A contracorriente

 Hay quien piensa que he tenido tantos blogs porque me los han ido cerrando. No es así, de hecho los he ido dejando yo cuando me ha apetecido o ya no me compensaban. El último blog lo dejé cuando me acusaron de un delito de odio, sólo por repetir lo que dice la Biblia sobre la homosexualidad. Naturalmente la causa ha sido sobreseída. Ahora ya no escribo sobre ese tema, pero no descarto que me busquen otra causa por acosar a las mujeres que abortan o a los suicidas, o algo semejante. También podría ser por hablar del Covid o de Ucrania.

De todas maneras, se puede decir que ya estoy curada de espantos y creo que ya soy mayor para que me preocupen demasiado las reacciones a mis escritos. Así que seguiré por aquí escandalizando a aquellos que todavía no han aprendido a examinar todos los puntos de vista de cada tema. Siempre voy a contracorriente y ese era mi lema al principio. De hecho firmo así mis libros en autoedición. Cuando todos están de acuerdo yo desconfío, y generalmente suelo acertar.