Cuando pienso en mis primeros veinte años de vida, me imagino que algo debí hacer muy malo en una vida anterior. Si no no se entiende que todo me fuera tan mal y que, cada vez que intentaba sacar la cabeza, me fuera otra vez para el fondo. Fueron muchas veces las que pensé en la muerte, pero yo no quería suicidarme, sino simplemente morirme. Cuando había tanta gente que moría viviendo una vida con sentido, yo sólo quería cambiarme por uno de ellos.
Si lo hubiera hecho, nunca hubiera recibido los réditos de todo lo que había invertido en la vida. Claro que primero tuve que pasar por muchos baches. Mi infancia solitaria debido a una timidez enfermiza y a que las circunstancias precisamente no me favorecían. Era una niña torpe y desgarbada; después una adolescente precoz llena de granos, alérgica y con problemas de olor corporal.
Los estudios no se me dieron muy bien por falta de motivación, el trabajo tampoco porque seguía arrastrando mis problemas de relación social. Me casé. Mis hijos andaban siempre enfermos ya que salían a madre. los pobres. Aún así un día terminaron los estudios y se fueron de casa. Poco antes de eso tuve que cuidar y despedirme de mis padres por cuestión de edad y enfermedades. Y al poco de allí ya era yo la que contaba con muchos achaques.
Y así llegué a la tercera edad sin darme ni cuenta de cómo el tiempo había pasado tan rápido. Sólo sé que, si hubiera caído en la tentación de acabar con mi vida, no hubiera llegado a este momento. Claro que, si me hubieran dicho que me costaría tanto tiempo y esfuerzo no sé si me hubiera pensado saltar por ese balcón. Por suerte, la vida es como un embarazo, que lo normal es que continúe hasta su término. Y al final acaba compensando con creces el camino.
(Este texto lo presenté a un concurso)
Bonito texto. Los primeros veinte años vienen definidos por la adolescencia que es, creo que en la mayoría de los casos, desorientación y descontento por todo, al menos el mío fue así. Y desde entonces la vida pasa desprisa aunque algunos momentos se hacen eternos. Me imagino que el texo quedó en una buena posición.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues no lo sé. Pero estuve cerca de no llegar a los veinte. Un beso
EliminarNo todo es un camino de rosas, aunque siempre estén mal repartidas.
ResponderEliminarUn beso.
Al principio no vi ninguna. Un beso
EliminarY llegaste hasta acá, y tenés libros publicados y día a día nos compartís información de todo el mundo, a veces "lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado" Un abrazo Susana!
ResponderEliminarMuy bonita esa frase. No la conocía. Gracias. Un beso
EliminarUn hermoso relato.
ResponderEliminarGracias. Un beso
EliminarBIEN POR MANDARLO A UN CONCURSO¡¡¡ Y NO TIENES QUE ECHAR LA MIRADA ATRAS, LOS AÑOS PASAN...
ResponderEliminarUN BESO-
Nunca he ganado nada. Un beso
EliminarBella reflexión uno solo le toca vivir siendo fiel a si miso y a sus convicciones. Te mando un beso.
ResponderEliminarHay que seguir adelante. Un beso
EliminarMe alegra muchisimo saber que al fin llegaste a un momento feliz y pleno en tu vida. Bien por vos que no te dejaste vencer por la adversidad :)
ResponderEliminarFueron veinte años muy largos. Un b3so
EliminarHasta las flores más hermosas necesitan de abono maloliente
ResponderEliminarMuy buena reflexión. Gracias. Un beso
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