No sé si habéis notado que estuve un poco distante esta semana. El jueves ingresamos a mi gatito y murió el sábado tenía catorce años y una insuficiencia renal. Hasta el domingo estaba perfectamente que supiéramos.
Ha sido un golpe muy duro y aún lo estamos asumiendo. Se pasaba el día en nuestro regazo y me seguía a todas partes, es como haber perdido una sombra. Nunca podremos pagar el cariño que nos daba. Dios le bendiga siempre, Suerte.
Cierro los comentarios porque no puedo ni hablar.