Perseguir a los provida es acosar a la propia democracia
Se
trata de la modificación y ampliación del artículo 172 del Código Penal
que, en síntesis, convierte en delito algo tan pacífico y conmovedor
como concentrarse para rezar en las cercanías de las clínicas abortivas,
esas oficinas comerciales que hacen un negocio oneroso con un drama tan
evitable.
El entusiasmo puesto por el PSOE,
Podemos o Bildu para defender esta reforma solo es superado por la
insoportable retórica desplegada para justificarlo, presentando a unos
pocos cristianos como una peligrosa banda de acosadores.
Una
caricatura vomitiva con la que se pretende blanquear la única
persecución existente, ahora legalizada por un Congreso cada día más
echado al monte: la de personas pacíficas, con un mensaje provida
impecable, que solo intentan apelar a la conciencia más íntima del ser
humano y hacer reflexionar a la Administración sobre las alternativas
existentes a la interrupción del embarazo.
Que
ese comportamiento se equipare penalmente con el maltrato, tenga por
castigo penas de cárcel y no necesite siquiera de denuncias de nadie es
un completo despropósito que probablemente anule algún día el Tribunal
Constitucional.
Pero sobre todo es un abuso
liberticida que consagra la persecución por razones ideológicas, algo
impropio de una democracia liberal occidental y definitorio, sin
embargo, de regímenes monocolores dispuestos a imponer su verdad única
totalitaria.
¿Acaso la práctica totalidad de las usuarias de esas clínicas no renunciarían a perder a sus hijos si tuvieran los recursos y el confort de Irene Montero, por ejemplo?
La
respuesta a este exceso no es solo por razones religiosas ni debe
venir, en exclusiva, de quienes tengan unos valores provida que debieran
ser de todos, incluso de los promotores del aborto si entendieran que
la primera propuesta a una embarazada nunca puede ser la más definitiva y
cruel de las «soluciones».
¿O acaso la
práctica totalidad de las usuarias de esas clínicas no renunciarían a
perder a sus hijos si tuvieran las alternativas, el confort y los
recursos de Irene Montero, por ejemplo, gran defensora de la regulación
más extrema del inhumano aborto?
Los grupos
provida deberían acelerar una reflexión de los poderes públicos sobre la
actitud y las opciones que ofrecen a las mujeres que, tal vez desde la
desesperación, buscan la salida rápida de renunciar a la maternidad.
Pero
lo que han recibido es todo lo contrario: un intento de purga que apela
a todos los demócratas, en tanto en cuanto valida un peligroso
precedente en el que el Gobierno regula la persecución de todo aquel que
no se adecúa a sus patrones ideológicos.
Que
eso se haga en el mismo país que legaliza las injurias al Rey o a la
bandera; llama «arte» a las amenazas de un radical si las expresa en una
canción o ultima una Ley de Seguridad Ciudadana que protege más al
delincuente que al policía es desasosegante.
Porque
consagra un modelo en el que todas las barbaridades son legales si
atentan contra la parte de sociedad a la que el Gobierno detesta pero
todos los derechos son discutibles, por el contrario, si se practican
para defender una alternativa decente, argumentada y tranquila a esos
discursos nihilistas.
Providas, en realidad,
somos todos, incluso los que no lo saben. Y permitir que se encarcele a
quienes iluminan un debate sobre la maternidad, mientras se libera a
etarras o se legaliza la agresión ideológica, nos apela por ello a todos
también.
Porque este asunto, además de
versar sobre la vida, lo hace además sobre pilares básicos de una
democracia como la libertad de expresión, de reunión y de manifestación.
Hoy son los cristianos, de nuevo, mañana puede ser cualquiera.
https://www.eldebate.com/opinion/editoriales/20220207/perseguir-provida-acosar-propia-democracia.html
Esto es inadmisible,antidemocrático y muy injusto.Saludos
ResponderEliminarSí que lo es. Un beso
EliminarEstos siempre haciendo de las suyas...
ResponderEliminarUn beso
Cuando el diablo no sabe qué hacer... Un beso
EliminarUna barbaridad! Un abrazo Susana!
ResponderEliminarMientras los criminales siguen sueltos. Un beso
EliminarNo se donde vamos a ir a parar. Besos Susana :)
ResponderEliminarNo se puede ser más inofensivo que esa gente. Un beso
EliminarLa cultura de la muerte que se impone enmascarada bajo palabras como libertad o dignidad es una tragedia que sólo con la insumision civil se puede combatir
ResponderEliminarLa historia nos culpar por ello. Un beso
EliminarNada tiene que ver la reforma laboral con el artículo 172 del Código Penal, que habla sobre el acoso persistente que atentan sobre la libertad de las personas y no hay que exagerar, porque rezar o que ciertos "iluminados" se manifiesten no es delito como tampoco lo es cantar defendiendo una opinión o posición ideológica.
ResponderEliminarMil besos.
Se refiere a que una cosa oculta la otra. Un beso
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