Se refiere encontrarse en medio de un problema que no te incumbe, con dos opciones, sin saber de qué lado debes estar.
Eso pasa mucho en las familias. Y, como dice el refrán: entre padres y hermanos no metas las manos. Así que en este momento tengo varios frentes abiertos en los que no puedo ni debo intervenir.
Y cómo duele no poder hacerlo, Susana, uno quisiera ser artífice de la paz y armonía, pero no somos Dios, un abrazo grande!
ResponderEliminarQué razón tienes pero es que no nos hacen caso. Un beso
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