Hace mucho tiempo recuerdo que escribí un artículo sobre las personas que trabajan en Madrid y viven a cincuenta kilómetros por una carretera siempre atascada. Decía que no vale la pena, por querer tener una casa con jardín, más grande y mejor tener que pasar por el suplicio de perder varias horas al día en la carretera. Sin embargo, me contestaron que cada cual era muy libre de vivir donde prefiera. Por supuesto, pero entonces no vale estar amargado todo el día por los desplazamientos.
El otro día volví más tarde que de costumbre de la sierra y había mucho tráfico de gente visiblemente estresada. Es que no se puede tener todo, el piso en Madrid, la casa en el pueblo e intentar amortizarlo pasando el mayor tiempo posible. Más vale volver antes y no pillar el atasco. La calidad de vida no se consigue con casas más grandes cada vez más lejos. Eso es parte del consumismo que nos invade. Lo mejor es aquello que no se puede comprar: el tiempo y la tranquilidad.
¡Cuánta razón encierran tus palabras! Lo más importante es el tiempo y la tranquilidad, y todo aquello que no se compra con dinero. A medida que voy cumpliendo años me doy más cuenta de ello.
ResponderEliminarUn abrazo, Susana
De nada sirve una casa que no puedes disfrutar. Un beso
EliminarTe cuento Susana, yo pensé lo mismo cuando mi hija decidió mudarse a las afueras en busca de paz, sol, y aire puro, en esos momentos tanto ella como mi yerno debían viajar a la ciudad, pero ahora ya resolvieron el problema y disfrutan de su elección, cuando me vienen a buscar soy testigo de esos atascos, un abrazo!
ResponderEliminarYo no voy casi nunca a Madrid centro. Un beso
EliminarEn Santiago tenemos un problema similar. Las personas han elegido irse a provincias donde la vida es menos estresante. Otros sufren por la mañana para ir al trabajo y por la noche para volver. El plan de urbanización ha permitido levantar altas torres de edificios, pero igual de costosos como tener una casa.
ResponderEliminarSerán pisos lujosos. Un beso
EliminarUna casa grande, bonita y con jardín no es necesariamente un hogar. Ni una cama grande y lujosa no da necesariamente el descanso. Si tener esas cosas no limita la dedicación a nuestra familia y no pone en nosequé lugar a Dios, bien está, nada que objetar. Pero si por tener esos lujos, vistas y tranquilidades hemos de ir de cráneo y no tener tiempo para lo fundamental, entonces son pesadas cargas, fardos, que mejor tenerlos bien lejos y conformarnos con lo que buenamente tenemos. Saludos cordiales.
ResponderEliminarSi todo el mundo lo hace no valen razonamientos. Un beso
EliminarResulta tan complicado que todos tengan más o menos las mismas inquietudes amiga Susana. Los atascos, en un futuro no muy lejano deberán desaparecer y las distancias ya no serán un problema, es cuestión de algo de tiempo, el modelo de transporte cambiara de una manera sorprendente.
ResponderEliminarYo siempre he dicho que, prefiero vivir 40 años en el campo que 70 en la ciudad. Son formas de pensar.
Un abrazo y buen resto de semana.
Ojalá pero de momento el modelo sólo empeora en España. Un beso
EliminarEl tiempo y la tranquilidad lo es todo. Al menos yo lo siento así también. Besos 😘😘
ResponderEliminarMi marido vive al lado del trabajo. Un beso
Eliminarqueda muy 'cool' decir cosas tipo "si me ofrecen un trabajo lo cojo aunque esté en segovia", pero a la hora de la verdad los desplazamientos consumen tiempo y dinero (si no es en transporte público es en gasolina), y te quitan calidad de vida. todavía si fuera un trabajo que te encantara, pues vale...
ResponderEliminarbesos!
También cuestan dinero, es cierto. Un beso
EliminarDonde yo vivo lo tenemos todo muy a mano, mi marido trabaja en la ciudad de al lado y en 15 minutos llega y aparca.
ResponderEliminarCada vez que vamos a Zaragoza, que es de donde es él, lo que peor llevo es tener que invertir tanto tiempo en desplazamientos.
Besos.
Sobre todo los atascos son una lata. Un beso
EliminarHola Susana, de nuevo ando por tu blog, después de las vacaciones...
ResponderEliminarBesos.
Bienvenida. Un beso
EliminarLos transportes públicos para acercar la gente a su centro de trabajo no están a la altura de lo solicitado.
ResponderEliminarAbrazos.
Pero mås de cincuenta kms. Sigue siendo demasiado. Un besp
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