En España iba siempre a morir mucha gente por el covid como murió en el resto del mundo, especialmente ancianos y personas con otras dolencias. Y el culpable de todas y cada una de esas muertes es el Partido Comunista Chino. Seguimos sin encontrar un solo animal muerto por el virus que supuestamente saltó de murciélagos a humanos porque no lo hubo, mientras las evidencias de que el coronavirus nació de un laboratorio son abrumadoras. Y fue China quien hizo experimentos sin tomar las adecuadas medidas de seguridad y quien después se calló para evadir responsabilidades, impidiendo que el resto del mundo tomara medidas preventivas.
Pero el segundo responsable del exceso de muertes en España no fue Ayuso ni ningún otro Gobierno autonómico. Fueron quienes nos dijeron que el virus no iba a llegar, que habría como mucho uno o dos muertos, que de todos modos era menos grave que una gripe, que la mascarilla no servía para nada, que no hacía falta tomar medidas; que, por supuesto, acudiéramos todos a la manifestación del 8M, que era súper importante y decisiva para los derechos de las mujeres. Y así el virus se siguió extendiendo, pese a la petición cada vez más desesperada de algunos responsables autonómicos, Ayuso la primera, desde finales de febrero al Gobierno de que hiciera algo de una maldita vez.
Fue el Gobierno de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, el Gobierno del PSOE, de Podemos y de IU, que se negó a tomar medidas a tiempo porque para ellos lo importante no era la salud de los españoles, sino los gestos. En este caso, el gesto de mostrarse como muy y mucho feministas; no como esa gentuza de derechas, que es machista por definición. Así que había que celebrar la manifestación del 8M. Y al día siguiente, por la mañana, fue por fin Pedro Sánchez al Ministerio de Sanidad a mostrar lo muy preocupado que estaba por nuestra salud. Pero fueron la Comunidad de Madrid y el País Vasco quienes cerraron los centros educativos, como antes habían cerrado los centros de día.
Durante la primera ola todas, repito, todas las autonomías tuvieron que hacer un triaje. Porque no podían hacer otra cosa: los pacientes morían en los pasillos por falta de camas, de respiradores, de personal sanitario. Así que priorizaron para intentar curar a quienes más posibilidades tenían de ser curados. Quienes señalan escandalizados esa decisión, siempre omiten por qué tuvo que tomarla no sólo el Gobierno de Ayuso, sino todos los gobiernos autonómicos. Quienes protestan por los muertos en las residencias madrileñas, y no miran lo que sucedió en el resto de España, lo hacen por sectarismo político.
Pero de lo que nos acordamos los madrileños que la votamos cada vez en mayor número es que mientras el Gobierno se mostraba incapaz de traer material y sacaba a dar la cara a un Fernando Simón que mentía cada vez que abría la boca, Madrid no sólo sí que lograba fletar aviones de carga por su cuenta, sino que, gracias al Zapatero bueno y a quienes confiaron en él, fue pionera en la creación de un hospital de emergencia en el Ifema que salvó muchísimas vidas al permitir atender a más gente empleando los mismos recursos escasos que se tenían, empezando por los humanos. Mientras, en otros lugares de España como Valencia intentaron imitarlo empleando unas tiendas de campaña que hubo que desalojar porque se volaban. Pero de esa chapuza no se habló nunca porque el Gobierno responsable era de izquierdas, claro, y el que acertó fue el de Ayuso. Si hubiera gobernado en España hubiese muerto muchísima gente, pero se hubieran tomado medidas antes y la curva se hubiera aplanado más, salvando miles de vidas. Pero sufríamos, y sufrimos, al Gobierno de incompetentes sectarios de Pedro Sánchez.
No son pocas las ocasiones en que, cuando alguien ha desaparecido y se organiza una búsqueda, el asesino sea el primero en apuntarse y el que más llora recordando al desaparecido al que mató. Pretende así desviar sospechas y que nadie mire con demasiada atención dónde estaba y qué hizo la noche de autos. Así se comportan PSOE, Podemos, Sumar y su banda de palmeros en la prensa y las redes sociales. Como son ellos los responsables de que la curva que había que aplanar fuera tan pronunciada, como son ellos los responsables de que los hospitales estuvieran tan colapsados y hubiera que priorizar a quienes más posibilidades tenían de sobrevivir, agitan mucho los brazos y señalan a quienes tuvieron que tomar las decisiones difíciles que ellos se negaron a tomar. Pero si en España hubo asesinos, como nos aseguran, si en España hubo culpables de miles de muertes evitables, no los encontrarán en Ayuso ni, dicho sea de paso, ningún otro presidente autonómico. Estarán en el espejo, esperando a que lo miren. Y porque lo saben, nunca mirarán. Así que nos corresponde a nosotros ponerles el espejo delante cada vez que intenten, otra vez, desviar la mirada.
(Encerrarlos en sus cuartos con morfina tampoco ayudó mucho). Susana
https://www.libertaddigital.com/opinion/2024-02-16/daniel-rodriguez-herrera-los-muertos-son-de-pedro-sanchez-no-de-ayuso-7098204/
Por acá tenemos ahora la invasión del Dengue, mal de América Latina en avance, o retroceso digamos mejor, en cuanto a la involución que vivimos los humanos sin que se asombre nadie, aún no hay medidas sanitarias aunque sí muchos consejos que muchos no siguen porque están muy ocupados en sus celulares, un abrazo Susana!
ResponderEliminarVaya. Espero que mejoren. Un beso
EliminarHola, Susana:
ResponderEliminarRespecto a la gestión política de todas las medidas implementadas para combatir la pandemia –y a nuestro comportamiento social e individual– debo admitir provocaron en mí un desencanto del que no he sido capaz de salir.
Un abrazo.
Yo también estoy avergonzada. Un beso
EliminarSe que es politicamente incorrecto, pero creo que todas estas enfermedades están creadas por algún fin.
ResponderEliminarUn saludo
Yo estoy convencida. Un beso
EliminarQue penosa realidad hay en este artículo con el que estoy totalmente de acuerdo.Besicos
ResponderEliminarAsí son las cosas. Un beso
EliminarAsí lo pienso yo también, Susana. La COVID19 se me llevó a cuatro de mis mejores amigos (todos de mi edad), y sin que el mundo haya hecho pagar a nadie por esa pandemia que yo también creo que si no fue intencionada, al menos fue ocultado su verdadero origen.
ResponderEliminarEn fin, una más ... y van...
Me temo que no llegaremos a saber la verdad. Un beso
EliminarTriste y a la vez real.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay muchas responsabilidades por medio. Un beso
EliminarVivimos en constante peligro. Creo que la fe sostiene para no desesperar y tener paz a pesar de todas los locuras que nos rodean.
ResponderEliminarEl asunto es que seguimos eligiendo los mismos...incomprensible
Eso es lo màs absurdo de todo. Un beso
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