Cuando yo era jovencita estaba convencida de que era fea, desgarbada y gorda. La razón es que mis hermanos eran guapos, populares y deportistas. Además, mi hermana usaba una talla 34 y yo la 36, lo cual me parecía una barbaridad. Si hubiera sabido que ahora tengo la 46... Además, yo tenía bastante a mi favor, siendo rubia de ojos verdes. Pero ni con esas...
Mi autoestima tampoco andaba mejor a nivel intelectual, a pesar de que me había leído ya cientos de libros, algunos que no eran propios para mi edad. También tenía facilidad para los idiomas, pero a eso no le daba ninguna importancia. Sólo me preocupaban las matemáticas. Tampoco ayudaba que mis compañeras de clase destacaran tanto en el deporte como en los estudios o las manualidades.
Total, que la psicóloga me hubiera venido de maravilla por entonces, pero no se llevaba, y han tenido que pasar casi sesenta años para que me diera cuenta de que no era para tanto. Que después de todo no era un sapo en medio de príncipes. Y aunque lo hubiera sido, los sapos no están tan mal tampoco.
Nos damos cuenta de muchas cosas, demasiado tarde.
ResponderEliminarUn beso.
Estaba acomplejada. Un beso
EliminarLa inseguridad nos hace pensar así a veces. De jovencita yo no tenía conciencia de mis encantos, ahora viendo fotografías, digo, yo fui joven y bella jajaja, un abrazo Susana!
ResponderEliminarYo además pensaba que era demasiado alta con 1,65. Un beso
EliminarNunca es tarde, Susana, para mejorar la autoestima, pareces una gran persona, sabia, con propias y singulares convicciones, culta, brillante escribiendo y te comportas como una persona de estilo y de élite cultural.
ResponderEliminarNunca es tarde.
Un fuerte abrazo.
He tenido mucho trabajo de psicóloga hasta llegar aquí. Un beso
EliminarEs inevitable sentirse menos a veces. No soy tan fea, bastante aplicada en el colegio, con una carrera universitaria, dos hijas preciosas, un buen marido y, sin embargo, a veces me siento poco. Supongo que nos enseñaron a ser "humildes"
ResponderEliminarSaludos
Yo no desarrollé mis capacidades. Un beso
EliminarEn la adolescencia los que no nos considerabamos guapos teniamos la creencia que los que nos rodeaban si lo eran.
ResponderEliminarLa autoestima es muy importante pero a veces nos damos cuenta en esa edad.
Un abrazo.
Además tenía muchos problemas. Un beso
EliminarAy! Susana en esto me identifico contigo ya que me pasó lo mismo, siempre me sentí el patito feo de la familia y a nivel intelectual lo mismo y también me di cuenta hace unos años lo que me perdí por sentirme así ya que viendo fotos mías de niña y joven me di cuenta de que mis complejos eran infundados... pero bueno lo pasado, pasado está, ahora me siento muy bien para la edad que tengo.Besicos
ResponderEliminarYo ahora con veinte kilos más estoy más justificada para sentirme un sapo, pero lo llevo mejor. :). Un beso
EliminarEsa es la historia de mi vida, salvo que no tuve hermanos.
ResponderEliminarAhora ya eso está superado.
Los hermanos a veces no ayudan. Un beso
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ResponderEliminarHow wise and hopeful that last paragraph! May we appreciate our uniqueness even slowly!!
Than you. Best regards
EliminarHola Susana, me hiciste reir :) "los sapos no están tan mal tampoco", me gusta este mensaje que das de aceptacion y autoaceptacion; cada persona tenemos nuestro valor y belleza unica; claro que cuando somos jovenes entender esto no es tarea facil.
ResponderEliminarTe mando un beso grande!
Lo importante es quererse a unoismo. Un beso
EliminarCon el tiempo maduramos. Te mando un beso.
ResponderEliminarA veces ya tarde. Un beso
EliminarYo también me veía fea y gorda, ¡si en aquella época me hubiese visto ahora!
ResponderEliminarPero curiosamente ahora me quiero mucho más que antes. Ojalá volver el tiempo atrás pero sabiendo todo lo que sabemos ahora...
Hubiera estado bien. Un beso
EliminarNo nos enseñan a valorarnos y tenemos que aprenderlo nosotras mismas con el paso del tiempo.
ResponderEliminarBesos.
Cuando ya no sirve de nada. Un beso
EliminarYo creo que en esas etapas todos teníamos inseguridades, y claro, si nos compramos con los de alrededor...
ResponderEliminarYo nunca me he comparado con mi hermans, no al revés, pero solo somos dos, igual con más hermanos suele pasar.
Seguro que no eres ningún sapo. Feliz día.
Arrugada y gordita... Un beso
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