l Ministerio de Sanidad ha desvelado, casi a hurtadillas, la cifra de eutanasias practicadas desde que aprobara hace seis meses la ley que la regula y casi la induce: 180 personas han perdido la vida en centros sanitarios públicos, tratados por médicos del sistema y tutelados por el Gobierno.
Eso
significa que cada día, en algún lugar de España, una persona que no
tenía que morir aún ha muerto por la acción del Estado, que sustenta en
inexistentes razones humanitarias su galopante falta de humanidad, su
ausencia de valores y su incapacidad para buscar alternativas.
Porque
la eutanasia no protege el razonabilísimo derecho a una muerte digna
cuando la vida ya no es viable, sino que consagra el inexistente derecho
a morir y convierte al Estado, y en concreto a la Sanidad pública, en
el verdugo de ese acto cruel.
La
desesperación no se responde con una inyección, sino con alternativas
decentes y humanas que ofrezcan la respuesta que busca el ser humano en
sus peores circunstancias: eso son los cuidados paliativos, que
garantizan la ausencia del dolor y no prolongan artificialmente una vida
ya agotada.
La eutanasia es otra cosa bien
distinta, que se aprovecha de ese deseo concreto para aprobar una
cultura de muerte que hoy se aplica a los enfermos terminales pero
mañana, tal vez, a quienes han perdido las ganas de vivir, sea cual sea
su edad o estado físico.
Porque una vez que
abres esa caja de Pandora, desaparecen los límites: si se acepta que el
derecho a morir existe y que además debe tutelarlo el Estado, se
terminará por aplicárselo a cualquiera que por razones pasajeras haya
perdido la esperanza y lo invoque. Es lo que ocurre, de hecho, en los
pocos países que aplican esta salvajada.
El
tratamiento médico, social y espiritual de los enfermos terminales, que
es algo indiscutible y pleno de consenso; se ha pervertido así con una
ley ideológica y nihilista que no goza del respaldo ético de los propios
profesionales de la medicina, a quienes además se quiere incluir en
listas negras de objetores de conciencia para estigmatizarlos.
La
eutanasia, como el aborto, son dramas y fracasos que deben evitarse
ofreciendo a sus potenciales usuarios la alternativa que merecen, con la
plena seguridad de que la aceptarán: una sociedad que solo sabe ofrecer
muerte a los desesperados, desechando las incontables opciones que
deberían tener a su disposición para quitarse de la cabeza tan triste
idea, es una sociedad fracasada.
Y que un
Gobierno celebre esa derrota, la transforme en ley y poco menos que la
presente como una fiesta, es un síntoma desgraciado del bajísimo nivel
moral que le mueve.
Es de esperar que,
cuando las urnas permitan un cambio en la Moncloa, el próximo presidente
anule todas esas leyes nada más tomar posesión: pocas cosas más
importantes puede tener en su agenda.
https://www.eldebate.com/opinion/editoriales/20221002/pavorosas-cifras-eutanasia_63498.html
Un topico dificil de entender para muchos En mi caso estoy a favor creo que el sufrimiento antes de morir es inaceptable.Sufrir es una palabra que no entiendo No es necesaria
ResponderEliminarMe gusta como lo has escrito
Felicitaciones
El texto no es mío. Para no sufrir están los cuidados paliativos. Un beso
EliminarAbrir la caja de Pandora tiene resultados imprevistos, es verdad, una excepción se convierte en regla, un abrazo Susana!
ResponderEliminarÉse es el problema. Cuando empieza no hay final. Un beso
EliminarQué delicado el tema. Viví en primera persona como alguien a quién quería con toda mi alma sufría tanto que rogaba su muerte. Tenía cuidados paliativos, pero no le aliviaban el dolor a pesar de la morfina. Fue muy duro. Así que en este caso, prefiero no opinar. Su recuerdo está demasiado reciente. Besos Susana
ResponderEliminarTambién hay sedación paliativa. A mis padres se la pusieron. Un beso
EliminarPerdonadme, pero quien crea que los cuidados paliativos evitan el dolor físico y/o sicológico de alguien para quien la medicina ya no tiene solución, se equivoca, a veces ni siquiera los opiaceos surgen efecto. Tan fácil como acudir a hospitales y residencias paliativas, y no solo hablar con quien lo sufre sino también con quienes están al lado de estos. ¿Por qué no evitar la crueldad de un final? ¿No creemos que la muerte solo es un paso a otra vida ¿Por qué no ir hacia ella de forma consciente? Que no nos pille a ninguno tener que tomar la decisión.
ResponderEliminarSAludos.
Se empieza por los casos críticos y siguen con los dementes, los que no pueden hablar, los retrasados, los deprimidos... Un beso
EliminarNo creo en la eutanasia y lo que está pasando es terrible.Besicos
ResponderEliminarCada año habrá más. Un beso
EliminarEstoy a favor de ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuida de no tener una enfermedad cara. Un beso
EliminarTengo contacto con poca gente, pero cada vez que sacan este tema...
ResponderEliminarUn beso
Ya lo sé, pero hay que sacarlo. Un beso
EliminarAy, Susana.
ResponderEliminarMás información: https://www.eldebate.com/sociedad/20221007/eutanasian-joven-23-anos-belgica-superviviente-atentado-bruselas_64861.html
ResponderEliminarEfectivamente la cantidad impresiona, pero en realidad hay que ponerse en la piel del paciente y saber que y como se vive.
ResponderEliminarYo he estado recientemente dos meses en cama en el clínico de Zaragoza, estuve con asistencia permanente y muy bien cuidado por parte de las enfermeras y personal sanitario, dolores tenía muy pocos, me venían a visitar mis mujer y mis hijos todos los días, pero...
Pero dejé de ser hombre, me lavaban en la cama como podían, me hacía mis necesidades encima, comía en la cama de malas maneras, adelgacé 10 kilos me hacían todo tipo de pruebas, algunas relativamente dolorosas, sangre, me sacaban casi todos los días, en ocasiones tenía los dos brazos con vías intravenosas, estuve unas tres semanas sondado...
No querría volver a repetirlo, por mi y por mi familia.
¿Sabes lo que son 24 horas plenamente consciente mirando al techo sin poder moverte en la mayoría de ocasiones?¿Sabes que tuve que volver a aprender a andar, ya que había perdido mucha masa muscular? A día de hoy si ando 200 metros tengo que sentarme ya que me entra fatiga y casi no puedo respirar.
Un beso.
Lo comprendo, pero tú precisamente eres un ejemplo de que vale la pena pasar por todo eso. Si hubieras pedido la eutanasia en un momento de desesperación ya no te tendríamos. Tampoco dar a luz es agradable y es lo mejor que me ha pasado. Un beso
EliminarTodos, tarde o temprano, moriremos. No hay que juzgar a quienes piden la eutanasia. Yo no he estado en esa situación pero, para estar muerto en vida...
ResponderEliminarPara los casos extremos hay jueces que deciden. Un beso
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