Ya saben que el Papa ha abogado, durante estos meses de pandemia, por la vacunación contra el coronavirus; de hecho, en el Estado del que es jefe, es prácticamente obligatorio inocularse alguna de las vacunas contra el covid si quieres seguir trabajando y el Pontífice ha descrito el hecho de vacunarse como un «acto de amor».
Sin embargo, parece que no todos en la Iglesia católica son de la misma opinión. El último caso lo hemos podido ver en las últimas horas en las redes sociales: un sacerdote de Madrid, Jesús Silva, que cuenta con miles de seguidores, explicaba en Twitter por qué había decidido no vacunarse.
Aquí les dejamos sus argumentos:
«Razones por las que no me vacuno (por orden de importancia).
– Se desconocen con exactitud los componentes de los viales y su repercusión en el organismo.
– Se desconocen los efectos secundarios a medio y largo plazo.
– A corto plazo presentan efectos secundarios (trombos, muertes repentinas, abortos) cuyo riesgo no compensa a alguien de mi rango de edad.
– La implicación de la industria BifPharma y su interés en la extensión de estos viales resulta sospechosa por sus repercusiones económicas.
– Los que buscan una reducción de la población mundial son los mayores promotores de la vacuna, lo cual resulta sospechoso.
– Estos filántropos tienen además la mayor parte de las acciones económicaa de todas las grandes farmacéuticas que producen los viales.
– Tengo anticuerpos de larga duración, que sería lo ideal para toda la población si se dejase curso libre al virus, con medicamentos atenuantes de los síntomas y protegiendo a los más vulnerables (enfermos y ancianos); por esto, no puedo contagiarme ni contagiar.
– El mero hecho del intento de imposición directa o indirecta de una vacuna experimental en un Estado de Derecho supone una vulneración de la libertad.
– El trato discriminatorio hacia los no vacunados supone una vejación hacia la igualdad y la dignidad.
– La eliminación sistemática de las redes de todos los estudios científicos que no concluyen lo mismo que los financiados por la industria BigPharma hacen aún más sospechosa toda esta actuación mundial, y me inclina a pensar que no hay inocencia ni filantropía en este empeño.
– El enfrentamiento y el hostigamiento civil en ocasiones por parte de otros ciudadanos a que está llevando la discriminación hacia los no vacunados recuerda a los planes que buscan dividir a la sociedad para que sea más manejable (divide y vencerás, solve et coagula).
– El miedo a que se somete a la población con la pandemia y la existencia de no vacunados fomenta que los ciudadanos estén dispuestos a renunciar a su libertad en aras a la seguridad que les da un Estado cada vez más totalitario a nivel global.
– Hay serias dudas sobre si la vacunación de la población en base a algunas pequeñas partes del ARN del Covid puede provocar que éste mute tan rápido como lo está haciendo y aparezcan nuevas variantes que estén haciendo inválida la vacunación.
– La vacunación no exime de contagiarse y contagiar, y no hay datos claros sobre que realmente impida la gravedad al padecer de nuevo el virus.
– Muchas personas están muriendo por causas desconocidas; de las que conozco, todas vacunadas».
Tras exponer todas estas razones, el sacerdote madrileño dice que sólo pide «respeto y seriedad», e invita a se piensen bien todos los factores. «Se está etiquetando («negacionistas») a los que no queremos vacunarnos y se nos está acusando de ser unos criminales», señala.
«Tenemos nuestras razones (al menos yo), y al tener anticuerpos no puedo contagiar, por lo que no estoy siendo irresponsable. Tampoco la vacuna asegura nada, pues no hay estudios cien por cien fiables, por lo que aún no teniendo anticuerpos no me vacunaría», confiesa Silva.
El párroco invita a «pensar» y «respetar». «Los anti-vacunas no somos idiotas (al menos no todos). El tiempo dará la razón a quien la tenga. Entretanto hay mucha gente sufriendo y muriendo. Y no sabemos qué efectos tendrá esto a largo plazo», indica.
«Puede que sea peor el remedio que la enfermedad, aún es pronto para saberlo, pero hay motivos razonables para planteárselo y objetar a la vacuna. Restringir el acceso a determinados servicios a personas que han ejercido su derecho a la objeción es totalitario y antidemocrático», afirma el sacerdote.
Finalmente, termina con una reflexión sobre la muerte: «Ánimo a todos y, sobre todo, estemos preparados por si la muerte nos sorprende hoy. Que parece que se nos ha olvidado que de algo se muere. Cuidemos nuestros cuerpos, pero ante todo cuidemos nuestras almas. Y respetemos a los demás. Siempre».
Las reacciones han sido en su mayor parte positivas; sin embargo,
algunos han sido críticos, como Alejandro Alfonzo, que le contesta: «Con
todo respeto y cordialmente: si nuestros padres hubieran aplicado mismo
razonamiento para decidir no vacunarnos contra graves enfermedades en
los niños (Ej. Sarampión, Polio, Fiebre Amarilla, Tosferina, Viruela,
etc.), hoy aún esos males estarían haciendo estragos». No son la misma clase de vacunas.
Mi nuera es doctora en bioquímica y está vacunada, pero una compañera, no. Aduce que quiere ser mamá. Ignoramos, por supuesto las consecuencias a largo plazo, pero por el momento es un paliativo, y el porcentaje de vacunados va a favor. Hay personas vacunadas que enfermaron igual, otras no vacunadas también. Un abrazo Susana!
ResponderEliminarMe preocupa mucho la posible esterilidad de mis hijos. Un beso
EliminarMe parece bien respetuoso y creo que debemos mostrarle la misma consideración aunque pensemos distinto.
ResponderEliminarBuen fin de semana. Espero que estés mejorando
Está muy bien explicado. Un beso
EliminarMuy de acuerdo con lo que afirma Alejandro Alfonzo, claro que no son las mismas vacunas pues para cada enfermedad se necesitan diferentes tipos de vacunas y eso los científicos y virólogos lo saben bien y en ellos confío.Cada cual es libre de vacunarse o no, yo me he puesto las 3 dosis y en mi familia se han vacunado todos.Besicos
ResponderEliminarEstas no son vacunas porque no inmunizan. Un beso
EliminarHola Susana, ¿cómo vas? Precisamente yo me vacunó ayer de la tercera dosis y me ha hecho un poco de reacción. Aun así, volveré a vacunarme cuando sea necesario, pues opino que no puede ser casualidad que haya menos muertes. Besos preciosa :D
ResponderEliminarEl virus se ha debilitado. Un beso
EliminarNo opino, ya me he vacunado.
ResponderEliminarUn beso
Cada uno es muy libre. Un beso
Eliminarno se si me dare el refuerzo estoy hara de todo mil besos
ResponderEliminarYo no lo haría. Un beso
EliminarYo no estoy en contra de la vacuna al mismo tiempo pienso que no debería ser obligatoria, como no lo son las otras,ya que cada uno es libre de lo que quiere meterse o no en su cuerpo. Yo he decidido por el momento no ponerme la tercera dosis. Un abrazo!
ResponderEliminarCreo que haces bien. Un beso
EliminarYo me he vacunado, pero respeto la decisión de otras personas que no lo hacen porque creo que cada uno es libre de su cuerpo, así que me parece perfecto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa es la actitud correcta. Un beso
EliminarSi ese sacerdote que niega tanto las vacunas hubiera tenido antes de las vacunas, un familiar cercano con menos de 40 años grave y con secuelas permanentes, quizás pensaría de otra forma.
ResponderEliminarAbrazo-
Eso sucedió hace dos años. Un beso
EliminarYo sé que hay personas que se han salvado gracias a la vacuna porque la enfermedad les ha sido más leve. Mañana me vacuno yo a las 6 de la tarde (los toros son a las 5). Efectos secundarios seguro que habrá pero en esta vida que me ha tocado vivir, no quiero irme al otro mundo tan pronto. Mi hermano como te dije aun está convaleciente pero es leve porque se ha vacunado. Los efectos de la vacuna a largo plazo no me los sé. Todo medicamento tiene sus pros y sus contras. Espero que te hayas recuperado del covid. Estos días me he acordado de ti.
ResponderEliminarUn beso
La enfermedad ahora es más leve. Un beso
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