Diario conservador de la actualidad

El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”. Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.

martes, 21 de enero de 2025

Se enfrentarà el nuevo orden mundial a una rebelión juvenil?, por Itxu Díaz

 No todos los jóvenes se suman a los radicales universitarios. En Occidente, algunos se rebelan volviéndose contra el progresismo.

Al igual que Hunter Biden, yo hice muchas cosas tontas cuando era joven, pero dejé de hacerlas antes de llegar a la mediana edad. Me lo pasé bien. A veces pienso que mi generación fue la última que podía ir a una fiesta sin tener que preocuparse por los pronombres o contar chistes políticamente incorrectos en la universidad sin que abrieran un expediente secreto sobre ti.


Hicimos locuras: beber cócteles con pajitas de plástico, estudiar matemáticas no igualitarias, ver Dumbo sin encontrar rastro alguno de racismo y aprender historia en lugar de reescribirla. A menudo doy gracias a Dios por haber nacido en 1981. Nuestro ídolo era John Belushi, no Greta Thunberg. Y la única vez que me pusieron bajo arresto domiciliario antes de la pandemia fue cuando mis padres lo pidieron, por llegar tarde y estar un poco borracho.


La juventud es una época de libertad, diversión y rebelión. Eso es bueno. Si no tuviéramos ciertos conflictos adolescentes con nuestros padres, nunca sentiríamos la necesidad de buscar un camino propio y, en última instancia, formar un nuevo hogar y tener nuestros propios hijos. Sin embargo, en medio de un entorno agobiante de progresismo omnipresente, los jóvenes de hoy carecen de esa libertad y se divierten mucho menos; lo único que puede salvarlos es ese anhelo de rebelión juvenil.


Está empezando a hacer efecto.


Ahora bien, un vistazo al panorama universitario norteamericano —con sus reprimendas moralistas y, últimamente, hordas de apologistas de Hamás— no da la impresión de que la juventud de hoy esté atravesando una transformación política. De hecho, algunos son tan radicales como siempre, pero no hablan en nombre de toda su generación. Una interesante encuesta reciente de Redfield & Wilton Strategies para Newsweek mostró que el 72 por ciento de los jóvenes de entre 25 y 34 años apoyan en realidad el lema “Go awakened, go broke” (despierten, arruinen). Tiene sentido. A los jóvenes de hoy no sólo el gobierno y la mayoría de los medios de comunicación les dicen cómo pensar, por qué indignarse o qué eventos y personas cancelar. También reciben sermones de las grandes corporaciones que se han rendido locamente a la religión del progresismo extremo. En otras palabras, es un orden elitista y establecido, algo contra lo que hay que rebelarse. Yo conozco a la gente indicada para hacerlo.


Es cierto que los jóvenes sienten desde hace mucho tiempo una fascinación desmesurada por la izquierda. Recuerden la Prohibición de las Bombas, el Mayo del 68 francés y los grupos maoístas formados por hijos rebeldes de familias conservadoras durante la segunda mitad del siglo pasado. Recuerden el pelo largo, los pantalones ajustados y el hábito de fumar cigarrillos junto a la puerta de una Volkswagen Kombi. No estoy tratando de romantizar toda esa basura moral, pero, para ser justos, muchos de esos jóvenes abandonaron el izquierdismo en cuanto recibieron su primer cheque de pago y descubrieron cuánto de él se queda el gobierno. Hay gente que necesita pasar por ese proceso como parte de su experiencia de vida.


Ser joven era pensar que todo lo que se había hecho antes estaba mal y que era necesario y posible cambiar el mundo desde abajo, presionando a los de arriba. Hoy, los gobiernos de la izquierda posmoderna y sus aliados creen que todo lo que se hizo antes estaba mal, pero pretenden cambiar el mundo desde una posición de poder, imponiendo sus métodos a los de abajo.


Así, en algunos rincones de algunos países, los jóvenes están jugando un papel central en la resistencia contra el progresismo, y eso está teniendo consecuencias en el terreno político. En Argentina, en las elecciones PASO de agosto, la mitad de los jóvenes menores de 35 años votó por Javier Milei, que desprecia públicamente el progresismo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y otros sistemas de creencias de izquierda. El porcentaje fue aún mayor entre los menores de 20 años: siete de cada diez votaron por el candidato de derecha libertaria. Basta con ver sus actos, llenos de jóvenes, gritando consignas contra el kirchnerismo y la izquierda, y rugiendo de entusiasmo cada vez que Milei grita su consigna: “¡No vine a guiar corderos, sino a despertar leones!”. El domingo pasado, Milei ganó las elecciones presidenciales en su país, una victoria histórica impulsada por los votantes jóvenes. Recordemos que Argentina es uno de los pocos países en los que los jóvenes de 16 y 17 años pueden ejercer su derecho al voto. Con la elección de Milei, Argentina ha señalado su deseo de dejar atrás la política peronista que ha empobrecido al país durante décadas.


En Italia, el voto juvenil también ha sido decisivo para llevar al poder a la conservadora Giorgia Meloni. El análisis electoral del voto por edad confirma que, en las últimas elecciones, Meloni era la segunda favorita entre los jóvenes italianos, casi empatada con los populistas del M5S de Beppe Grillo. Esto también ocurre en España, donde en los sondeos del gubernamental Centro de Investigaciones Sociológicas el partido favorito entre los jóvenes de 18 a 24 años es Vox, el partido de derechas liderado por Santiago Abascal, el único abiertamente opuesto al progresismo y a la Agenda 2030.


Este efecto es significativo también en Estados Unidos. Un análisis de Michael Podhorzer para The Atlantic sorprendió a los autores al descubrir que, mientras que la Generación Z apoyó abrumadoramente a los demócratas en los estados azules, en los estados rojos esta misma generación votó abrumadoramente por los republicanos. (Curiosamente, Gallup descubrió el año pasado que “independiente” es una afiliación mucho más popular que cualquiera de los dos partidos principales entre los millennials y la Generación Z.) Me divierte ver que los analistas izquierdistas de mayor edad no comprenden del todo que podría haber jóvenes que no voten por los demócratas.


Es posible que su número aumente en los próximos años. Una sociedad que en el pasado ofrecía a los jóvenes valores orientados principalmente al cristianismo como guía para la vida (aunque optaran por rebelarse contra ese camino) ha ido reemplazando esos valores por una amalgama vacía de secularismo, progresismo y victimismo, como si fuera una nueva religión, sólo que más ascética que cualquier otra religión que hayan seguido generaciones anteriores.


Para empeorar las cosas, el nuevo feminismo coloca a muchos jóvenes en la misma situación que el Equipo A: perseguidos por un crimen que no cometieron. Independientemente de si la deuda histórica que las feministas radicales posmodernas quieren cobrar por la desigualdad del pasado es justa o no, es más relevante preguntarse si los niños de hoy deberían sentirse culpables por cómo era la sociedad de sus abuelos. Personalmente, creo que ya tienen bastante con lidiar con la ansiedad climática, evitar los clásicos cancelados y soportar TikTok. No es de extrañar que se rebelen contra este orden mundial.

https://www.nationalreview.com/2023/11/will-the-new-woke-order-face-a-youth-rebellion/

lunes, 20 de enero de 2025

Meterse en la boca del lobo

 Ha sido mi costumbre desde siempre. Con esta mala costumbre de decir lo que pienso y no disimular, he acabado muchas veces metiéndome en problemas. La primera vez fue con los etarras.

Después, he chocado con abortistas, feministas, ecologistas y todos los istas que se os ocurran. Pero es mi manera de ser y no puedo ni quiero evitarlo, ya a estas alturas.

domingo, 19 de enero de 2025

El lunes empieza una nueva era para occidente, por Itxu Díaz

  todo lo que necesito para asistir a la investidura de Donald Trump el lunes desde lejos. Debido a las bajas temperaturas en España, mi ceremonia también se celebrará en el interior. He llenado las paredes de banderas estadounidenses, he pedido media docena de hamburguesas de 10 pisos, tengo dos cajas de cerveza enfriándose en mi refrigerador y pienso desfilar por el pasillo con una urna llena de cenizas del Wokeism. Llevo semanas practicando el baile navideño de Donald Trump en el gimnasio y debo decir que mis bíceps ya parecen los de Hulk Hogan.

A partir del lunes… por fin habrá un adulto en el aula de política internacional.

A partir del lunes estaremos más cerca del fin de las guerras absurdas que están arruinando a Occidente, el patio de la escuela dejará de ser un caos y finalmente habrá un adulto en el aula de política internacional.

A partir del lunes comienza una nueva era para Occidente. Será un momento mágico. De repente, los seres humanos volveremos a estar divididos en dos sexos, podremos llamar terroristas de Hamás a los terroristas de Hamás, y la naturaleza y sus recursos volverán a estar al servicio del hombre, y no al revés. El lunes gritar “¡ley y orden!” no será cosa de fascistas sino de hombres de bien, tendremos en la Casa Blanca un presidente capaz de abandonar el escenario sin caer al vacío, y el despacho del vicepresidente quedará libre de botellas de vodka vacías tiradas por el suelo.

A partir del lunes, los inmigrantes ilegales tendrán que volver a sus países y buscar una buena razón para legalizarse como todo el mundo, la policía se sentirá apoyada por el Gobierno en su lucha contra el crimen y el Gobierno sacará algunas de sus 25 manos de los bolsillos de los ciudadanos. A partir del lunes nadie se reirá de los chistes idiotas de Nicolás Maduro , los abortistas volverán a ocupar el último escalón de la escoria social y ninguna autoridad pública trabajará para dividir y enfrentar a los estadounidenses entre sí en función de su raza, sexo o ideología política.

A partir del lunes, nadie podrá considerarte terrorista climático por conducir un maldito devorador de gasolina, tal vez Estados Unidos pueda volver a bombear su petróleo con alegría y veremos el inicio de una auditoría gubernamental integral para detectar ineficiencias, redundancias y tonterías, que conduzca a un plan de adelgazamiento inmediato. Será un verdadero placer ver cómo este gobierno mórbido y obeso comienza lentamente a recuperar la figura de Melania Trump.

A partir del lunes estaremos más cerca del fin de las guerras absurdas que están arruinando Occidente , el patio de la escuela dejará de ser un caos y por fin habrá un adulto en el aula de política internacional. A partir del lunes se cerrará el grifo del que brota el inmenso gasto público destinado a lavar el cerebro de los niños en las escuelas con aberraciones como la Teoría Crítica de la Raza, la transexualidad o la sexualización de los menores.

A partir del lunes, los idiotas de la ONU y la OTAN tendrán que levantarse de sus traseros y ponerse a trabajar para convencer a los Estados Unidos de que tiene algún sentido permanecer allí, en medio de estas organizaciones anticuadas que solo se han dejado para actuar como altavoces de las tonterías progresistas del momento y otros defectos mentales de la izquierda globalista.

A partir del lunes será una mala idea convertirse en traficante de drogas en Estados Unidos, los islamistas tendrán que pensarlo dos veces antes de poner un pie en el país y los idiotas a cargo de México, Canadá y China tendrán que tragarse los tan esperados aranceles de Trump.

A partir del lunes, los aduladores del Parlamento Europeo, la loca de Von der Leyen, los socialdemócratas alemanes que han destrozado el Viejo Continente, junto con otros izquierdistas, centristas y conservadores que se sienten cohibidos por ser conservadores, tendrán que deshacerse de sus camisetas y gorras de Kamala Harris, empezar a respetar a Trump y dejar de demonizar el sentimiento patriótico conservador que está creciendo en toda Europa, aunque el idiota de centroderecha y la izquierda sigan uniendo fuerzas en un esfuerzo por detener la marea.

En este sentido, es una decisión justa y maravillosa que el lunes, en el Capitolio, no sean invitados ni el presidente socialista español, Pedro Sánchez, ni el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijoo (cuyo partido manifestó tímidamente su preferencia por Kamala Harris), sino el líder de Vox, Santiago Abascal, el único que apoyó desde el primer momento la campaña de Donald Trump y que defendió la urgente necesidad de un gran movimiento conservador en todo Occidente.

Al final de mi ceremonia doméstica he instalado un podio junto a la ventana, con un sistema de megafonía en el exterior, a través del cual leeré este artículo a mis vecinos. Concluiré solemnemente antes de hacer sonar el himno, con estas palabras para la posteridad: “A partir del lunes, por fin, Estados Unidos será mejor y más libre, y el mundo un poco mejor y un poco más libre”.

Luego beberemos hasta que no podamos deletrear la palabra “Trump”.

https://spectator.org/monday-begins-a-new-era-for-the-west/

No está hecha la miel...

 Para la boca del asno. Como era de esperar, tras la victoria de Trump muchos medios conservadores han dado reacciones contradictorias. Por una parte rechazaban a la abortista y woke Harris. Pero de algún modo no quieren celebrar la victoria conservadora.

Esto se puede considerar una psicopatía provocada por los años de servilismo progresista. Pero me temo que también es una prueba de hasta qué punto todos los medios han sido comprados por el nuevo orden mundial.

sábado, 18 de enero de 2025

Documental anti woke



Matt Walsh lo ha vuelto a hacer. El comentarista político conservador está arrasando en la cartelera de Estados Unidos con todo un tomahawk al pensamiento dominante, Am I racist? (‘¿Soy racista?’). El creador de What is a woman?, otro éxito contracultural de crítica y público, ha recaudado 10 millones de dólares en dos semanas con su último documental, que se ha convertido ya en uno de los 40 más taquilleros de la historia, lo cual tiene especial mérito teniendo en cuenta que muchos espectadores acuden a las salas de incógnito. Nadie quiere ser tildado de «racista» por sus conciudadanos.

El documental se adentra en la industria de explotación del racismo que se ha disparado desde los disturbios de Black Live Matters, allá por 2020. Este concepto woke del racismo equipara ser blanco con ser racista, como si fuera una desgracia de pecado original por la que uno debe pedir perdón y ofrecer una reparación.

Walsh se saca fácilmente un certificado DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) y se infiltra en un mundo de estafadores y timadores, exponiendo la falta de rigor intelectual del mensaje y los abultados cheques que los vendedores ambulantes de ideología cobran por dar sermones a sus compatriotas sobre lo racistas que son.
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Marcos Ondarra

Así, la película transcurre en talleres, cursos y cenas en donde aprende que todos los republicanos son nazis, que las mujeres blancas son lo peor y que se puede ganar mucho dinero enseñando a los blancos a ser «antirracistas», un concepto popularizado por Robin D’Angelo, a la que entrevista (y destruye) en el propio filme, y a quien logra extraerle 30 dólares de su billetera como «reparación».

Las voces de la razón en la película proceden de la gente de la calle, blanca y negra, que comparte que la obsesión por el racismo perpetúa el problema, que Estados Unidos no es en realidad un país racista, y que dos personas deberían de tratarse entre ellas con independencia del color de piel, olvidándose de la raza. Por otro lado, los pseudoacadémicos que escriben libros y dan talleres sobre «fragilidad blanca» y «revisión de privilegios» suenan estridentes, enfadados e inestables.
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THE OBJECTIVE
La comedia como argumento

Walsh usó el método socrático, consistente en preguntar y repreguntar hasta llevar al interlocutor a la contradicción, para desmontar a los teóricos de género (teóricas, eminentemente) en What is a woman?; aquí, utiliza la parodia, la reductio ab adbsurdum, para ridiculizar el movimiento DEI con momentos desternillantes.

Habrá quien esgrima, con razón, que la película se centra en un tipo de subcultura dentro de la industria DEI, en concreto en los pseudoacadémicos más caricaturizables. Estos no son pesos pesados intelectuales, no son los teóricos detrás de la teoría crítica de la raza (CRT) y no la representan en su forma más rigurosa. Es decir, que se puede acusar a Walsh de crear un hombre de paja, pero el objetivo de la película no es tanto luchar contra las teorías sobre la raza que prevalecen en el mundo académico norteamericano como mostrar el absurdo al que conducen en la vida cotidiana del estadounidense medio. Además, la película se anuncia como una comedia y no un documental serio, así que cumple lo prometido.
Los dos autores negros que se mudaron a España huyendo del racismo en EEUU
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Hernán Migoya
Momentos ridículos

La gracia del filme radica precisamente en lo burdo que resulta todo. Desde el disfraz (una cutre peluca con moño y unos jeans apretados que dejan traslucir perfectamente su identidad) hasta el pretexto con el que logra convencer a los sujetos para ser grabados: documentar su viaje antirracista en una película. Una toma de conciencia del privilegio blanco; una suerte de deconstrucción del racismo intrínseco. Una idea que entusiasma a los vendedores de crecepelo modernos.

Así es que vemos a Walsh infiltrado en un seminario antirracista. Cuando se le pide que se presenten con el cumplido más extraño que han recibido, el protagonista responde: «Me han felicitado por la cantidad de amigos negros que tengo; 17»

Walsh no tiene que apretar mucho para que los expertos en DEI se pongan en ridículo a sí mismos. Entre otras cosas, consigue que Robin D’Angelo, autora de White Fragility (Fragilidad blanca), le dé a un grupo de personas negras 30 dólares de su cartera como «reparación». También se infiltra como camarero en un evento Race2Dinner, organizado por Regina Jackson y Saira Rao, donde las mujeres blancas pagan para que les griten, y créanme que su dinero queda bien invertido.

El protagonista termina convertido en una eminencia en la materia y presenta un taller antirracista llamado Do the Work Workshop (en referencia a un famoso libro sobre esta temática) en el que les dice a los blancos que son inherentemente racistas y alienta la autoflagelación como forma de expiación. Tras poner fin al experimento, se propone compartir con los espectadores sus hallazgos.

La conclusión más valiosa del documental, y en general del fenómeno Matt Walsh, es que la máxima «go woke and go broke» cuenta con más predicamento que nunca, y que las producciones que se atreven a desafiar la doxa dominante, o reírse de ella, están a la orden del día. Alguien debería tomar nota en España; hay negocio.
 

 https://theobjective.com/espana/politica/2024-09-30/racista-documental-woke/

viernes, 17 de enero de 2025

Newtonismo elemental, por Carmen Posadas

 Nada como navegar por la red para darse cuenta de por dónde va el mundo. No me digan que esta noticia por ejemplo no es sencillamente descacharrante además de sintomática. Un chico de veintiún años ha recibido en pocos días 3.500.000 visitas (y subiendo) tras colgar en TikTok un video en el que expone lo siguiente: “Odio que mi papá me mande a buscar trabajo y espero que todos estén de acuerdo conmigo. Yo ya sé que fui un accidente y que nadie quería que yo naciera. Pero ahora, por culpa de que mi papá no se cuidó, resulta que tengo que salir a buscar trabajo. Yo no le pedí nacer, fue culpa de él y ahora es su responsabilidad mantenerme. Por eso no pienso salir a buscar trabajo. ¿Estamos todos locos o qué?”. Aclaro que esta última pregunta la hace él y no yo. Él tiene clarísimo que su argumento es de una lógica aplastante. Tan aplastante como el bofetón que se habría llevado de su papá este mismo muchacho de haber nacido unos diez o veinte años antes. Ahora en cambio noticias como esta son habituales. He aquí otra reciente que he leído en un periódico inglés. “¡Seamos aviares!”, reza el titular y luego subtitula: “¿Por qué hay cada vez más estudiantes chinos que fingen ser pájaros?”. 

Hace unos meses comentaba con ustedes el caso de los “otherkin” (u otrotipos), personas que creen poseer una identidad parcial o enteramente no-humana y se “perciben” como animales, objetos, fenómenos atmosféricos, etcétera, y exigen respeto a su elección (hay quien dice ser una nube, o un personaje de cómic, o un gato…). La moda aviar en cambio es distinta. Los estudiantes que abrazan esta tendencia dicen que con ella pretenden “descansar de ser humanos” y, al mismo tiempo, dar visibilidad a su descontento frente al futuro. Un futuro para el que se prepararon con toda ilusión y esfuerzo pero ahora, debido a la desaceleración económica del gigante chino ven como inalcanzable, lo que hace que se sientan engañados, cautivos, frustrados. Por eso, les ha dado por imitar el comportamiento de los pájaros, para pasar de las presiones a las que se ven sometidos por “una sociedad exigente y castrante”.

 Y para que quede bien claro se niegan a salir de sus habitaciones, se cubren el cuerpo (por ejemplo con una larga camiseta negra que deja solo visibles las manos), en simulación de garras de ave, para, una vez metamorfoseados en pájaros, “simbolizar nuestro deseo profundo de liberarnos de las exigencias del mundo, como la búsqueda de empleo, la intensa competitividad del mercado y las expectativas impuestas por nuestras familias”. Por supuesto esta y otras conductas similares que vemos en internet se pueden descartar como simples deseos de llamar la atención, cosechar likes y dar que hablar. Y en efecto se trata de exhibicionismo que, además, se puede monetarizar y convertir incluso en un pingüe medio de vida. Pero el fenómeno puede leerse también de otro modo. Siempre que una sociedad empieza a perder sus referentes, sus códigos, el sentido común en último término, proliferan extravagancias como las que acabo de señalar: tipos que exigen ser tratados como pájaros, hijos que argumentan que como ellos no pidieron nacer sus padres deben mantenerlos de por vida y mil otras sandeces como las que propicia el mundo woke con su corrección política llevada al esperpento.

 Pero tal como ocurre en el mundo de la física, donde “toda acción genera una reacción de igual intensidad pero de sentido opuesto”, estas bobadas propician que se produzca en las sociedades avanzadas otro fenómeno igual de irracional solo que de signo contrario. La gente se asombra del auge de la ultraderecha incluso en los países más avanzados y cultos y tiende a culpar de esta deriva a políticos miopes que no resuelven los problemas que realmente preocupan a la gente. Y es cierto que es así pero también es verdad que cada vez son más numerosas las personas que están hasta el tupé de las sandeces que en el mundo se dan por buenas. Sandeces en apariencia inofensivas pero que fomentan la idea de que hoy en día se llevan el gato al agua, acaparan portadas, y encima se forran, aquellos que dicen la chorrada más grande, y propugnan la mayor estupidez. Pura acción-reacción, newtonismo elemental.
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 https://www.carmenposadas.net/newtonismo-elemental/

jueves, 16 de enero de 2025

Sin comerlo ni beberlo

 Se dice cuando te ves implicado en algo sin tener nada que ver. Por ejemplo, a mí me acusaron de delito de odio por copiar un artículo que ni siquiera era mío.

Por eso, nunca se sabe. Lo que està claro es que si alguien te quiere perjudicar encontrará la manera. Ya no vale con ser sólo inocente, que te lían igual.

Sobre la guerra de Siria: https://cesarvidal.com/la-voz/editorial/editorial-que-esta-sucediendo-en-siria-codicia-y-afan-de-dominio-04-12-24

miércoles, 15 de enero de 2025

España es el mejor país de Europa, por Itxu Díaz

 España es el mejor país de Europa, la periodista británica Zoe Strimpel hace suciedad de España. Permítanme desengañarla con algunos de sus conceptos erróneos.


Itxu Díaz


La periodista británica Zoe Strimpel hace suciedad en España. Permítanme desengañarla con algunos de sus conceptos erróneos.


La periodista británica Zoe Strimpel ha escrito una columna contra España en The Spectator. No lo sé, no me gustaría precipitarme, pero parece que Strimpel, después de visitarnos, no es "otro cliente satisfecho". Bueno, entenderás que solo tuve que revisar algunas de sus declaraciones aquí. Había planeado discutir con ella sobre sus insultos y mentiras, pero terminé enamorándome. Me encanta la toxicidad. Vamos a ver:


Eso es cierto. Hay muchos carteristas. Especialmente entre los columnistas extranjeros.


Gracias a una serie de historias mediáticas inteligentes, ahora se supone que debemos pensar en España no solo en términos de paquetes de vacaciones, sangría y catolicismo, sino también como elegante, romántica y elegante de izquierda.


No sé quién te vendió esa mercancía, Zoe, pero está rota. Izquierdismo y estilo son antónimos. Déjame explicarte: para mí, James Stewart era elegante, no Judith Butler. Sí, somos festivos, vacaciones, sangría, catolicismo, elegancia y romanticismo.


Las ciudades son terribles, algunas de las menos atractivas del continente.


Las ciudades españolas son hermosas. Algunos de los más atractivos del continente. Debes, amiga mía, darte cuenta: que cuando son todos los que se enamoran de Sevilla, Santiago, Valencia o Salamanca menos tú, Zoe, tal vez el problema no sea con "todos".


Mis viajes a Sevilla, Granada y Córdoba cuando era niño se vieron empañados por el hedor de los desagües en cada habitación en la que dormíamos.


¿En serio? ¿Estás seguro de que tus compañeros de cuarto se acordaron de usar desodorante?


Las avenidas horneadas y soburridas de Madrid, la búsqueda interminable e infructuda del mejor lugar para la carne curada.


Madrid tiene algunas de las avenidas más majestuosas del mundo, vigiladas por un cielo que solo Velázquez, a quien puedes conocer en el museo del Prado (está muerto, me refiero a sus pinturas), podría capturar. Por lo demás, es muy, muy, muy difícil encontrar un bar en Madrid donde se consiga carne curada mala. Comer mal en España es un esfuerzo que debe tomarse extremadamente en serio si se quiere tener éxito.


Políticamente, España es desagradable.


No te lo creas, Zoe. Hágame saber si puede recordar que alguna otra nación haya pasado de la dictadura a la democracia sin disparar un solo tiro, por iniciativa de los políticos que tenían el poder dictatorial, y luego celebrar una transición pacífica. No debemos ser tan malos políticamente si hemos logrado algo único en el mundo.


Tiene un loco a diestra y derecha con demasiado poder.


No voy a negar que la izquierda aquí está loca, como todas las izquierdas posmodernas. ¿La derecha tiene demasiado poder? No, cariño, de lo contrario nuestra economía estaría bien por una vez, maldita sea. Solo somos una gran nación en manos de un idiota. En ese sentido, estamos igualados.


Daría una mención especial a su odio instintio hacia Israel.


Si hablaras con gente en la calle, sabrías que solo las élites políticas de extrema izquierda son pro-palestinas, les encanta cualquier terrorismo, pero esto no es exclusivo de España. Israel y España tienen una larga tradición de cooperación antiterrorista. Hemos disfrutado particularmente de la operación masiva de cambio de sexo de los terroristas de Hezbolá.


¿El revoltoso antiturismo del país?


¡Oh, Dios mío, no me digas que has visitado Barcelona! ¿Por qué hiciste eso? Durante décadas, la élite política catalana ha odiado a todos porque piensan que son una raza superior y se involucran en tonterías antiturísticas. No te preocupes, lo estamos arreglando. Si en lugar de Barcelona hubieras visitado Madrid, San Sebastián, La Coruña o Cádiz, sabrías que es difícil encontrar un país más abierto, divertido y acogedor.


Barcelona es una tundra desconcertante de bares de tat y buceo...

Deberías haberlo visitado hace unas décadas, antes de que los enemigos de España como tú se hicieran cargo y arruinaran la región.


... Salpicado de la arquitectura más fea del mundo: la de Gaudí.


Llámame perceptivo, si quieres, pero sospecho que no te gusta demasiado el talento artístico de Gaudí.


Tiene una playa normal.


Consejo de bricolaje: prueba la Bahía de Vizcaya para las playas.


Comida sobrevalorada.


¿En serio? ¿Desde cuándo lo regalan en tu Londres natal?


Y te robarán como bono.


Eso es cierto. Hay muchos carteristas. Especialmente entre los columnistas extranjeros.


La historia española también es horrible si se comienza con la Inquisición, la manifestación más sangrienta, sádica y patológica del dogma católico en Europa.


Cálmate, Zoe. Tómate un vaso de agua, tienes un poco de Black Legend pegado en la garganta.


Y pasa a Franco y a la larga historia de amor con el fascismo.


Franco decidió que España permanecería neutral en la Segunda Guerra Mundial. Tal vez debería haber recibido el Premio Nobel de la Paz. Bromas aparte, te guste o no, fue un dictador aclamado por la gente hasta su muerte, pacíficamente, en la cama. No sé qué dice tu libro de historia, pero gracias a Franco, España se convirtió en un muro de contención contra el estalinismo, que de otro modo habría barrido Europa. Si hubiera sucedido, probablemente, ni tú ni yo podríamos estar escribiendo esto ahora. En lugar de educarte con The Guardian, intenta leer a Stanley Payne algún día.


¿Y qué hay de una gran literatura española? ¿Hay una? ¿Quiero decir que no sea Cervantes?


Para nada, Zoe. Lo único que sabemos hacer con nuestras manos es matar toros. Un consejo en este punto de su artículo: intente dejar la botella de whisky cuando escriba.


Reuniendo todo está la corrida de toros; torturando lenta y cruelmente a los animales para el deporte a la vista de decenas de miles de espectadores ladrando.


Por un momento, no estaba seguro de si estás describiendo el noble arte de las corridas de toros, o cómo se ve Madrid cada vez que tus amigos gamberos deciden visitarnos para asistir a los partidos de la Liga de Campeones en el Bernabéu.


(Bullfighting) Esta no es una tradición apta para la era moderna.


Tienes razón. Les diré a mis amigos toreros que intercambien la rena de toros por mostrar su salami con un baile gay en TikTok.


No molestaré a España con mi turismo en el corto plazo.


Oh, Zoe. ¡No hagas eso! Estoy muy triste. Estuve a punto de enamorarme. Qué breve ha resultado ser nuestra historia de amor. Justo cuando estaba a punto de invitarte a cenar a un restaurante caro, apestoso y romántico, lleno de fotos de Gaudí, ¡y decorado con cabezas de toro! De todos modos, otro rasgo español: no guardamos rencor. Estaría encantado de mostrarte este paraíso en tu próxima visita, si tan solo me dejaras ser tu guía, querida.

https://spectator.org/spain-is-the-best-country-in-europe-zoe/

martes, 14 de enero de 2025

Disforia de género. Niño lobo

Estamos inmersos en una transformación cultural que parece desdibujar las fronteras de la realidad. Se nos ha robado nuestra verdadera identidad para tratar de convertirla en un concepto fluido y, en ocasiones, absurdo, donde el «soy» ha dejado un espacio turbador al «me siento».

Esta provocada transición, destructiva y absurda, permite que las disforias, que en los inicios del circo se centraban en la identidad de género, ahora se amplíen a una variedad de categorías delirantes.
El caso del niño lobo

Un caso reciente es el del niño lobo en Escocia, quien ha sido oficialmente reconocido por su escuela como un «lobo». Puedes leer un estrato de su historia aquí.

Se ha diagnosticado al estudiante escocés bajo lo que se ha denominado «disforia de especie», un término que no tiene ningún respaldo en la literatura científica, pero que ha sido aceptado por el sistema educativo escocés. Este preocupante fenómeno no es un hecho anecdótico sino que refleja a la perfección una tendencia actual más amplia en la que la percepción personal se convierte en el núcleo de la identidad, independientemente del sentido común de la antropología o de la razón.

Los docentes escoceses, en su afán irracional de ser tolerantes y de seguir las pautas del gobierno, han optado por respaldar este comportamiento. Pues según las guías del gobierno conocidas como «Getting It Right For Every Child» (Girfec), se sugiere que los deseos y percepciones del niño deben ser validados, incluso si esto implica identificarse como un animal.

    Aquí es donde comienza la espiral de absurdidad: si un niño puede ser un lobo, ¿por qué no podría considerarse cualquier otra cosa?

Consecuencias

La historia del niño lobo pone sobre la mesa el desvarío sobre el significado de lo real, validando sin escrúpulos a una sociedad que valora la entelequia por encima de la razón. La aceptación de la «disforia de especie» abre la puerta a un universo casi ilimitado de identificaciones ¿hasta dónde llegará la absurdez humana?

Algunos críticos han comenzado a advertir sobre este fenómeno. Pues es un suicidio creer que la realidad puede ser moldeada simplemente por la percepción, sin un ancla en la antropología y la razón. La persona queda naufragando a la deriva. En verdad es mucho más fácil decir «¡Qué bonito es el traje del emperador!» que tratar de ir a la raíz del problema e identificar las heridas y necesidades que atraviesa una persona afectada de disforia. Pero no hay que olvidar que lo primero sería dar la razón como a los tontos excluyendo a la persona de la realidad, mientras que lo segundo es tomar en serio su existencia y acoger todo lo que es.

La pregunta que nos queda es la siguiente: ¿estamos dispuestos a seguir alimentando esta espiral de absurdidad hasta sus últimas consecuencias?

 https://www.forumlibertas.com/nino-lobo-disforia-genero-escocia-escuela/

lunes, 13 de enero de 2025

Llevar la frente muy alta

 Se refiere a no avergonzarse de tus actos o tus palabras. Yo creo que la llevo porque no tengo por costumbre mentir, ni engañar, ni hacer trampas. Soy muy directa.

A mucha gente no le gusta mi manera de ser o mis artículos. Tengo amigos contados con los dedos de una mano, pero siempre puedo decir que soy como soy y no pretendo otra cosa.

Sobre EEUU: https://cesarvidal.com/la-voz/editorial/editorial-joe-biden-indulta-a-su-hijo-hunter-03-12-24

Se enfrentarà el nuevo orden mundial a una rebelión juvenil?, por Itxu Díaz

 No todos los jóvenes se suman a los radicales universitarios. En Occidente, algunos se rebelan volviéndose contra el progresismo. Al igual ...