He estado unos días de viaje por Cantabria. Paré en Aranda del Duero el viernes, donde pudimos ver a varios musulmanes que iban con chilaba camino de la mezquita. Teniendo en cuenta que ellos tienen unos cinco hijos y nosotros apenas uno, de aquí a veinte años de cada cuatro niños, dos serán musulmanes, uno de padres americanos y otro español. En eso lo tenemos mejor que en el norte de Europa, gracias a los hispanos. Pero ya no será mi problema, sino el de nuestros hijos y nietos.
Aparte de que persigan a los homosexuales y no dén libertad a las mujeres, el problema cultural va más allá. Me pregunto cómo se van a pasar en muchos lugares de España sin el vino, la cerveza, el jamón o el chorizo. Por eso resulta asombroso que la izquierda más radical apoye esta inmigración ilegal. Llegará un momento en que acabarán chocando. Es cuestión de tiempo. Al menos espero que sirvan de contrapunto para la ideología de género que nos quieren imponer.
Pues yo que soy muy desconfiada con la izquierda radical creo que con el tiempo todos se conviertan al islamismo y pasarán del vino, de la cerveza y de los manjares que nos proporciona el cerdo para estar a bien con su nueva religión.Besicos
ResponderEliminarA mí ya no me extrañaría nada. un beso
EliminarPues eso de tener que privarse de ciertas cosas seguro que no les va a gustar nada. Tambien echarán de menos a sus antepasados (que seremos nosotros) por lo que disfrutamos del buen vinito, del jamón y los ricos chorizos...allá ellos.
ResponderEliminarUn beso
Tendrán que hacer estraperlo. Un beso
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