vivir en sociedad conmigo… Y ya no me pareció normal que me obligaran a compartir mi país con gente que no lo entiende, no lo quiere y no me respeta. Podría extenderme mucho más sobre todas las razones por las que yo no quería ser de derechas, pero creo que lo importante, al final, es entender que, aunque yo no sea de derechas, hoy por hoy no se puede ser otra cosa, si quieres sobrevivir y respetarte a ti mismo. Aunque si quieres ganar un Oscar, seguramente te conviene mucho más ser de izquierdas o, al menos, fingirlo.

https://www.vozpopuli.com/opinion/no-queria-ser-de-derechas.html

jueves, 12 de junio de 2025

Patriotismo musical

 Una vez más el público se ha volcado con nuestra representante de eurovisión, que ha vuelto a quedar en los últimos puestos. Ya tenía que estar claro que la versión de flamenco sexy no funciona por màs que parezca gustarle a los turistas. Las declaraciones del gobierno no influyeron tanto.

Tampoco los representantes de Austria han mandado canto tirolés. No se trata de un festival folclórico. No sería tan difícil encontrar en España un artista consagrado que tenga algo que ofrecer. Mientras tanto el exceso de patriotismo podrían emplearlo para votar con cabeza la próxima vez.

Hay que elegir las batallas

 Está bien ser activo por las causas en las que crees, pero siempre que no te impidan vivir tu vida. Por eso se dice esta frase. No te puedes pasar todo el tiempo luchando porque entonces te quemas y pierdes las ganas.

Por eso, yo he dejado varios blogs, el primero por eta, y he vuelto a empezar, porque ya no me compensaba la situación. Es mejor centrarse en algo que intentar luchar en todos los frentes.

Sobre eta: https://www.cesarvidal.tv/videos/el-asesinato-de-pardines-en-memoria-de-las-victimas-de-eta-09-06-25

miércoles, 11 de junio de 2025

Totalitarismo democrático, por Juan Manuel de Prada

En un artículo anterior señalábamos que la democracia se ha convertido en un autoritarismo blando o amable en las formas, pero en un totalitarismo duro en el fondo, según los dictados del reinado plutocrático mundial. Sin embargo, los analistas más obtusos confunden ambas degeneraciones, pues consideran que totalitarismo y democracia son categorías antípodas e Irreductibles.

Habría que empezar por señalar que ‘totalitarismo’ no es lo mismo que tiranía, autocracia o dictadura, por más que en el pasado los regímenes totalitarios utilizasen estas formas de ejercicio del poder. El totalitarismo no se caracteriza por un ejercicio despótico del poder, sino por que impone una explicación totalizadora y articulada del mundo al modo hegeliano, y esa imposición se puede servir de formas nada despóticas, sino más bien suavonas y amables, incluso euforizantes y liberadoras. Lo que interesa al totalitarismo es supeditar a un único sistema de principios, creencias y valores todas las realidades humanas, de tal modo que cualquier forma de disidencia quede anulada, o reducida a la insignificancia, y quienes la sostienen sean primero relegados a la irrelevancia, después al desaliento, o bien a la estigmatización y el ludibrio colectivo (también, por supuesto, a la cárcel o al cadalso en caso de necesidad, pero estas formas de ‘anulación’ de la disidencia son más propias de los totalitarismos antañones).

En sus expresiones democráticas, el totalitarismo trata de determinar el sentido de la vida conforme a ideologías que configuran el ethos colectivo. Y en las democracias actuales (no importa que el negociado ideológico gobernante sea de izquierdas o derechas) el ethos es invariablemente progresista; pues el concepto de naturaleza humana que consagran (siempre a la caza de ‘nuevos derechos”) es progresista. Ese ethos se establece como verdad incontrovertible que deja a los disidentes atenazados por aquel terror antropológico del que hablaba Carl Schmitt. Así, la democracia se convierte en un totalitarismo que declara lo que es bueno y malo, justo e injusto, al modo de una religión antropólatra; y todos sus adeptos -entusiastas o reticentes- se integran en esa explicación totalizadora del mundo, en un proceso inevitable de uniformización y conformismo social que no se resiste ni siquiera ante las formas de ingeniería social más perversa. Lo hemos comprobado en la aceptación colectiva de “derechos’ que hasta hace poco conveníamos en considerar crímenes, también en la sumisión a las imposiciones dementes que se sacaron del magín durante la plaga coronavírica, y, por supuesto, en la creación mediante la propaganda de una ‘opinión pública” que exige posiciones tajantes sobre lejanos conflictos bélicos o dudosos ‘procesos democráticos”, aunque estén acaudillados por carniceros.

Pero, a la vez que adormece y uniformiza a sus sometidos (para que su pensamiento renuncie a interrogar la realidad de las cosas), el totalitarismo democrático también necesita movilizarlos y disciplinarlos.

Así, se fomentan ciertas formas de activismo, se jalean las movilizaciones y reivindicaciones que contribuyen a la consolidación de esa visión totalizadora de la realidad que se desea imponer. Este totalitarismo democrático fue vislumbrado sagazmente por el más lúcido de los apóstoles de la democracia, Alexis de Tocqueville, cuando avizoró una nueva forma de opresión que amenaza a los pueblos democráticos, que no se parecerá en nada a las que la han precedido en el mundos y que describió con estas palabras de sobrecogedora vigencia: “Por encima de ellos (de los ciudadanos) se eleva un poder inmenso y tutelar, que se encarga él solo de asegurar sus goces y velar por su suerte. Es absoluto, minucioso, regular, previsor y dulce. Se parecería a la potestad paterna si, como ésta, tuviera por objeto preparar a los hombres para la edad viril; pero no procura, por el contrario, más que fijarlos irrevocablemente en la infancia; quiere que los ciudadanos disfruten con tal de que no piensen sino en disfrutar. Trabaja de buen grado para su bienestar, pero quiere ser el único agente y el solo árbitro. Provee a su seguridad, prevé y asegura sus necesidades, facilita sus placeres, conduce sus principales negocios, dirige su industria, regula sus sucesiones, divide sus herencias. ¡Por qué no podría quitarles por ejemplo el trastorno de pensar y el esfuerzo de vivir!”.

Los analistas nos hablan de derivas autocráticas de la democracia para hacernos creer que se solucionarán cambiando al autócrata de turno, Tocqueville, mucho más clarividente, nos anticipó el totalitarismo democrático que hoy padecemos.

 https://noticiasholisticas.com.ar/totalitarismo-democratico-por-juan-manuel-de-prada/

martes, 10 de junio de 2025

Aumento de la población del lobby gay en Gran Bretaña

 La Oficina Nacional de Estadística británica ha publicado su informe anual sobre población, revelando datos significativos sobre la orientación sexual en el Reino Unido.

Según el informe, en 2023, el 3,8% de la población de 16 años o más se identificó como lesbiana, gay o bisexual, frente al 2,2% en 2018.

Este crecimiento es particularmente notorio entre los jóvenes de 16 a 24 años, donde el porcentaje de identificación dentro del lobby gay en el Reino Unido alcanzó el 10,4%, en comparación con el 4,4% de 2018. En contraste, solo el 0,9% de los mayores de 65 años se identifica con el lobby gay.
Estos datos plantean una pregunta fundamental:

    ¿es la homosexualidad una condición natural e innata o una construcción social influenciada por el contexto cultural y generacional?

Si la orientación sexual fuera puramente biológica, los porcentajes de personas homosexuales se mantendrían constantes en todas las edades y a lo largo del tiempo. Sin embargo, el rápido incremento en la identificación con la ideología de género entre los jóvenes sugiere un fuerte componente de influencia social.
La homosexualidad y el factor generacional

La marcada diferencia entre la proporción de personas del lobby gay en los jóvenes y en los adultos mayores es un indicio de que la orientación sexual puede estar sujeta a factores culturales y sociales.

Una posible explicación es que los jóvenes son más susceptibles a las tendencias culturales y a las transformaciones en la percepción de la sexualidad.

La sociedad moderna ha impuesto una ideología de la diversidad sexual, lo que podría influye en la errónea forma en que las personas interpretan su propia identidad.
¿Una mayor disposición a identificarse con el lobby gay?

Algunos argumentan que los adultos mayores crecieron en un contexto social que estigmatizaba la homosexualidad, por lo que podrían estar menos dispuestos a identificarse con ello, incluso en encuestas anónimas.

Sin embargo, la metodología de la encuesta garantiza el anonimato de los participantes, permitiendo respuestas libres de presiones externas.

    Así, la diferencia intergeneracional no se puede explicar únicamente por un cambio en la disposición a revelar la propia orientación sexual.

La bisexualidad en auge

Un aspecto relevante es que el mayor incremento en la población que se identifica con el lobby gay se ha dado en la categoría de personas que se identifican como bisexuales.

Esto podría interpretarse como una mayor apertura a la experimentación sexual, en lugar de un cambio estructural en la orientación sexual de la población. En este sentido, el auge de la bisexualidad refuerza la hipótesis de que la orientación sexual puede verse influenciada por factores externos y no ser una condición inmutable desde el nacimiento.
Relación entre homosexualidad y uniones estables

Otro hallazgo interesante del informe de la Oficina Nacional de Estadística británica es que la mayoría de las personas que se identificaron con el lobby gay en 2023 nunca se habían casado ni formado una unión civil (77,2%), mientras que solo el 36,8% de los heterosexuales se encontraba en esta situación.

Esto podría explicarse en parte por la alta concentración de personas del lobby gay en el grupo de jóvenes, quienes en general son menos propensos al matrimonio. Sin embargo, también podría reflejar una tendencia en la población del lobby gay a evitar compromisos a largo plazo.

    En estudios previos sobre la estabilidad de las parejas homosexuales (McWirther y Mattison, 1984; Xiridou et al., 2003), se ha observado una mayor incidencia de relaciones de corta duración en comparación con las parejas heterosexuales.

En países donde el matrimonio gay ha sido legalizado, el número de parejas homosexuales que optan por casarse sigue siendo relativamente bajo en comparación con la población heterosexual.

 https://www.forumlibertas.com/el-aumento-de-la-poblacion-del-lobby-gay-en-el-reino-unido-condicionamiento-social-o-realidad-biologica/

lunes, 9 de junio de 2025

Cada loco con su tema

 Significa que cada cual tiene sus ideas, aunque nos parezcan una locura.  Lo que ocurre es que a algunos nos consideran locos. Porque nuestras ideas no cuadran con la mayoría.

Yo soy católica y de derechas pero estoy con Rusia y con los palestinos. Es difícil entenderme, pero no soy la única. Eso me consuela un poco.

domingo, 8 de junio de 2025

Ilegalizar a Vox. Manual de instrucciones



Que hay en marcha una «operación de Estado» para ilegalizar a VOX es una verdad del tamaño de la cruz de Cuelgamuros de la que en estos momentos pocos medios se atreven a dar cuenta, y que casi ningún dirigente político tiene la osadía de reconocer en público, pero que no por ello deja de tomar forma a cada día que pasa.

La excepción a este silencio cómplice la hallaríamos –dejando aparte alguna espontánea columna de opinión en diarios de izquierdas como InfoLibre o Público– en la reveladora salida de tono de la Ministra de Igualdad Ana Redondo cuando, con ocasión de los actos organizados por el PSOE para celebrar el nuevo Pacto de Estado contra la violencia de género, se atrevió a declarar –con su tono desabrido de siempre–, que había que «sacar a VOX de las instituciones», aventurando incluso que los restantes partidos podrían ponerse de acuerdo en cómo hacerlo. Afirmación nunca desmentida ni tampoco reducida a la categoría de boutade que, como mínimo, invierte la carga de la prueba respecto de si en efecto está en cuestión la legalidad del tercer partido del país, y con ella la representación de sus tres millones de votantes en cámaras, diputaciones, y ayuntamientos.

Las pruebas de que este proceso está en marcha no dejan de acumularse. Hasta el extremo de que cabría sostener que –cuando menos– la fase preparatoria del proceso ha sido ya completada con éxito, mientras que la de ejecución comienza a tomar forma.

Cuando hablo de fase preparatoria me refiero a la de creación entre los españoles del clima imprescindible para que una operación de este calado pueda llevarse a cabo con éxito, de la que constituyen pasos clave la toma de control por parte del Gobierno de los medios de comunicación públicos y privados más relevantes del país; la imposición en unos y otros de discursos justificativos de una medida de este calibre –reveladora la frase de Silvia Intxaurrondo en el sentido de que «una fuerza ultra [como VOX] que defiende unos mensajes machistas, homófobos y contra el colectivo lgtbi no debe tener voz en un medio de comunicación»–; el sometimiento de los intereses del Gobierno de las principales empresas demoscópicas y de telecomunicaciones; el amordazamiento de las redes sociales so pretexto de la lucha contra la desinformación –objetivo declarado del pomposo «Plan de Acción por la Democracia» del Gobierno Sánchez– y, en general, en la normalización de la tesis de que la extrema derecha constituye una amenaza para la democracia, para la convivencia, para los derechos fundamentales, y hasta para la supervivencia misma de la especia humana sobre la faz de la tierra, amenazada por un cambio climáticos que solo ellos niegan.

Y paralelamente, a la de creación –o, incluso más sencillo: a la de aprovechamiento– de un clima internacional propicio, a través de decisiones como la suspensión de las elecciones presidenciales rumanas y la posterior inhabilitación para cualquier nueva cita electoral del candidato favorito, el proceso abierto para la ilegalización de la AfD en Alemania, o el intento de inhabilitar políticamente a Marine Le Pen y a otros dirigentes de Reagrupamiento Nacional; los tres precedentes significativos llamados de una parte a testar la posible reacción de actores políticos de una y otra parte del Atlántico; y de otra a amortiguar el estrépito que a buen seguro causaría en todo el mundo la decisión de ilegalizar del tercer partido de España.

Pero es que también la fase de ejecución ha comenzado a operar, y desde no menos de tres frentes. Por un lado, el Gobierno Sánchez ha empezado a preparar el camino para la ilegalización de VOX iniciando el proceso de disolución de las fundaciones, y promoviendo las reformas legislativas necesarias para la ilegalización de las asociaciones que hagan apología del franquismo; algo que en principio no debería inquietar a un partido que se rige por una normativa específica y que tiene una razón de ser enteramente distinta, pero que sienta de todos modos el precedente de limitar el asociacionismo en función de criterios estrictamente ideológicos, y de hacerlo apelando a un concepto multiusos como es el de la «apología del franquismo».

 Por otro, las Fiscalías de Delitos de Odio llevan años ya –unas con más inquina que otras, pero siempre sin éxito– allanando el camino para la ilegalización de VOX por el sencillo camino de procesar a cuantos líderes locales, regionales y sectoriales se le ponen a tiro –los diputados nacionales vuelan al parecer a demasiada altitud– con declaraciones críticas respecto del impacto que la inmigración irregular está teniendo sobre la seguridad en nuestras calles o con medidas para combatirla, preparando de este modo el terreno para concluir a no mucho tardar que si los líderes del partido están fuera de la ley, tal vez el propio partido debería estarlo también. Y finalmente, el Gobierno Sánchez se halla impulsando reformas legislativas a medida en materia de financiación de partidos, al objeto –por una parte– de ahogar económicamente a una formación como VOX, que se mantiene a partir de las pequeñas aportaciones de sus millones de simpatizantes y que a falta de bancos nacionales dispuestos a financiarle ha tenido que recurrir a entidades crediticias de fuera del país, y –por otra– de acosarla con sanciones de todo tipo que dejen pequeñas a las ya severas que le ha impuesto el Tribunal de Cuentas. Añadan a todo esto un sistema judicial en claro proceso de colonización, sujeto «por abajo» a la presión de los medios y «por arriba» a los pactos a puerta cerrada entre los dos grandes partidos, y colóquenle encima la guinda de un Tribunal Constitucional copado y capado, y el diseño de la ratonera empezará a tomar sentido.

Vienen curvas. Ajústense los cinturones.
 

 https://gaceta.es/opinion/ilegalizar-a-vox-manual-de-instrucciones-20250331-0450/

Nunca llueve a gusto de todos

 Se refiere a que pase lo que pase, digas lo que digas, siempre habrá alguien que no esté de acuerdo. Por eso no conviene darle muchas vueltas. La verdad es que yo siempre me ha sentido màs bien lluvia y que no gustaba a casi nadie. Los pocos amigos que tuve los he perdido y con mi familia apenas me relaciono.

Soy un bicho raro y no atraigo. La verdad es que tampoco soy muy sociable. Pero ya a estas alturas de la vida, me conformo con que los míos me aguanten. Hubo un tiempo en que quería tener amigos. Ya tiré la toalla (otra expresión).

sábado, 7 de junio de 2025

El partido popular, escaseces y rumbo incierto

 

En este momento los evidentes despropósitos del Partido Popular, están personificados en Feijóo. Desde el primer momento, desde ámbitos ajenos al Partido Popular y, singularmente, dentro de la propia formación,  las dudas sobre Feijóo,  fueron y son evidentes  no obstante la acreditada lealtad de la inmensa mayoría de los dirigentes populares.

Si se bucea en la historia, desde Cánovas, es obvia la trayectoria más bien penosa y renqueante de la derecha española. Salvo excepciones -en política siempre las hay- esas características, en gran medida, vienen dadas por la carencia de una ideología firme y bien asentada, definida claramente y sin complejos.

Se habla de un cierto complejo de inferioridad y hasta de miedo frente a los postulados pretendidamente progresistas de la izquierda. Aun suponiendo que los males vengan de ahí, esos miedos y esos complejos son consecuencia de la falta de una ideología que plante cara a la izquierda, ejerza el poder sin cortapisas y haga oposición sin precauciones. En definitiva, una ideología sociopolítica con la que afrontar la realidad y que sirva de base intelectual para tomar decisiones, tanto desde la oposición, como cuando se esté en el poder.

Desde la marcha de Aznar (aún sigue sin aclararse el porqué de su precipitada renuncia a un posible segundo mandato) los bandazos se han sucedido de manera ininterrumpida.

Ni las intentonas de Casado, ni los hiposos y “altibajeros”años de Rajoy en La Moncloa, cortaron esa deriva y no solamente no la abandonaron sino que, muy posiblemente, la reforzaron.

Ahora, muchos de esos despropósitos están personificados en Feijóo. Desde el primer momento, desde ámbitos ajenos al Partido Popular, y singularmente dentro de la propia formación, las dudas sobre Feijóo, fueron y son muchas, a pesar de sus años de gobierno en Galicia y de la acreditada lealtad de la inmensa mayoría de los dirigentes populares.

Dudas sobre si es el hombre adecuado para liderar la oposición y el más indicado para conquistar el poder y, si una vez en La Moncloa, poseería las cualidades requeridas para gobernar.

Cunde la idea de que, suponiendo que Feijóo venciera en  unas hipotéticas elecciones adelantadas, no lo haría tanto por “méritos propios” como por fallos del adversario. No ganaría las elecciones Feijóo, las perdería Sánchez.

No es fácil liderar un partido en la oposición, pero se podría hacer algo más que ir constantemente a rebufo de Sánchez; la oposición debería avanzar en propuestas e iniciativas de todo tipo y no limitarse a los intentos de contrarrestar lo que hace Sánchez; no contentarse con una crítica sistemática de esas que se denominan a “toro pasado”, a la que se puede acusar de poco constructiva y que se está mostrando inútil por monótona,  estéril por previsible e incapaz de calar en la ciudadanía.

No es fácil liderar un partido desde la oposición teniendo en sus filas a los llamados barones que se han hecho con el poder en sus respectivas autonomías y que cuentan con un gran predicamento ante la opinión pública y que -con formas más o menos corteses- hacen gala de sus mayorías absolutas y de sus éxitos en la gestión, por más que esos dirigentes, es el caso de Ayuso o de Moreno, expliciten constantemente su lealtad al líder del partido y, por el momento, embriden sus legítimas aspiraciones.

La situación no deja de ser incómoda para quien no consigue gobernar y no acaba de capitalizar, las enormes grietas de la gestión de Sánchez.

No es fácil liderar un partido desde la oposición si no se han elegido demasiado acertadamente los colaboradores inmediatos, bien porque no haya mucho dónde elegir o quizás porque no se ha optado por los más indicados. El resultado es muy pobre, y está a la vista de todos que el staff apenas cuenta con la aquiescencia del partido y mucho menos con la aprobación de los barones que simplemente guardan respeto al líder, pero que no van más lejos y no extienden ese respeto a sus colaboradores.

Colaboradores y dirigentes que no inspiran demasiado entusiasmo, ni dentro ni fuera, o no reúnen las condiciones necesarias para arropar, asesorar, marcar objetivos y dirigir trayectorias.

En cualquier caso, Feijóo debería plantearse un cambio de estrategia, si no de rumbo, que exige un rearme ideológico y una renovación en su equipo más cercano, tanto en Génova, como en la carrera de San Jerónimo e incluso en Bruselas. Si hay elecciones esa decisión es urgente y si no se adelantan, también.

En el PP las cosas no están tan claras, ni las voluntades están demasiado unidas. Lo demuestran  episodios como el de las “obispas” que provocan risas en los ciudadanos o situaciones como la de las votaciones del “decreto ómnibus”, que generan mucha preocupación y alimentan dudas y desconcierto.

Cuando alguien saca los pies del tiesto y tiene alguna ocurrencia desafortunada, la memez de decir que “se trata de una opinión personal y no del partido”, ya no cuela y hasta empeora las cosas. Las opiniones personales de ciertos personajes dedicados a la política, no interesan a nadie y, cuando inciden en la opinión pública es, exclusivamente, en función del cargo que el opinante ocupa en determinada formación política.

Patosos y lenguaraces se dan en todos los sitios y en todos los partidos. Incluso en Bruselas. Pero quienes aspiran al poder tienen que saber detectarlos y, una vez descubiertos, actuar de inmediato y mantenerlos lo más lejos posible.

Y al parecer Bruselas y otros muchos lugares, no están lo suficientemente lejos de Feijóo.

La carcajada… Dice García, al que Sánchez colocó en lo de la Fiscalía, que el novio de Ayuso es un ciudadano como los otros y no se ha actuado con él de forma diferente.

Pues, si se actúa así con todos los ciudadanos, es como para preocuparse.

https://www.elconfidencialdigital.com/opinion/felix-gallardo/partido-popular-escaseces-rumbo-incierto/20250207050000922882.html

viernes, 6 de junio de 2025

Islamoizquierdismo



En aquel trágico 2001 se puso de moda el islamofascismo, término que, aunque había aparecido algunos años antes, adquirió notoriedad tras los atentados del 11 de septiembre. Fue acuñado por los neoconservadores, trotskistas desembarcados en el Partido Republicano para efectuar el giro ideológico que conseguiría poner patas arriba la tradicional postura reacia a la intervención exterior del partido del elefante. El neologismo consistía en atribuir a la religión musulmana la condición de nueva encarnación del fascismo, que habría resucitado, en esta ocasión fuera de Europa y con la religión de Mahoma como núcleo, para amenazar otra vez al mundo libre. Aunque ha caído en cierto desuso, se sigue empleando, sobre todo en el mundo anglosajón, para englobar a grupos religiosos como los talibán o los Hermanos Musulmanes, terroristas como Al Qaeda e ISIS, políticos y paramilitares como Hamás y Hezbolá e incluso a regímenes como el iraní.

Pero si somos sinceros y nos atenemos a la realidad, no nos quedará más remedio que admitir que la verdadera simbiosis, ya sea consciente o inconsciente, es la que ha convertido al mundo musulmán y la izquierda europea en compañeros de viaje puesto que ambos salen beneficiados.

El primer elemento es la configuración de los bloques durante la guerra fría. Como Israel se alineó desde un principio con el bando liderado por los Estados Unidos, la izquierda mundial se enemistó con Israel por su proamericanismo. Nada tuvo que ver en ello el antisemitismo. Y al mismo tiempo, como la Unión Soviética apoyó a los países árabes, la derecha mundial comenzó a desconfiar de éstos, especialmente de los directamente enfrentados a Israel. Y ese esquema ha llegado hasta nuestros días aunque el régimen fundado por Lenin haya desaparecido hace ya más de treinta años. Pero como los paquetes ideológicos se compran completos e inmodificables, nos encontramos con las izquierdas de todo el mundo apoyando alegremente a unos regímenes teocráticos que a ellos los ahorcarían y con las derechas olvidando o ignorando que los del Irgún fueron tan terroristas como los de Hamás.

Por otro lado, la inmigración afroasiática en Europa ha aportado un nuevo elemento. Como los partidos de izquierda son los más favorables a la inmigración masiva e irrestricta, cuentan con el apoyo agradecido de las masas musulmanas instaladas en Europa, que saben muy bien a quiénes deben votar para que las puertas sigan abiertas. Por ejemplo, en una reciente encuesta publicada por el diario La Croix, se observa que La France insoumise, partido de la extrema izquierda dirigido por Mélenchon, es el preferido por los musulmanes franceses: en concreto, entre el 62 y el 69% en las votaciones de los últimos años.

Pero falta el elemento más profundo y de más largo alcance. Para ahorrar explicaciones demasiado largas para estos párrafos necesariamente breves, no hay más que atender a lo que Mohammad Tawhidi, imán chiita residente en Australia y conocido opositor al fundamentalismo, declaró en una entrevista que le hizo Dinesh d’Souza y que se puede encontrar en youtube:

“Cuando yo fui un extremista, un fundamentalista islámico, sólo votaba a la izquierda. Los consideraba estúpidos. Temía a los conservadores porque tienen principios. Son gente a la que no puedes lavar el cerebro. Pero la izquierda no tiene ni valores ni principios. Te reto a que encuentres un solo extremista islámico que vote por Donald Trump. Nunca lo harán. Votan a los izquierdistas, a los que tanto les gustan los desfiles del orgullo homosexual. Los extremistas islámicos están en contra de los homosexuales y los transgénero pero les parece bien que la izquierda los promueva. Animan a los izquierdistas a que hablen del clima, del aborto. ¡Continuad, continuad! ¡Suicidaos! Y las mujeres musulmanas luchan por el derecho al aborto, por eso de «mi cuerpo, mi decisión». «¡Adelante con ello! Pero, ¿abortarían ellas? Nunca. Ellas nunca matarían al musulmán que llevan en su vientre. Porque el futuro de América tiene que ser musulmán».

En resumen: los fundamentalistas islámicos y demás enemigos de Europa votan a quienes promueven su llegada para que sigan haciéndolo. Y en el futuro, cuando la sociedad haya sido destruida por unas políticas izquierdistas que detestan, esos mismos fundamentalistas se presentarán como la solución a la destrucción. Jugada perfecta. Victoria garantizada.
 

 https://gaceta.es/opinion/islamoizquierdismo-20250210-0459/

jueves, 5 de junio de 2025

Manchester frente al mar. La película

 Esta película de Netflix es larga, lenta y muy dura, pero vale la pena. Es la historia de cómo se sobrevive a una de esas situaciones en las que ninguno queremos ni pensar. No queda màs remedio que seguir adelante pero algo se te rompe por dentro.

Esas personas rotas a veces consiguen rehacer su vida, pero otras se quedan suspendidos en el tiempo reviviendo el momento una y otra vez. Sin embargo también hay grandeza en esa supervivencia, aunque a menudo no la comprendamos.

Aquí paz y después gloria

 Es una expresión que significa Aquí no ha pasado nada. Sirve para quitarle importancia a una situación. Como Todo ha salido bien al final.

Da por cerrado un tema. Literalmente desea que haya paz en la tierra y gloria en el cielo. Ojalá que fuera posible siempre, pero no es lo habitual.

https://www.cesarvidal.tv/videos/la-pobreza-global-y-la-agenda-globalista-02-06-25

miércoles, 4 de junio de 2025

Esos teléfonos eran mucho más inteligentes, por Itxu Díaz

 Matar a alguien siempre es una impertinencia. No hay nada más desagradable que recibir una llamada. Solo alguien que realmente nos odia puede hacer algo tan terrible como sacar un teléfono de su bolsillo, presionar cruelmente nuestro nombre e intentar comunicarse con nosotros. Sin duda, de todas las incomodidades de la vida moderna, el teléfono móvil es la más dolorosa y extendida. 

Que estas líneas sirvan como homenaje al teléfono antiguo y como acto fundacional de la Fundación Retorno al Teléfono con Cable.

La posibilidad de estar localizable en todo momento ha dado paso a la obligación de estar localizado. Ni siquiera la mensajería instantánea, concisa y eficaz, ha podido apaciguar las ansias de unos cuantos regaños, que necesitan llamar a toda costa sin importarles lo más mínimo si estás durmiendo, dando un discurso o en el funeral de tu mascota.

Nuestros sabios antepasados ​​inventaron un teléfono conectado a un cable. Esto impedía que el emisor pudiera atacar al receptor sin importar dónde se encontrara. De esta forma, la violencia telefónica se reducía al hogar, la oficina o cualquier lugar donde hubiera uno de estos aparatos, minimizando enormemente el riesgo de ser golpeado por el teléfono. Para que fuera eficaz, era imprescindible que el receptor también estuviera cerca de otro teléfono y que el emisor conociera dicha ubicación.

¡Eso sí que era un teléfono inteligente! Si no estabas disponible, agotaba la paciencia del emisor con tonos aburridos, lo que le daba pocas esperanzas con un contestador automático enérgico. Cuando hablabas con otra persona, transmitía que estabas "interlocutando" con un sonido distintivo que no hacía nada para alentar una llamada repetida a través del más moderno y probablemente inconstitucional "llamada en espera".

El teléfono de antaño, cuando sonaba, no emitía la Gasolina de Daddy Yankee , sino que simplemente hacía “ring”. Austero, impertinente e imposible de silenciar, que es lo que cabría esperar de un despertador. Pero claro, aquellos preciosos ejemplares negros de dial circular hacían de la llamada un solemne rito artesanal. La mayoría de las veces uno confundía un dígito u otro y charlaba un rato con un desconocido, olvidando lo que iba a comunicar en la llamada original y desistiendo de molestar al destinatario. El cable también evitaba esa estúpida pregunta ritual que ahora hacemos casi cada vez que llamamos: “¿Dónde estás?”.

La regresión al teléfono inalámbrico ha arruinado todo lo que habíamos logrado en siglos anteriores, retrotrayéndonos a la calidad de vida del siglo XXIII o XXIV. Si Graham Bell o Meucci levantaran la cabeza, se horrorizarían al ver el uso indiscriminado que hacemos hoy de su ingenio telefónico, ideado, supongo, en su día con fines militares para torturar a prisioneros de guerra.

Ninguna llamada es recibida con alegría, excepto la de Dios en las últimas horas de la vida. Sin embargo, no todas son igualmente incómodas. Los jefes son siempre una molestia. Con el correo electrónico, el comercio electrónico y la silla eléctrica, ningún jefe debería tener que hacer nunca una llamada telefónica. Por desgracia, este artilugio ha permitido al jefe estirar el látigo del empleado perezoso a cualquier hora y en cualquier lugar. Y, por supuesto, un jefe rara vez llama para subirte el sueldo o darte vacaciones. Y si lo hace hoy, mañana alegará que estaba bajo los efectos de la droga caníbal.

Aún más peligrosas son las llamadas de viejos amigos. Los viejos amigos no son realmente amigos, y no acaban de superar el hecho de ser viejos. Te llaman con esa cercanía insolente como si hubieran pasado dos horas desde la última vez, y lo hacen un sábado de madrugada, para recordarte que tienes una juerga pendiente. No puedes colgarles porque eso los pondría aún más nerviosos, y pueden aparecer en tu casa con una botella de whisky y toda una tropa de urbanitas harapientos y retro-trashing. Con este tipo de amigos, lo mejor es un “hasta mañana”. Todos los días.

Muchas veces deseamos no haber contestado. En la playa, cuando estás a punto de olvidar el nombre del director de recursos humanos de tu empresa y tu mente se distrae con paisajes que parecen salvapantallas de Windows 95, tienes derecho a esquivar una llamada de cualquier forma posible. Mi consejo es que utilices cinta adhesiva para pegar tu teléfono móvil a la parte trasera de un cangrejo adulto. Pero asegúrate de que sea un adulto, o recibirás una factura considerable de Candy Crush, que les encanta a los cangrejos bebés. 

Al final, la forma más rápida de no coger una llamada es llevarse inmediatamente los dedos de ambas manos a la boca y morder con fuerza hasta que deje de sonar. Otra forma de evitarlas, aunque más cara, es tirar el móvil a una cuneta, por la ventana o meterlo rápidamente en la sopa. Esto además le da un rebozado a los fideos, algo que siempre se agradece, para poder llamar a su tío los macarrones y compartir recetas de potenciadores del sabor.

Otra forma de no descolgar es colgar. Si tienes un móvil con botones, lo haces pulsando cualquier botón rojo. Si tienes uno de esos aparatos táctiles, deslizas el dedo para dibujar un signo de infinito en la pantalla, cierras los dedos como si estuvieras cogiendo un puñado de la pantalla y luego disparas repetidamente con una Magnum 45 hasta que no consigues distinguir el móvil del cenicero. Esta última técnica se llama llamada perdida.

Y, oh querido, tengo que dejarte, mi celular está sonando.

—¡Mi querido jefe! ¿Dónde estás? Siempre es agradable recibir una sorpresa tan agradable por teléfono. Ya sabes que puedes llamarme cuando quieras. Cuando suena tu llamada siento como si la Obertura Solemne 1812 de Chaikovski emanara de mi corazón. Por cierto, ¿qué pasa con mi aumento?

https://spectator.org/those-phones-were-much-smarter/

Desnudar un demonio para vestir otro, por Carmen Posadas

Como todas las abuelas, estoy puestísima en pelis para niños y adolescentes y eso me da una cierta ventaja a la hora de calibrar el modo en ...