Otra expresión antigua. Yo soy del siglo pasado, del año sesenta y seis, y mis hijos también, por poco. Sin embargo, la barrera cultural que existe entre nosotros es de un siglo, el siglo veintiuno, que ha vuelto todo del revés. Como dicen también: en casa del herrero, cuchillo de palo, resulta que mis hijos no están en absoluto de acuerdo conmigo prácticamente en nada. Nadie es profeta en su tierra, y en mi casa desde luego soy un cero a la izquierda.
Ya sabéis que me encantan los dichos. Por eso tengo varios libros sobre el tema. Creo que había menos diferencias entre 1900 y 1960 que lo que hay ahora en apenas veinte años de los dos mil. El aborto, la eutanasia, la ideología de género, el laicismo, el comunismo, el ecologismo, se han adueñado de nuestras vidas sin darnos posibilidad alguna de elegir o negarnos. Pero las nuevas generaciones ya lo han asumido todo sin problemas. Sólo las viejas reliquias nos resistimos todavía.
Bueno Susana, no es de extrañar, en mi familia mis dos hijos varones nunca concuerdan con mis ideas, no así mi hija con la que coincidimos bastante, paciencia, un abrazo!
ResponderEliminarVan con el signo de los tiempos. Un beso
EliminarNo estoy de acuerdo contigo. Precisamente con aborto, eutanasia, género, laicismo,... no dan la posibilidad de elegir, el que quiere lo practica o lo es y el que no no.
ResponderEliminarBesos
Yo no puedo elegir porque yo no quiero que existan esas cosas, salvo en casos mínimos y extremos. Un beso
EliminarEres del 66 y te sientes una reliquia, pues no, aún y dándote la razón en eso de que en los últimos veinte años han pasado más cosas difíciles de asimilar que en toda la segunda mitad del siglo XX, habrá que reconocer que lo que viene aún va a ser peor, pero yo, al menos, tengo la suerte de ser del 49 y es probable que ya no me afecte y, ah, eso lo digo creyendo que en el próximo mundo no habrá elecciones, ni político alguno que llevarse al plato de las desilusiones.
ResponderEliminarUn abrazo, joven Susana
Tenemos que acostumbrarnos a lo nuevo,no queda otra..
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo no pienso acostumbrarme. un beso
EliminarLa verdad que ha cambiado mucho todo.
ResponderEliminarAsí es.
Un beso.
No se reconoce ya el mundo. Un beso
EliminarNo estar de acuerdo no es ser un cero a la izquierda, es no estar de acuerdo.
ResponderEliminarYo coincidía bastante con mis padres, y mis hijos con nosotros, pero vamos, que cada uno piense lo que quiera, somos personas de mente abierta y respetamos lo que cada uno elige. De todos modos, no es obligatorio que los hijos piensen igual que los padres, la vida cambia y ellos han crecido de otra manera. Yo soy del 74, pero mis padres eran del 48 y 52 y pensaban como pienso yo o como piensan mis hijos, pero jamás me impusieron nada, me enseñaron a valorar a suerte que mi hermana y yo teníamos al poder votar, y nos gustaba ir a votar juntos, y aunque sí que votábamos lo mismo cada uno tenía absoluta libertad. Crecí sin que me impusieran nada y lo valoro, yo he elegido lo que considero la mejor opción.
Aunque tus hijos no coincidan contigo seguro que tienen en cuenta tu opinión.
Muy feliz finde.
La verdad es que yo pienso como mis padres, pero mis hijos creen que estoy un poco loca. Espero que con los años coincidamos más. Un beso
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