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El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”. Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.

viernes, 30 de agosto de 2024

Trump es mucho mejor candidato hoy que ayer

 PAGLas campañas políticas se rigen por el principio de acción y reacción. La mayoría de los consultores políticos dan plena importancia a la acción y olvidan por completo la reacción. Si bien es importante ser el primero en golpear al oponente, es aún más importante medir bien las consecuencias del golpe. En este momento, los demócratas están convencidos de que están derribando a Trump con sus feroces campañas judiciales y mediáticas. Alguien debería decirles que no, que su acción diseñada para invalidar la candidatura de su oponente en realidad, gracias a la reacción, lo está fortaleciendo. No intenten explicarle esto a Joe Biden. Pero Trump tiene más posibilidades de regresar a la Casa Blanca hoy que antes de que comenzara toda esta cacería humana.


No se trata sólo de encuestas, sino de financiación. En mi opinión, con sesgo capitalista (para que quede claro para la izquierda), la mejor encuesta es el dinero. A diferencia de las opiniones, que a menudo se basan en pasiones personales, perversiones ideológicas o aficiones diversas (hay gente que siente un placer casi sexual al discutir, no es mi caso), una transacción monetaria es una medida fiable, porque es un acto de voluntad, una decisión firme, una creencia en un proyecto particular o una manera de acabar con una amenaza a la propia libertad. 


Los demócratas parecen haber olvidado lo más importante: no tienen un problema con Trump, tienen un problema con los millones de estadounidenses que libre y voluntariamente quieren votar por él, y quieren votar por él con entusiasmo. En su empeño por deshacerse de su oponente electoral (tal vez le resulte demasiado cansado competir con él), Biden está pasando por alto el hecho de que hay millones de estadounidenses que sienten que alguien les está quitando el derecho a votar por el candidato que más les gusta. A esa gente (en realidad, a nadie) le divierte aún menos la insistencia de los medios de comunicación de izquierda en hacer una pregunta realmente estúpida: ¿está usted considerando votar por un delincuente convicto?


Decía que el dinero va cada vez más a parar al expresidente. En ese sentido, Biden y sus peligrosos amigos del poder judicial son los mejores recaudadores de fondos del Partido Republicano. No creo que ni siquiera Ivanka en bikini pudiera recaudar más dinero que ellos. El equipo de campaña de Donald Trump cerró el mes de mayo con 141 millones de dólares recaudados, de los cuales el 37,6 por ciento se donó a pocas horas de su veredicto de culpabilidad. Trump debería felicitar a los demócratas por su persecución. Es más, debería estar agradecido por ello.


En todo este asunto, a la izquierda no le interesa en lo más mínimo la justicia; le interesa la eliminación de un oponente político. En realidad, a nadie le interesa lo que se está juzgando. Apuesto a que la mitad de los votantes no lo sabe y, mejor aún, no le importa. Los medios de comunicación y la izquierda política han exagerado tanto todo este proceso que hasta sus propios seguidores han dejado de ver a Trump y se centran únicamente en las travesuras del propio demócrata. 


Biden celebró la condena de Trump como si se tratara de un Mundial de fútbol, ​​un “sí a todo” de Maria Sharapova o una victoria electoral aplastante. Y lo único que es seguro es que el presidente debe mantener las narices alejadas de los ámbitos de la justicia. Pero no puede. Porque Biden es rehén (o promotor, tal vez) de la principal tendencia de la izquierda posmoderna: el totalitarismo. La izquierda de nuestro tiempo, en Estados Unidos y en Occidente, tiende una y otra vez hacia lo totalitario: a destrozar al oponente político, a impedir que cualquier otra opción prospere en las urnas, pero también a garantizar que la oposición no gane en la arena de la opinión pública.


No sabemos cómo terminará la película, pero a esta altura de la película hay una cosa clara: el presidente Donald Trump luce muy bien con el uniforme a rayas que la izquierda intenta imponerle. Esto significará cada vez más apoyo y más dinero. Predigo que alguien en el núcleo de los estrategas del Partido Demócrata se derrumbará pronto, como resultado de una melancolía abrumadora. 


https://spectator.org/trump-is-a-much-better-candidate-today-than-he-was-yesterday/

8 comentarios:

  1. Ignoraba que el partido que representa hoy Kamala Harris es de izquierda, un abrazo Susana!

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  2. No me gustan ni Kamala ni Trump, pero es lo que hay... Entre esa izquierda totalitaria y Trump, terminaría votando por Trump

    Paz

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  3. Uy a mi me da miedo ese hombre. Te mando un beso.

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  4. Hola, Susana:
    Desconzco la realidad social estadounidense, pero me parece que el resultado de sus elecciones presidenciales es bastante moldeable cuando a una candidata que hace poco más de un mes se la adjetivaba de “impopular” ahora se la exalta como “favorita”.
    Un abrazo.

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 Todo lo que he hecho en la vida me ha costado bastante. Desde estudiar a tener hijos o escribir en Internet. Nunca me propuse grandes cosas...